24 de febrero de 2010

"Ahh, es que ya me llevó el diablo, fijate que yo me acuerdo bien de la musiquita, pero se me olvidó la letra"




Para eludir la extrema vigilancia de la SGAE y los honorarios por derechos de autor al amparo de la ley vigente, en las peluquerías, bares y estadios de fútbol se optó porque los parroquianos y las parroquianas tararearan la música o recitaran la letra. Nunca, en ningún caso, entonar música y letra al unísono. Las sanciones por esta infracción podían costar las cuerdas vocales de la feligresía.


22 de febrero de 2010

Luna de Avellaneda.............Rosas y Pan




Leí ayer en la prensa dominical que 700 millones de personas en el mundo albergan el anhelo desesperado de abandonar su país. Sólo los más jóvenes y preparados se sentirán capaces de dar el paso, pero un alto porcentaje de gente sin formación y a una edad en la que las personas debieran ya tener su vida resuelta, se verán también en la triste tesitura de una emigración forzosa por el estado calamitoso en el que habitan en su país. Mencionaba el artículo que cuando el individuo deja de ser o no llega a ser nunca "ciudadano", para convertirse -o serlo siempre- en un simple "habitante", la desesperanza pronto anida en los corazones.

El sábado pudimos ver "La luna de Avellaneda" del director argentino Juan José Campanella. En su día no puede verla en cine. Me fascina este director tanto como su actor fetiche, Ricardo Darín. Pero absolutamente todo el elenco de actores y actrices están estupendos. Nuestro José Luis López Vázquez, Merces Morán, Eduardo Blanco, Valeria Bertucecelli.

El pueblo argentino, curtido en situaciones dificultosas, sabe de crisis prácticamente perennes. Campanella es al cine argentino y por extensión al cine de habla hispana, lo que Ken Loach al cine anglosajón. Similar manera de acercarse al realismo social, el inconformismo, la critica social...similar sentido del humor. Se menciona "un grado cero de la escritura cinematográfica", cuando para mi, no existe cine más cálido y entrañable que el de estos dos cineastas.

Las crisis se superan o se cronifican. La nuestra, la actual no sabemos bien qué seremos con ella. Los indicadores pesimistas, la cronifican. Los modestamente optimistas nos animan a superarla. Entretanto, siempre nos quedará este maravilloso cine para llevarla con mayor humor, empatía y capacidad de entereza ante el sufrimiento.


17 de febrero de 2010

Amor Micológico .....Celebrando el úndecimo San Valentín del santoral







Las setas crecemos a la sombra de los árboles aprovechando la humedad ambiente y la poquita luz. Unas especies somos comestibles y otras son venenosas - como entre los humanos recolectores de setas y los no recolectores -

Yo, en concreto, vivo a la sombra de un álamo y lo tengo un poco complicado para quedar con "mi chica" porque ella reside a unos doscientos metros de mi, con sus padres y hermanos a la sombra de un adelfa. Nos enviamos reclamos compungidos de amor como tórtolos. De sobras es sabido que los "Boletus", después de los tórtolos, somos los seres más románticos del planeta. Ambos, tanto ella como yo, soñamos con que un día aparezca un recolector con su cesta y nos una para siempre en la sartén, aderezados con romero, tomillo, aceite de oliva, ajo, pimienta blanca, vino de Rueda blanco seco, sal y jamón. Luego, no nos importa acabar abrazando el estómago de nuestro recolector o de otros comensales, porque como el toro de lidia nacimos para el luto.

El asunto es que el padre de mi amor, un hongo con la sombrilla mamelonada descascarillada y el pedicelo deformado por altas concentraciones de Muscarina – que viene a ser algo así como la artrosis deformante que padecen con la edad algunos recolectores y no recolectores humanos -. El padre, decía, me desprecia y no acepta de ninguna manera que su hija y yo podamos acabar algún día en la sartén o en el estómago de nadie. Nuestra historia de amor es como la de “Romeo y Julieta”; la familia de mi amada, los Capuleto y la mía, los Montesco, con una salvedad: no puedo acudir a bailes, ni protagonizar la escena del balcón, ni infiltrarme en los patios de palacio; tampoco esquivar duelos o pasar secretamente la noche en el lecho de mi amada; mucho menos ingerir venenos – algunos de nosotros ya los traen de fábrica – o presenciar desde el limbo como mi novia se atraviesa el pedicelo con una daga. Todas estas acrobacias y excentricidades humanas, a los de mi condición nos han sido vedadas.

Me conformo con enviarle mis reclamos cargados de melancolía y vana esperanza; reclamos que ella me corresponde constantemente de tal suerte que todos los habitantes del bosque se quejan al Gran Cedro Amargo, lanzándole emisiones más de reclamación que de sugerencia. Mi padre me martiriza la sombrilla dándome mamporros y coscorrones con la suya, que es tan fea y deslucida como la del padre de mi chica. Mi madre me grita, como suelen hacerlo las madres de todas las especies animales o vegetales del mundo. El caso es que si persiste esta situación nos exponemos, mi amor y yo, a que las especies que cuentan con capacidad de movimiento del bosque, nos den una buena zurra y nunca, nunca de los jamases podamos acabar en la cesta o en la sartén, según es nuestro más alto anhelo y nuestra mayor aspiración en nuestras parasitarias vidas como hongos abandonados a su suerte.

Un amigo mío desde la cuna, me aconseja, susurrándome sugerencias y consejos, que vivamos este amor en silencio, sin escándalo ni algarabía. En concreto me dice “Guárdalo en el corazón de tu pedicelo y ella que haga lo propio”. Así que le he enviado a mi amada un reclamo en el que, siguiendo el sensato y sabio consejo de mi amigo, desgarrado por el dolor le digo:


“Ay, el amor,que debe,con su mirada ciega
encontrar sin los ojos caminos para si.
¡ oh pendenciero amor ,porque,oh amante odio,
o creacion creada por nadie de la nada !
¡oh seria vanidad, ligereza pesante,
oh este deforme caos de formas figuradas!
¡Fuego frio, humo claro,grito mudo,oro muelle
sueños despiertos donde nada es lo que es!
Este amor siento y no siento, por eso amor
¿No deberias reir?.”









11 de febrero de 2010

Semana Grande de San Valentín y Santa Valentina ! para todas las personas que han conocido la dicha de sentir el aguijón del amor...
















Mi muy querido Santo Varón:

Hay ciertos momentos de la vida que requieren recuperar el género epistolar,
eludiendo otras vías de comunicación más rápidas y modernas, pero menos románticas y seductoras.

Creo que recibir una carta acompañada de un ramo de rosas rojas, una caja
de bombones y una botella de cava o champagne, siempre propició un buen
comienzo en toda relación romántica.

Por eso te escribo esta carta con la esperanza de que el ramo de rosas, el cava
y los bombones los escojas tú, caballero romántico donde los haya.
En otra ocasión te agasajo yo a ti con una lluvia de pétalos de rosa,
baño de espumoso cava y besos de bombón.

Cualquier día insospechado puedo sorprenderte. No será el día de San Valentín,
día cursi y ramplón donde los haya, porque para mí San Valentín me toca con su
varita mágica el corazón todo el año y con Cupido tengo pactados acuerdos de
alianza eterna.

Te escribo esta carta de mi puño y letra con lánguidos trazos inclinados a la
derecha como indicio de una pasión somnolienta que se despereza, bosteza
como una doncella inmaculada, y se reclina como dejándose llevar por el hilo
de una melodía cadenciosa que invita a seducir al deseo dormido que habita en tí.

Quiero seducirte con el oleaje de un mar de palabras que llegan a la orilla como
una sirena ulisiana pronunciando tu nombre. "Amor" te llamas y yo no te vi llegar.
Tus tenues pisadas en la arena no dejaron impronta y huella de tu paso,
pero el mar cuando llegaste era de un color azul verdoso que iluminó mis ojos
y entonces te pude ver a ti y sólo a ti entre las multitudes de la playa solitaria.
Tu soledad se topó con la mía. Ya sabes, la suma de dos corazones solitarios
bien pueden convertirse en el eco de una sola voz que clama por los confines
del mundo que Eros existe y funde nuestros cuerpos en un solo espíritu de ardor,
pasión y orgasmo siderales.
La danza de mi misiva toca a su fin, Amor mío, porque no quiero abrumarte.
Sólo quería que supieses que siempre te estuve esperando en el puerto de El Pireo
durante los amananeceres lluviosos, los mediodías candentes, los ocasos
salpicados de oleaje. Siempre, siempre, como Penélope a su Ulises.
Te escribo esta carta para comunicarte que al fin llegaste y yo después de
esperarte por largo tiemo, te encontré y ambos seremos dos espíritus libres
que se aman y ahora van a degustar juntos un delicios y aromático café en el
cafetín del puerto.











5 de febrero de 2010

"La melopea de Alcibíades"




En el Simposio organizado por el poeta trágico Agatón versado sobre el amor, Eros, Alcibíades llega a la hora de los postres, en estado muy ebrio, tras ser multado en un control de alcoholemia y detenido en dependencias policiales siendo imputado no detenido por un Delito contra la Seguridad Vial con resultado de retirada de permiso de conducir tres meses y siete puntos. Aristófanes en plan guasón, le guiña un ojo, mientras le invita a sentarse junto a él en una silla libre; Pausanías le recrimina que es la verguenza ateniense de todas las ágoras; Eriximaco se pone en pie y ruega calma y concordia, que reine la serenidad entre los presentes...Finalmente Sócrates, con los ojos cerrados como en estado de éxtasis exclama:

- Los estadios del amor son como las melopeas de Alcibíades: del climax inicial se pasa por momentos intermedios hasta llegar al calabozo. Pero benditas borracheras, bendito Eros que nos permite apreciar la belleza de todos los cuerpos en un sólo cuerpo, la belleza de todas las cosas y por extensión todo lo Bueno y Bello que nos brinda la naturaleza. Cuando te quitan los puntos del carné, es entonces cuando ya sabes a ciencia cierta en qué consiste el "amor platónico" -Socrates dixit.