27 de agosto de 2008

"El niño con el pijama de rayas" de John Boyne



Una de las personas que más quiero en este mundo me ha regalado el pasado día de mi cumple este libro, que no hay que recomendar a todo el mundo.
"Motu prorio" no lo habría comprado. En general me producen cierto rechazo los "best sellers" ¿Lo es "El niño con el pijama de rayas"? Lo es, sin duda, desde el momento en que se nos asegura que se ha traducido ya a treinta y cuatro idiomas y en Irlanda, pais del autor, se mantuvo en el Número Uno de la lista de libros más vendidos durante sesenta y seis semanas. ¡No me extraña!
El discurso del libro avanza previsible, sosegada e implacablemente. Viene a ser como el experimento de la rana, esto es, no es lo mismo que deposites un batracio del orden de los Anuros - léase "Tú, lector" - en una olla con agua hirviendo y propicies la muerte instantánea por muy buena y ágil nadadora que haya sido en su dilatada "vida batracia" -"léase vida lectora. Tú, eh, lector. Sí, tú mismo". No es lo mismo, decía, que pongas a la ranita - léase, tú, lectora, miembra del gremio de lectores - en una olla con agua fría y poco a poco vayas subiendo la temperatura y la vayas cociendo a fuego lento hasta alcanzar altas temperaturas que poco afectan a la rana, o séase, a los y las lectores, porque en el experimento la rana aguanta lo indecible sin palmarla. Resumiendo, que me he sentido como una ranita en una olla de agua fría puesta a calentar a fuego lento, durante la lectura de este libro, - no sé si calificarlo de magistral o didáctico, conmovedor o demoledor, o mejor no calificarlo en absoluto porque no se encuentran calificativos posibles.
El libro, como apuntaba, no es para recomendarlo a todo el mundo, porque no todas las ranas aguantan el experimento - léase, no todos los y las lectores tienen en las dianas de sus respectivos corazones el mismo puntito de sensibilidad - En la solapa del libro se recomienda su lectura a todos los niños - de las niñas no dice nada - a partir de los trece años de edad. Mi hijo pequeño tiene siete y me ha pedido que se lo leyera cuando ha visto inscrita en la portada la palabra mágica "El niño..." y me ha dicho que a él no le gustan los pijamas de rayas. Prefiere los de Batman, Spiderman, Supeman y Bart Simpson o Burt con su padre Hommer y su hermana Lissa -no se pronunciado sobre la madre Marge Bouvier Simpson y la bebita Maggie. ¿No sé si tomármelo como algo personal por alusiones, que estoy susceptible tras la lectura de este libro. Preciso más, estoy susceptible siempre por culpa de los telediarios - ?
Le he explicado con palabras tan llanas y sutiles como las empleadas por John Boyne el argumento del libro y Di@s me perdone le he desvelado el apoteósico, tremendo final, con la esperanza de que a los trece años ya no recordará nada de todo este episodio triste de la historia. Pero, un momento, cuento con los diez dedos de mis dos manos, le restan seis añitos para alcanzar los trece. Esto es un despropósito, Para entonces, seguro, que alguien ha escrito otro libro o ha estrenado otra película recordándonos el holocauso judío y el horror nazi. ¿Hay que recordarlo tanto o hay que ir corriendo tupido velo?. Que sea el propio Hamlet quien nos de la respuesta,

" HAMLET:
To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them? To die: to sleep;
No more; and by a sleep to say we end
The heart-ache and the thousand natural shocks
That flesh is heir to, 'tis a consummation
Devoutly to be wish'd. To die, to sleep;
To sleep: perchance to dream: ay, there's the rub;
For in that sleep of death what dreams may come
When we have shuffled off this mortal coil,
Must give us pause: there's the respect
That makes calamity of so long life;
For who would bear the whips and scorns of time,
The oppressor's wrong, the proud man's contumely,
The pangs of despised love, the law's delay,
The insolence of office and the spurns
That patient merit of the unworthy takes,
When he himself might his quietus make
With a bare bodkin? who would fardels bear,
To grunt and sweat under a weary life,
But that the dread of something after death,
The undiscover'd country from whose bourn
No traveller returns, puzzles the will
And makes us rather bear those ills we have
Than fly to others that we know not of?
Thus conscience does make cowards of us all;
And thus the native hue of resolution
Is sicklied o'er with the pale cast of thought,
And enterprises of great pith and moment
With this regard their currents turn awry,
And lose the name of action.--Soft you now!
The fair Ophelia! Nymph, in thy orisons
Be all my sins remember'd."


Muchísimas gracias por obsequiarme este libro.

8 comentarios:

Raquel dijo...

Hola Gemma.

Si me permites que te lo diga...Tienes un hijo que es un amor. Menos mal que le gustan más los pijamas de Batman y Bart Simpson;los pijamas de rayas son demasiados sosos.

Impresionante la cita de Hamlet.


Saludos :)

Gemmayla dijo...

Reholas Raquel:

Te puedo asegurar que los niños y las niñas de todos los tiempos y épocas son seres fascinantes, pero en la época actual observo en ellos y ellas una pespicacia, una sutileza prodigiosas.
Como asegura Eduardo Punset, tal vez algún día asistiremos al portento de que los bebés pronuncien sus primeras palabras en el vientre materno.
Si alguna crítica he de hacerle al libro de Boyne, es que me parece que el protagonista Bruno no se expresa en el lenguaje de la época, esto es, un niño alemán, educado en el seno de una familia nazi cuyos padres se sientan a la mesa y convidan al propio "Furias" (Adolf Hitler). Bruno parece más un niño de mi época, no de la de entonces ni de la actual, sino de la mía. Recuerdo mis nueve años como si los acabase de vivir ayer y recuerdo que era una niña como Bruno. También bastante parecida a su repelente hermana Gretel que con doce años jugaba con muñecas. Me refiero que si ha habido infancia ingenua y un tanto pacata ha sido la de los niños y niñas de mi generación. Mis hijos, Raquel, te puedo asegurar que nunca demostraron tamaña ingenuidad. Siempre han demostrado tener un punto de picardía, que me gusta y aliento, para que los palos de la vida les lluevan menos agrios que a mi. Es lo que me parece. Tal vez esté equivocada. Pero los niños de siete años de hoy presentan precozmente lo que no se descubría hasta los trece. Son niños y niñas casi preadolescentes. En cierta manera da un poco de miedo a los padres y a las madres (tal vez más), pero es resultado de la propia evolución de la vida y el precio del progreso. Como todo en la vida, tiene su parte positiva y la negativa.

Decididamente creo que Bruno es un niño de mi época y el desdichado Shmuel, criatura atemporal. Creo que este recurso literario aunque anacrónico es intencionado por parte del autor y logra un efecto que de siendo fiel a la época no habría logrado.

Muy féliz día Raquel...me alegra muchísimo leerte en mi blog.

Gemmayla

Laura Escuela dijo...

mientras iba leyendo el libro sentía una decepción cada vez más palpable. Cuando lo terminé, me quedé con un regusto de tontería en la cabeza, como si el escritor se hubiera estado quedando (se estuviera riendo de) con la inteligencia de los seres humanos. No lo recomendé y me horrorizó que fuera un best seller. Pensé que estaría bien para que lo leyeran los adolescentes que estáne studiando la segunda guerra mundial. y pocó más.

A los dos o tres meses de haberlo leído me dijeron que como era que no me gustaba, si hablaba de cómo veía las cosas un niño con retraso mental. Les dije que no tenía retraso mental, que eso no se decía en ningún lado. Me respondieron que sí: el niño era más bajito de lo normal, no hablaba bien, la hermana se reía de él yun largo etcétera.
Me planteé que tenía que releerlo.

Un beso

Anónimo dijo...

Muy bienvenida Lau:

A mi no me ha defraudado este libro. Si el niño no padece retraso mental, si se sobrentiende una ingenuidad deficiente. Lo atribuí a que de alguna manera el autor consideraba "deficientes" por extensión a todos los alemanes nazis. Es en ese sentido un libro genial. Este recurso por ejemplo es uno de los más sobresalientes del libro.

Gracias, Lau por acercarte por aquí.

Gemmayla

Anónimo dijo...

Justo enfrente de mi casa, han colocado en una marquesina un cartel publicitario de la pelicula basada en el libro. Es un fotograma terrible, impactante, se le cáe a una el alma a los piés cuando lo mira. Los dos niños y su inocencia, frente a frente, separados por la verja de la vergüenza. La viva imagen de la inocencia brutalmente maltratada , un horror, vámos.

Tengo pendiente la lectura del libro, pero al hilo de lo que comentais sobre el retraso mental que presenta el hijo del comandante nazi, probablemente el autor del libro haya querido criticar la paradoja que representa el hecho de que la ideología nazi consideraba “escoria”, a los deficientes mentales, por ello también fueron masacrados junto con los judíos. Inteligente detalle por parte de Boyne, quien con ello muestra su crítica más feroz ante la propia contradicción de ése fanatismo absurdo, cruel y terrible.

Besitos Gemmayla

Anónimo dijo...

Hola Diciembre:

Hoy en el metro he visto el cartel anunciando la película. Creo que la estrenan el día 26.
Cierto, Diciembre, el cartel es sobrecogedor. Además me ha parecido ver que Shamuel, el niño judío, con el pelo cortado casi al cero, es rubio como si fuese nórdico. Pero debiera detenerme a ver el cartel con calma. Sólo lo he podido ver de pasada.
No sé si iré a ver la peli. Antes preferiría ver la de Che Guevera interpretada por Benicio del Toro que guarda un parecido asombroso con él. También quiero ver Mamma mía. Me han dicho que salen unos paisajes de las islas griegas apoteósicos. Pero casi todo el cine lo veo en casa en DVD porque el pago de la dichosa hipoteca me tiene el presupuesto asfixiado. ¡El cine, Por Dior, cuanto se añora! Vivo rodeada de salas de cine por todas partes y la impotencia de casi no poder ir, me despierta un cabreo monumental. Pero luego tiramos de la tarjeta del FNAC y nos pegamos una sesión doméstica de cine, que ni te cuento, juasjuas.
Creo que si me tocase una Primitiva o algún premio de Lotería me quedaría a vivir en alguna sala de cine, juasjuas.

Si ves la peli, me cuentas, Diciembre.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Tengo un buén amigo, excompañero de trabajo, acreditado en el Festival de cine de mi Ciudad, el cual me cuenta que en la adaptación cinematográfica de "El niño con el pijama de rayas", se ha modificado notablemente el argumento del libro, por lo que ya veremos el resultado final. Este amigo me recomendó el pasado año,la película Libanesa "Caramel", cuya directora, Nadine Labaki, es también una de sus actrices protagonistas. Desconozco si la has visto, si no lo has hecho, te la recomiendo. Es magnífica, con una cierta estética "Almodovoriana", de verdad que merece la pena, a mí me encantó.
Por cierto que Labaki forma parte del jurado que preside éste año el Zinemaldi.

Con el tema de los hijos, y a fin de poder disfrutar de películas que puedan interesárnos, mi marido y yó nos turnamos para "escaparnos", por separado, al cine. La verdad es que no coincidimos demasiado en gustos cinematográficos, y ésta es una buena opción para no perder la oportunidad de ver en la gran pantalla, películas que puedan interesarnos. Bién es cierto que tengo la gran suerte de contar con buenos cines cerquita de casa, de hecho suelo acercarme en bicicleta, ventajas de vivir en una ciudad pequeña...

Y si que te recomiendo ver "Mamma Mia", simplemente porque es una película muy divertida, de las que te hacen sonreir y pasar un buén rato, no todo debe ser tan transcendental en la vida, a mi me gusta ver de casi todo un poco. Ah, tal y como apuntábas, los paisajes griegos que sirven de escenario al film son preciosos, le entran a una ganas de tomarse unas vacaciones indefinidas por allí...,ésto me recuerda que ésta semana no he sellado mi bonoloto...jeje

Desde que vió la peli, mi hija siente auténtica fascinación por Meryl Streep, la adora. Este pasado fin de semana hemos visto en casa: "La muerte os sienta tan bién", créo que es la única película de la Streep, junto con "Mamma Mia", apta para su edad. Estas películas que tanto se han criticado por "no estar a la altura de su actriz protagonista", etc, son una buena oportunidad de que las nuevas generaciones descubran a actrices maravillosas, versátiles y valientes, cómo ésta. Dentro de algún tiempo, cuando tengan edad, seguro que muestran interés por conocer más a fondo su filmografía, ya más comprometida.

Por cierto, mañana nos acercaremos las dos hasta la alfombra "rosa" del Festival, a ver si hay suerte y podemos verla, no sabes que ilusión le hace a mi nena...

Besos guapa!

Anónimo dijo...

Diciembreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee:

Por Dior, me tienes en ascuas!!! Dime que has podido ver a Meryl Streep en vuestra alfombra "rosa". Niña, como diría mi amiga brasileña Guida, pero "qué sortuda"!!! ¿Qué tendrá esta mujer que ha todos fascina?...

Gracias por la recomendación. Tomo nota de la peli libanesa.

Al igual que tú vivo rodeada de cines por todas partes. Creo que es el único barrio de Madrid que a sobrevivido a la hecatombe del cierre de las salas de cine más emblemáticas. Pero me ha subido tanto la dichosa hipoteca que a casi no tengo ni para pipas. ¡Un horror! Te juro, Diciembre, que me quedo contemplando las carteleras de los cines del barrio como una niña a la que hubiesen prohibido el dulce, ante el escaparate de una pastelería sin poderlos catar.
No obstante, creo que este miércoles un alma caritativa me invita a ver "Che". Estoy contando las horas.
También me gustaría mucho ver la última de Woody Allen y "La conjura de El Escorial" de Antonio del Real. Pero me conformaré con el "Che" de momento. Estoy por mandar a la dichosa hipoteca al cine. Que vaya ella solita acompañada de su Euribor toda peripuesta y que luego me cuente. De paso que se pegue una cena romántica a mi costa con su adorado Euribor del alma, juasjuas.
En fin, sin humor no hay quien sobreviva a esta crisis. Pero que sepa el Cine Español que soy una cinéfila empedernida y que no me parece cara la entrada del cine. Sin hipoteca la pagaría sin chistar.

Un besotísimo, reina y muy féliz semana !!!