3 de marzo de 2012

No he dicho a Nadie y Nadie no ha dicho Nada sobre esta palmaria realidad mía: tengo noventa y ocho malditos euros exactos para afrontar tan largo mes. Nadie dirá a Nadie Nada porque mi Caja China está vacía y las cajas vacías Nunca interesaron a Nadie. Está vacía de podridos euros, pero llena de "Poemas Humanos" de César Vallejo; repleta de recuerdos de unos días en un Madrid de invierno primaveral henchido de gloria y con cada vez más estómagos vacíos; de música apacible a mis oídos, de músicos callejeros que tocaron por y para nosotros sin pedir limosna lisonjera; de sonrisas de niños y niñas en los parques y las escuelas; de manifestantes contra ladrones y latrocinios tan criminales como infanticidios. ¡Benditos euros del hambre! No apetecen pan ni cebolla. Sólo quiero recordar nuestros días con sus noches del más puro amor. Alimentarme del aire contaminado de la urbe, presa en la sequía y la quiebra, aunque finjamos una normalidad dormida que nos suma en un infinito de letargo de sueños y quimeras pasadas y futuras. Mi Caja China está vacía a los ojos de Nadie, pero tan repleta de tesoros que no cuento con energías suficientes para contarlos y nombrarlos.

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