27 de febrero de 2009

"Network N50Radio - Network remake"














Hoy es el día que he elegido para suicidarme, quitarme de en medio.

Cuando sonó el despertador esta mañana a las cuatro de la noche, la maldita madrugada, maldije al puto despertador, “¡¡¡¡HijjjJJJJoooOOOOO de puta, no conoces la piedad humana. Y a estas alturas de mi vida aún no me aclaraste esta maldita hora, qué preciso instante de la jornada es, la puta noche, la puta madrugada, el puto alba en que las baldosas de la calle aún no están alicatadas.!!!” A punto estuve de estamparlo contra la pared o arrojarlo por la ventana, pero luego pensé que este artefacto ha sido perpetrado por los putos hombres que todo lo joden. Pero luego he pensado que los hombres están en su mayoría tan jodidos como yo. Entonces me he levantado como todos los días. Me he preparado el café más amargo de mi vida. Lo he tomado solo, sin azúcar. He pensado, “¡Qué amargo estás hijjJJJJooooOOOOOO de puta!. Pero la culpa no es tuya sino de mi puto mal gusto. Siempre eligiendo el camino difícil, la estrecha senda, la amargura, el camino de la desesperación. A otros tipos les gusta con leche, con azúcar y seguramente sus vidas transcurren plácidas entre nubes de almíbar. Pero yo no. Yo he tenido que nacer con esta puta amargura que jode mi vida entera de arriba abajo. Cuando sorbía el puto café ya había tomado mi decisión, la de elegir este día como el de mi Juicio Final, el día en que me mandarán derechito al infierno, al puto infierno de los suicidas. Siendo más preciso, el puto día en que me destinarán al puto infierno de los locutores suicidas. Y si no me sale bien, seguramente me mandarán a engrosar la puta lista del paro, alegando las bajas audiencias, la escasa calidad de mi magazín radiofónico, la puta calidad, la puta audiencia, HijoooOOOOSSSSsssssdeputaaaaAAAA todos!

Y encima dirán esas lenguas del vituperio, maldicientes, que estoy emulando burdamente a Howard Beale. Cierto es. Él me dio la idea. Podía haberme cortado las venas en el jacuzzi de casa o tirarme por el balcón. Vivo en un sexto piso. Pero mientras sorbía el puto café natural más amargo de mi vida, me dije, este momento lo tengo que compartir con mi audiencia, la que me ha sido fiel durante estos veinticinco años de mi vida. Entonces imaginé que ahí, detrás del aparato transmisor habría alguien, la puta audiencia, vosotros, hiijooOOOOsssdeputa, que me habéis abandonado. Me pregunto ahora quiénes sois vosotros, cuántos sois, de qué calidad hideputa estáis hechos, también tenéis ganas de suicidaros como yo, de abandonar esta puta mierda. También habéis perdido la ilusión como yo desde hace tiempo. El asco os eriza el vello en la piel. También sentís que no se os escucha, que no se os atiende como me sucede a mí. También sufrís por causa de vuestras altas demandas de cariño, de afecto, de atención, de amor como lo padezco yo, que soy tan hiijjjJJJJoooOOOOdePuuuutaaaAAAA como vosotros, o tal vez más. No lo sé. No puedo pensar con demasiada claridad en este momento, éste que es el momento más hideputa de mi puta y miserable existencia. Y sólo he acudido aquí con una intención, una sola. La misma que Peter Finch en el papel de Howard Beale le hizo a su audiencia en la película en que este drama mío personal se inspira, patética y burdamente. Sí, es cierto, me siento infame en estos momentos. Un suicida infame es lo que soy. ¿La película? Ah, sí, es importante el título de la película. Uno de ustedes lo pregunta y le importa un carajo que yo me quiera suicidar. O.K. El título de la puta película...Mire usted, no me da la gana de decírselo. Consulte Google
o Wikipedia, la enciclopedia libre que nos jodió la vida a todos, a usted, a mi, a todos. Pero sólo estoy aquí para rogarles la que ha de ser mi última voluntad. Vayan a la ventana de sus casas y abránlas de par en par. Asómense y griten conmigo:

- HijjjjjoooOOOOOsssssdepuuuuuutttttaaaaAAAAAaaaaa
En la emisora de la radio pirata N50Radio, ubicada en la calle Vitral núm 66 semisótano han encontrado el cuerpo sin vida de su fundador y único locutor. Un varón que responde a las siglas P.J. S.T.

Las mismas fuentes informan que el Barómetro de la Comunicación y la Cultura estima en seis millones de personas las que a las siete de la mañana y cinco minutos se asomaron a las ventanas y balcones de sus domicilios u oficinas y exclamaron al unísono:


HijjjjjooooOOOOOOsssssssssdepuuuuuuuuuutttttaaaaaaAAAAAaaaaaa

23 de febrero de 2009

"La máscara del Emperador"






Aquella figura diminuta irrumpió resuelta en la Plaza de San Marco pisando el primoroso empedrado de Istria como una bestia caballar orgullosa. Las miradas negras de las máscaras solemnes se dirigieron hacia ella, acompañándola en su trayecto decidido, hasta que se detuvo en el centro como un peonza azotada por un látigo perdiendo gradualmente su movimiento circular. No permanecía del todo inmóvil. Tamborileaba sus pies como a quien le molesta la música y le desagrada el baile. ¿Qué podría haberle llevado ahí? A nadie parecía interesarle ya. Proseguía el carnaval. Sonaba el único concierto para mandolina que compuso Vivaldi, pero si le hubiesen interrogado al respecto habría contestado con un exabrupto “Me fastidia. Me impide concentrarme en los asuntos de Estado” Otro interés le llevaba al corazón de la ciudad, "Al salón más bello de Europa" según su parecer tosco, extraño. ”

Le gustaban altas, esbeltas..El recuerdo de Josefina siempre presente, pero tendría que desplegar todas sus dotes de seductor detrás de aquella máscara que amenguaba sus habilidades portentosas para algunos, casi terrroríficas para otros. Las damas sucumbían presas de una perturbación en su ánimo que unas describían como seducción fatal, otras miedo. Muchas, una mezcla de atracción y repulsión. El negro de sus ojos destellaba un ansia insaciable de imán capaz de atraer sensualidades y vehemencias hacia su mirada, más que rendidas, subyugadas, cautivas.

La joven le pareció casi tan bella como su hermana Paula, su eterno referente. Le acompañaba un joven atractivo, gallardo, que cuando menos le sobrepasaba dos cabezas. A él no le arredraban esos inconvenientes, "Caballero, deje paso al ánimo cautivo. La urgencia de conocer a vuestra bella acompañante es superior al deseo de rendir agravios." Quiso la suerte que el hidalgo no guardase interés por aquella dama en concreto y por ninguna. Un varón bastante más alto que él le aguardaba entre el gentío. Dió varios pasitos marcha atrás saludando con ligeras inclinaciones como un camaleón ostentando el variopinto color de su cola prensil. "Amada damisela adorable, ya sois toda mía" le espetó el que a simple vista le parecía un niño gigante ensayando cursiladas de adulto galante. Paralizada por el rubor, no supo, no pudo o no quiso - sabe Dios - qué responder. El Emperador arrancó su máscara y a continuación la de ella, zafándose de las caretas de un manotazo. Estampó un arrebatado beso en sus labios, que la muchacha sintió como un rapto de mística erótica en el epicentro del ardor. Más adelante suspiraría, explicando a sus amigas éste y los sucesivos lances amorosos que luego se desencadenarían, "me he convertido en su abnegada amante veneciana. Nos vemos una o dos veces al año. Mi agonía es insufrible. Rendida me tiene a sus pies imperiales. Sufro penando sus cada vez más dilatadas ausencias...."

18 de febrero de 2009

El talante de Gerardo








Conversación que escuché el otro día entre dos chicas treintañeras sentadas en el vagón de metro que compartíamos:


- "Alvaro desde hace dos años no se habla con Paula, pero su relación con Gerardo es excelente. Conrado le guarda una inquina muy retorcida a Cisneros por un puesto de jefe de sección que éste le arrebató con muy malas artes. Rosa es la amante del gerente de la sección de informática y nadie la puede tragar. Miguel lleva la contraria a todo el mundo y le apodan el "Doctor No". Es un tipo en el que no puedes confiar. Sara genera crispación con sólo olerle el perfume que usa. Matilde vive en su mundo, al margen, es como si se le hubiese parado el reloj, una "Penélope" trasnochada. Inspira cierta lástima, pero quise intentar un acercamiento y se mostró arisca y muy despectiva. Un día bajó Gerardo para obsequiarnos pastelitos porque había sido padre por primera vez. Se presentó. A todos nos cayó muy bien. Desde entonces nos gustaría toparnos con él en las escaleras o el ascensor, pero es difícil coincidir porque está en la última planta del edificio, en la sección de logística. Sabemos que era compañero de Alvaro en el colegio. La amistad entre ellos se remonta a la infancia. Ya sabes, las confidencias entre personas que se conocen desde tan lejos, nadie ajeno las puede alcanzar. El caso es que el otro día Paula agredió con una grapadora a Alvaro y le tuvieron que dar dos puntos en la frente. Se armó un revuelo en la oficina tremendo que luego quedó en agua de borrajas. Nada. El asesor del secretario del gerente recomendó que el incidente no salieses de ahí, pero parece ser que Alvaro se lo contó a Gerardo y éste se presentó el otro día con más pastelitos, pretextando su cumpleaños. Total, que todos encantados con él, tan seductor, galante con las damas, simpático y buen conversador con los caballeros. Paula casi cae rendida a sus pies. Se rumorea por ahí que ahora son amantes. Lejos de enfriar la relación entre Gerardo y Alvaro, ahora parecen aún más amigos que antes. Los puntos al caer le han dejado una pequeña cicatriz que le añaden atractivo. ¡Es tan guapo!¡ Me muero por sus huesos!..Como te iba diciendo, Francisco - no quiere que le llamemos Paco - padece autismo social desde que se separó y le tiene que pasar pensión a su ex mujer y los niños. No recordamos bien cuando dejó de hablar. Creo que hace cosa de dos años. Pero cuando nos visita Gerardo, se le ilumina la cara y arranca una verborrea y un discurso que a todos nos deja alucinados y boquiabiertos. A la que Gerardo se va, se cierra otra vez en banda y no hay quien le arranque una palabra. Yo le entraría a Alvaro pero creo que está enrollado con una tipa de la quinta planta de la sección de seguros y siniestros. He pensado que tal vez Gerardo me la podría presentar, como es él único que se habla con todos..." bla, bla, bla....Menos mal, Cristina, que no trabajas en mi sección. Todo esto no te lo podría estar contando porque no nos hablaríamos. ¿Te das cuenta?

- Bueno, siempre tendríamos a Gerardo y sus pastelitos propiciando una conexión

16 de febrero de 2009

"El joven músico ruso"











A los profanos que no tenemos ni idea de solfeo, cualquier música puede parecernos magia, prodigio, milagro si no prestamos demasiada atención.

Esto lo debe saber bien el aspirante a músico que todas las mañanas atrona los oídos de los transeúntes a la puerta del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Coincidí con el tipo - un ruso hablando un español macarrónico, estridente - en un bar de la zona y le escuché decir a un contertulio:

- Desde que estoy en el Conservatorio progreso a "marchas forzadas". La gente lo valora y cada día aumenta mi recaudación.

12 de febrero de 2009

Raining Stones...Raining Crystals...








Aquella mañana Darío se levantó temprano para acudir puntual a la oficina del paro evitando las largas colas que le habían advertido.

Durante años había trabajado de mozo de almacén de una empresa de logística en turno de tarde y no conocía el madrugar. Le costó mucho desperezarse y mientras intentaba sacudirse el entumecimiento y las legañas pensaba en todos aquellos que aún conservaban su trabajo y debían levantarse muy temprano venciendo esa misma sensación de desvalimiento que ahora le embargaba. Pero no hay cosa que se resista a una buena ducha y un delicioso café con tostadas.

Cuando puso el pie en la calle y a paso decidido anduvo el trayecto de un par de manzanas, le llamó la atención que no se hubiese cruzado con nadie. Tuvo la sensación de transitar una ciudad inhabitada. Nada que ver con el bullicio y la vida despierta que le había ofrecido durante todos aquellos años el turno de tarde. En los vagones de metro tampoco coincidió con nadie. Se empezó a mosquear un poco. Nadie en las taquillas. Nadie por los vestíbulos. "Tal vez se han quedado todos en el paro como yo y coincidiremos a la cola de una larguísima fila" musitó en voz alta para tranquilizarse.

Llegó por fin a aquella dichosa oficina de empleo, emplazada en un polígono industrial remoto, donde llegaba la línea de metro como un prodigio de la naturaleza divina antes que humana. Se quedó de piedra cuando en vez de personas aguardando en las filas kilométricas de aquella oficina del INEM, se topó con una multitud de botellas, en apariencia de cristal, de casi dos metros de altura que parloteaban un lenguaje ininteligible y movían con aspavientos una especie de extremidades superiores trefiladas como alambres. Ante aquel espectáculo inverosímil quiso huir, echar a correr, pero cuando lo intentaba, se vió rodeado por una muchedumbre de aquellos seres de cuello estrecho sólo cubiertos por etiquetados de distintos tamaños, leyendas y colores. Unos le agarraron por las piernas, otros por el torso, mientras el que parecía líder o ser destacado de aquel grupo tiraba de su cabeza como queriéndo desenroscarla. Pudo ver, entre el gentío, cuerpos amontonados sin vida en un rincón a los que les faltaba la cabeza. Antes de ser desmembrado por aquellos individuos en apariencia quebradiza, pero fornidos como bueyes, supo que le estaban "descorchando" como a una botella de vino y que a continuación, seguramente, tomarían "el contenido". Algunos de aquellos seres mostraban restos de sangre en sus bocas. Las identificó como antesalas del tubo digestivo porque por ellas gesticulaban aquella jergigonza hueca, retumbante, que se expandía como un eco de multitud de copas brindando entre sí.

7 de febrero de 2009

"La sombra cada vez más alargada y apesadumbrada"













La sombra alargada, esbelta, casi escuálida, comentaba, pizpireta, a su hermana en el bar nocturno " Cuerpos Opacos":

- ¡ Estoy más que harta! Recuerdas que te comenté que suprimió el azúcar, la sal, la leche, el pan, las pastas y arroces...de su dieta. Ahora también dice que se va a privar de toda ingesta de alcohol. Lo que significa: mi gozo en un pozo. ¡Ya no veré jamás la sombra de Gonzalo! ¡Yo que me pirrio por sus grises, sus claro oscuros..!¡AaaAAaaayyyssss, qué sinvivir!

- No te preocupes. Se me acaba de ocurrir que podemos intercambiar nuestras identidades. Como somos gemelas, no hay problema. Mi cuerpo, ya sabes, se permite todas las dietas ricas en grasas y colesterol. Podrás ligar con la sombra de Gonzalo, sin inconveniente porque ella sí tiene intención de acudir a todos los saraos que se presenten y surjan.

2 de febrero de 2009

"La grieta del Cuarto C"










La grieta asomó por primera vez cuando el vecino estuvo de obras en su casa. El vecino desapareció en extrañas circunstancias y no pudimos concertar con él un acuerdo entre compañías de seguros. No lo participamos a la nuestra por desidia y ahí se quedó cual adorno psicodélico en el techo, como una especie de cocodrilo queriendo trepar por la lámpara de lágrimas. Eso le pareció a Chencho, mi hermano, amigo de fábulas y habilidades de la imaginación. También dijo que las telas de araña le parecían estalactitas de algodón, que con el tiempo le permitirían tejerse unos slips. Papá respondió que entonces ahí las dejaríamos crecer y reproducirse. “Ahora sólo tienes para un tanga” carcajeó y todos, como cretinos, le reímos la gracia.
Una noche rompió a llorar un bebé del Tercero A y Chencho tumbado en el sofá, viendo “Quequé” – el sensacional desinformativo de Cuatro – observó que la grieta se expandía bastante. Mis hermanos y yo le replicamos que se dejase de “esas imaginaciones suyas tan retorcidas, que no incordiase, que nos dejase ver el magazín sin interrupciones molestas”
Pasadas unas semanas, en el cuarto B, un tipo muy mal encarado le propinó una paliza a su mujer. Sonaron sirenas policiales y de ambulancias. Hubo un gran revuelo en el inmueble. Mi hermano Pepe aseguró que la grieta había sufrido una nueva dilatación, como un río creando afluentes y en esta ocasión sí dimos crédito a lo que no negaba la evidencia. Sólo mi padre se mostró escéptico, porque no llevaba cuenta exacta de la evolución de la grieta.
Al mes siguiente un tipo del Segundo F, montó una fiesta en su casa con altavoces a la calle. Música “ metalcore”, los “Suicidal Tendencies”, los “Dirty Rotten Imbeciles” y estridencias por el estilo. La grieta sufrió una metamorfosis kafkiana. Toda una red de fisuras inundó el techo y éste se abrió en canal. Con una escalera de mano trepamos y podíamos acceder al piso superior, una vivienda deshabitada desde que su antiguo morador se mudó a una residencia de ancianos. Mi padre tuvo la valiente idea de “okupar” este inmueble. Alegó que llevaba muchos años cerrada, que nadie daba señales de vida ni se interesaba por aquellas cuatro paredes desmanteladas. La acondicionamos un poco. Arriba se instalaron mis hermanos pequeños – somos ocho hermanos varones todos. En casa no hay hembras. Nuestra madre murió hace algunos años -. Los mayores tiramos un par de tabiques para convertir nuestras habitaciones en estancias más espaciosas. La grieta siguió creciendo hasta hacer desaparecer el techo del salón. Mi padre encargó al carpintero una escalera de caracol de madera de pino y ahora contamos con un dúplex “de putísima madre”.
La convivencia entre nosotros ha mejorado ostensiblemente. Mis hermanos menores son felices ahí arriba. Corretean a sus anchas. Les compramos una televisión independiente, para su uso exclusivo. “El Clan TV”, “El Disney Channel” y todas esas mariconadas, pueden verlas sin censuras ni discusiones sobre quién se adueña del mando.
Chencho dice que la grieta ya no se expandirá más. Según él, que es el más listo e inteligente de todos nosotros, aquella hendidura protestaba porque éramos demasiados compartiendo el mismo techo. Pero no nos da una explicación razonable cuando le preguntamos por las otras causas que originaron su propagación. Con la alegría de la mudanza, no nos hacemos más preguntas.