"La Fiesta del Chivo" de Mario Vargas Llosa
Acabo de leer "La Fiesta del Chivo" del escritor siempre magistral Mario Vargas Llosa. Me ha impactado hondamente, tanto es así que llevo dos noches sin dormir devorando los últimos capítulos. A ratos no podía seguir. Los episodios de brutalidad sobre los asesinos de Trujillo o sobre los que conspiraron para matarle casi justo el día que yo nacía en 1961 me han dejado un regusto amargo, demasiado amargo, especialmente cuando pienso que tres años después mi padre nos esperaría en Santo Domingo de Guzmán (República Dominicana) a mi madre y a mi para emprender nuestra nueva vida caribeña tan lejos de la patria, la familia, los amigos, los lugares natales, cercanos y entrañables. Si nos descuidamos recalamos allá cuando aún se llamaba Ciudad Trujillo, en vida del cruel y sanguinario dictador, su espantosa familia; esos hermanos suyos depravados; esos hijos suyos sin entrañas; toda aquella crueldad devastadora sobre un pueblo inocente. Esta novela me ha hecho recapacitar sobre mi