30 de enero de 2009

La nota





El limpiacristales se encontraba a la altura de la planta 96 dando una pasada a un ventanal orientado al sur de la ciudad. Una joven secretaria, risueña, levantó la vista un momento de la pantalla de su ordenador para dedicarle un saludo. El muchacho le correspondió con los dedos juntos de la mano derecha hacia la sien en un gesto militar desenfadado. Momentos después la secretaria se acercó al ventanal, trayendo consigo una nota que acababa de coger de la impresora de su escritorio. En ella el limpiacristales podía leer a través del cristal:

A. ¿Me invitas a un almuerzo?

B. Estás dejando los cristales llenos de chorretones.

C. Me encantaría poder contemplar la ciudad desde donde tú estás.

D. ¿No sientes vértigo?

E. En casa de mi abuela precisan un cristalero urgentemente. ¿Me das tu número de teléfono móvil?

F. ¿Puedes trepar hasta la planta 101 y decirme luego si mi novio me la está pegando con su secretaria?

G. Subo todos los días hasta aquí en el ascensor. Me encantaría bajar contigo en ese andamio colgado, suspendido con esas cuerdas que parece que van a elevarte al cielo como si volaras en globo.

Elija el lector/la lectora la opción que más le guste. O mejor, imagine otra posibilidad

La duda







Diego Argüelles se despertó aquella mañana, luciendo un signo interrogativo español suspendido sobre su cabeza, como una espada de Damocles. El espejo del baño lo corroboró por si no daba crédito a ese suceso tan extraño. Las desdichas, como las dichas, suelen ser compartidas. Siempre encontramos a alguien que refiere que le ha sucedido algo similar “a lo nuestro” Pero amanecer con un signo interrogante coronando la cabeza de uno, no lo documentaba por parte alguna. “Gogleó” - palabro que tiene su origen seguramente en “joglar”- y lo más parecido a lo suyo que encontraba era la historia de una mujer que un mal día amaneció con una trompa de elefante en vez de nariz. Luego se adentró en el capítulo de enfermedades raras, rarísimas. Lanzó la pregunta en los foros , ¿alguien ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿? Aguardó unas tres horas hasta que un tipo bajo el nick “gatocat” le sugirió que diese de alta aquella enfermedad en FEDER. Agradeció la sugerencia y de “gatocat” ya nunca más se supo. Desolación forera. Pensó que su situación de parado forzoso suponía una ventaja en esa lamentable situación. Antes salía poco a la calle. Ahora ya no saldría hasta que desapareciese “ ¿ “ de la cima de su cabeza.
Una tarde, chateando ante el ordenador con una alma tan solitaria, aburrida y anodina como la suya, el signo comenzó a moverse, inclinándose de izquierda a derecha, un paso adelante, otro hacia atrás- izquierda- izquierda, derecha-derecha, adelante, detrás, un-dos-tres – Se puso a dar saltitos como si estuviese componiendo la coreografía de una tabla de gimnasia o numerito de baile. Diego sentía una especie de cosquillas interrogatorias tirándole de los cuatro pelos que le quedaban. De repente se preguntó por qué estaba perdiendo el tiempo miserablemente con aquella pelma integral, - de la que no obtendría ni un patético polvo virtual -, por qué su existencia transcurría tan gris e insustancial, por qué nada le ilusionaba, por qué a su edad resultaba imposible conseguir un empleo fijo y bien remunerado, por qué los medios llamaban crisis a la estafa vital, por qué las ciclogénesis explosivas se cebaban, se encarnizaban, se ensañaban tan despiadadamente sobre niños inocentes en vez de propiciar que un mal rayo le partiera a él y lo mandase al carajo de una puñetera vez, por qué a estas alturas de la película Nadie sabía de cierto Nada, por qué Dios no se llamaba Pepe – llamándose Pepe la metafísica se reduciría a una simple ecuación matemática -, por qué los verdaderos responsables del desaguisado global, mundial, no pagaban en vivas carnes tanta tropelía universal, por qué, por qué por qué....El signo interrogante pegó un brinco. Saltó de la cabeza a la mesa escritorio, de la mesa al diván, del diván a las hojas lanceoladas y brillantes, enoooOOORRRrrrmes del ajado ficus plantado en el tiesto y de ahí se coló por una rendija de la ventana entreabierta. Diego Argüelles pudo ver como trepaba por la fachada vecina y se filtraba por los resquicios de la puerta del balcón de un vecino. Dos horas después de velar sin pestañear lo que pudiese suceder en esa casa, vio aparecer a un vecino, exhibiendo el signo interrogante español como si tal cosa, como lo más normal del mundo. El tipo, un gordinflón de mofletes hirsutos, comenzó a gritar y declamar desde el balcón: “¡Vendo signo de interrogación. A 200 euros, oiga. Una ganga. Made in Spain, oiga. Genuino, de pura cepa!”...

26 de enero de 2009

Palabras oxidadas



Con el transcurso del tiempo, la realidad virtual se impuso a la real. Las palabras en boca de la gentes se iban oxidando. Odontólogos y especialistas maxilofaciales no sabían como tratar a los pacientes que acudían a consulta en masa. Labios, dientes, lengua, encías, paladar...toda la cavidad bucal parecía una carcasa de hierro oxidada. Un especialista prescribió a sus pacientes que guardasen riguroso silencio y el uso de una mascarilla de acero inoxidable, resistente a toda corrosión, que cubría boca y naríz. Aún así resultaba imposible evitar que las palabras oxidadas hiciesen estragos entre la población. Aquella pandemia dejó a millones de personas sin los órganos de la palabra. Urgía decretar una Ley de Silencio.

21 de enero de 2009

YES, WE CAN....









Barack, mi primer deseo es que te ocupes de inmediato de la Sanidad en tu país. Plan de Rescate urgente para conseguir SANIDAD PÚBLICA Y GRATUITA para todo el mundo, en especial los más desfavorecidos.

Mucha, muchísima suerte, Barack

19 de enero de 2009

"La Media Luna Roja"

Nunca fui escudo de Hamas porque mi tío materno no lo permitía. Desde que captaron a su hijo, mi primo Ismail, secuaces de la “Yihad Islámica” para que se inmolara un día en el mercado, causando su propia muerte y la de una treintena de personas, mi tío se convirtió en mi sombra protectora. Me acompañaba a todas partes. El conducía un taxi y a veces dejaba al cliente en el interior de su coche durante mucho rato, porque no me encontraba a la salida del colegio, en el campo de fútbol, en el hospital Al Quds de la Media Luna Roja donde acudía para tratarme un soplo de corazón en la sección de pediatría o en el mercado, perdido como estaba entre sus callejuelas, buscando los alimentos más baratos para los guisos de mi madre. Normalmente el cliente se enzarzaba en una fuerte discusión con mi tío cuando regresábamos, entonces mi tío me arreaba un fuerte tirón de orejas y los improperios y las iras del cliente, los pagaba yo por no estar atento a sus pesquisas. Pero es que resultaba un incordio llevarle siempre siguiéndome los talones “por mi bien”.

Ahora mi tío no puede hacer gran cosa por mi y tampoco yo por él, porque los dos estamos muertos dentro del taxi, con un señor muy grueso que está tardando en morir de sus heridas graves. Puedo verle el estómago abierto de par en par como si alguien le hubiese abierto una cremallera por encima del ombligo rodeando su cinturón. Como mi espíritu gravita sobre él como una media luna buscando su otra mitad, me empeño en cerrar los pequeños dientecitos rojos y azulados de su cremallera sangrienta, pero no me es posible. Siento que me flaquean las fuerzas. Mi tío me sonríe y me dice que ya nos queda muy poco tiempo de flotar como almas en pena y que pronto podremos recitar los Noventa y Nueve nombres de Dios, que son los más bellos nombres que nunca hayamos escuchado. También bromea y está contento porque ya no tendrá que vigilarme e ir todo el día pegado a mi como una lapa, porque el Paraíso es un lugar sin fronteras sin franjas estrechas como Gaza. No hay ataques aéreos israelitas por tierra, mar o aire. No hay mísiles de largo alcance como los que tira Hamas a la ciudad de Sderot. Puede que haya judíos y yihadistas buenos, porque asegura mi tío que también hay palestinos malos que perecen en el infierno. Dice que le entristece dejar el taxi, que ha sido su profesión desde que dejó el ejército. Pero que tal vez en el Jardín del Edén y de las Delicias se precise transporte rápido entre moradas y él está dispuesto a brindarse y ofrecerse a quien lo precise. Asegura que podré acudir a la escuela de Al-Falluj con plena libertad de movimientos y que el sopló de mi corazón desaparecerá como por ensalmo. Mi madre ya no tendrá que preocuparse por las viandas, si suben o no de precio, si escasean o no las hay en el mercado. Seguramente también esté muerta porque aquí parece estar casi todo el mundo agonizando o muerto bajo los escombros. El señor grueso gravita ahora junto a nosotros. Su espíritu ya no pesa. Es liviano. Sonríe y está contento porque afirma que en vida ha sido un buen hombre, como mi tío, mi madre, todos los miembros de mi familia. Nos preguntamos si pronto veremos a Ismail en su morada. Pero mi tío duda, no sabe si por haber sido captado por los yihadistas contra su voluntad tendrá derecho o no a la vida eterna junto a su familia en Edén. Pienso que como era un niño inocente como yo, será que sí, pero los designios celestiales me temo que son tan insondables como los terrenos, aquí en la franja de Gaza.


16 de enero de 2009

A mi venerado Patge Faruk









Cantamos días atrás al unísono "Yo creo en OBAMA, yo creo, si creo". Ahora me toca cantar "Yo creo en el Patge Faruk, más que en los Reyes Magos. Yo creo, si creo" Porque este año el Patge Faruk una vez más se ha acordado de mi. Además de traerme para este 2009 una bajada de los tipos de interés hipotecarios, ha dejado en casa de mi hermana un calendario pintado y manufacturado por mi sobrinito y un CD de los duetos de RAFHAEL. Ahora mismo estoy "xorando" por los "jojos". Lo que cuesta reconocer el llanto, por Dior y la pasarela Cibeles !!!
Quiero mandar desde este barco que navega viento en popa a toda vela, un besotísimo enorme con millares de achuchones a mi madre, a mi hermana, a mis sobrinitos y al cunyat. Molts petons !!! Moltes gracies al Honorable Patge Faruk !!!

13 de enero de 2009

El Pelikan

Una vida "sin" sólo se explica si previamente se ha disfrutado o padecido "con".

En el año 2010 los medios se hicieron eco de la propagación letal de un virus informático, que fue denominado como "Pelikan" - en alusión a una marca de tinta china conocida ya que este programa vírico emitía en la pantalla un mensaje de advertencia "Soy como la tinta china: una mancha negra irrumpirá en tu pantalla y toda información se destruirá" -

"Pelikan" obligó a todas las oficinas de empresas privadas, a los organismos burocráticos y estatales, a las administraciones públicas, locales e internacionales, a cada ciudadano de a pie con un ordenador para uso personal en su casa, a mantener cada terminal apagado. Se suspendió cautelarmente el uso de las computadoras informáticas en tanto técnicos de todos los países se reunían en una Comisión de Investigación Internacional Extraordinaria para encontrar una pronta solución. Entre tanto hubo que desempolvar los pesados legajos archivados, recuperar las máquinas eléctricas y manuales de escribir de antaño, retomar el hábito de la escritura con bolígrafo o lápiz y papel. Se vendieron toneladas de frasquitos de Typex, bolígrafos y lápices de todas las marcas, gomas de borrar de todas las formas y colores, carpetas, muebles de oficina archivadores de documentos, fichas e infinidad de folios escritos en papel reciclado y sin reciclar. Los bazares chinos hicieron -como siempre - "su agosto", vendiendo a troche y moche material de papelería. Los extintos comercios de librería y papelería proliferaron como setas en cualquier calle, en cualquier esquina, mientras las tiendas especializadas en equipamento informático desaparecían engullidas por toneladas de papel y tinta de la marca "Pelikan", como si esta marca se hubiese convertido no sólo en denominación de origen de un virus informático, sino también como negocio depredador exterminador de una vida "Con internet" hacia una irremisible realidad pavorosa, desorbitada "Sin Internet".
Los adictos a la red salieron de sus madrigueras. Con aspecto mortecino y arrastrando unas ojeras lívidas y perennes bajo sus párpados somnolientos, descubrieron que existía luz y cosas maravillosas ahí fuera dignas de ser descubiertas y recobradas. Las ópticas vendieron millones de pares de gafas de sol gracias a estos "pobres desgraciados" deshabituados a los Rayos Uva solares. Las farmacias se forraron porque se dispararon las ventas de antihistamínicos. Se desataron las alergias estacionales - ésas que duran todo el año - . Las personas, antaño confinadas en sus casas, oficinas y habitáculos "Con", no resistían mucho tiempo permanecer en esos espacios cerrados "Sin". El "Con" daba un sentido a una existencia de clausura voluntaria, pero el "Sin" despertaba en las personas unas ansias imperiosas de abrir puertas y salir corriendo a un exterior casi desconocido......

Querido lector. Querida lectora. No aguardes la llegada del 2010 para disfrutar de una vida "Sin". Apaga el ordenador ahora mismo. Cierra tu sesión. Sal a la calle y disfruta de todo lo que te ofrece la vida, una vida "Con internet", pero gózala como si fuese "Sin".




9 de enero de 2009

Los diecinueve consejos de Dalai Lama

1. Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos.

2. Cuando pierdes, no pierdes la leccion.

3. Sigue las tres R: Respeto a ti mismo, Respeto para los otros y Responsabilidad sobre todas tus acciones

4. Recuerda que no conseguir lo que quieres, a veces significa un maravilloso golpe de suerte.

5. Aprende las reglas, asi sabras como romperlas apropiadamente.

6. No permitas que una pequena disputa destroce una GRAN AMISTAD.

7. Cuando creas que has cometido un error, haz algo inmediatamente para corregirlo.

8. Ocupa algo de tiempo cada dia en estar solo.

9. Abre tus brazos al cambio, pero no te olvides de tus valores.

10. Recuerda que a veces el silencio es la mejor respuesta.

11. Vive una buena y honorable vida, asi cuando seas mayor y mires atras podras disfrutarla por segunda vez.

12. Una atmosfera amorosa en tu casa es el cimiento para tu vida.

13. En discusiones con alguien querido ocupate solo de la situacion actual, no saques a relucir el pasado.

14. Comparte tu conocimiento, es una manera de conseguir la inmortalidad.

15. Se considerado con la Tierra.

16. Una vez al año ve a algun lugar en el que nunca hayas estado antes.

17. Recuerda que la mejor relacion es aquella en la que el amor por cada uno
excede la necesidad por el otro.

18. Juzga tu exito segun lo que has sacrificado para conseguirlo.

19. Acercate al amor y a la cocina con osada entrega.


Cada principio de año leo con atención los consejos de Dalai Lama. Recapacito. Medito. Si he infringido alguno, me pregunto por qué. Ventajas, Inconvenientes de tamaña rebeldía.

8 de enero de 2009

"Claudia perdió una Noche Vieja lluviosa sus tacones lejanos"

Engalanada, como una actriz dispuesta a desfilar por la alfombra roja de la fama y el reconocimiento, con paso firme, salió de casa, envuelta en un abrigo de visón blanco. Silbó "¡Taxi! " El taxista se detuvo en la esquina y ella tuvo que correr para evitar que un coche, que circulaba a la velocidad de la temeridad joven, le salpicara al rebasar un enorme charco. Se dejó los dos tacones de aguja de sus preciosos zapatos de charol rojo y negro en una rejilla asfáltica, pero ella con las prisas no se percató. Cuando llegó al hotel - en la habitación 2009 le aguardaba su amante -y pisó la alfombra roja del Ritz, todo el mundo, sorprendido, contemplaba la escena hilarante de aquella hermosa mujer caminando de puntillas sobre calzado plano de charol. Ella no se dió cuenta que había perdido sus tacones, porque desde la aurora al ocaso calzaba zapato de vértigo. ¡Cuántas veces desnuda la vieron los vecinos tender la colada sobre delicado calzado de tacón!

5 de enero de 2009

Telebaja de abonado

La operadora del servicio de teleasistencia municipal le indicó “Si necesitas ayuda, pulsa el botón. Acudiremos a tu casa de inmediato con custodia de llaves para atenderte en lo que precises”

Lo que más le gustaba a Fernando del asunto es que aquella voz de jovencita le tutease, borrando todo tratamiento de cortesía y respeto a los venerables ancianos de la Tercera Edad. Se sentía rejuvenecer. Notaba que le pesaban menos las piernas hinchadas, que el corazón bombeaba como el de un chaval, que se mitigaban las jaquecas, que se esfumaban los achaques hipocondríacos inventados y los reales menguaban.

Le cogió el gusto a eso de pulsar el botón por cualquier nimiedad. “Dime, Fernando, ¡en qué puedo ayudarte” “Me ha brotado una urticaria extraña en la piel, ¿podrías enviarme un médico a casa, cuando a él le venga bien?”...”¡Qué tal Fernando, cuéntame tu problema?” “Tengo atascada la pila del fregadero de la cocina, ¿podrías avisar a un fontanero de confianza que no me cobre mucho”..."¡Fernando, buen hombre, ¡cuántas horas sin saber de ti! ¿en qué puedo serte útil?" "Se me han fundido dos bombillas en el recibidor y en la cocina y temo por la noche tropezar con algo y caer, ¿podrías avisar al conserje de la finca?, intento llamarle pero no encuentro las gafas y no soy capaz de descifrar los números en mi agenda?"...."¡Fernando, bendito de Dios, ¿qué te trae por aquí?".."Necesito que me llames al antenista. La imagen sale distorsionada en la pantalla de mi televisor desde que instalaron la TDT Digital Ultra Plus..."¡Querido amigo!, ¿qué nuevas me traes hoy?".."He visto cucarachas en el baño y una rata en la despensa. Preciso que me mandes a alguien de alguna empresa fumigadora"...

Cuando Fernando alcanzó la cifra de 2009 llamadas, requiriendo a la encantadora voz de la operadora que le resolviese alguno de aquellos nimios contratiempos, le respondió una voz bronca de varón muy desagradable, áspera, grosera "¡Cretino! Te has cargado ya cinco máquinas operadoras expendedoras de servicios de teleasistencia. Soy un nuevo ingenio electrónico programable y como te pases un pelo conmigo y me acribilles a solicitudes y requerimientos, voy a desintegrate a ti y a tu puto botón de teleasistencia. ¿Te queda claro?"

El pobre Fernando accionó en el cordón el dispositivo de autoestrangulamiento, desactivó la unidad de control remoto y, tomando un relajante baño, decidió pulsar por última vez en su vida el botón ergonómico no una sola vez sino de continuo.¡ No existía mayor dicha en este mundo que la de morir pulsando un botón!