

Reconozco que ya tenía las maletas hechas para ir a ninguna parte este verano. Cosas de la crisis: se va todo el mundo, pero yo me quedo. Mi hermana Silvia me ha pedido que le dedique un humilde homenaje a Michael Jackson antes de partir, es decir, quedarme, he querido decir. Sé por qué me lo pide. Ella, preciosa, muchísimo más guapa que yo de siempre, desde la cuna, cumple años el mismo día que los cumpliría Michael Jackson, el mismo día que el actor Richard Gere - que no se aclaran las wikipedias con las onomásticas -. Vamos, que juraría que los tres son del 29 de agosto. Mi hermana muchísimo más joven y muchísimo más guapa que ellos dos juntos en su época de mayor encanto y atractivo físico.
En fin, que me negaba a que este espacio se convirtiera en un racimo de obituarios, pero el añito se las trae. Ayer enterramos a un compañero mío. La semana pasada a su hija de 30 años y hoy a Michael. Sí, Silvia, se nos ha muerto como del rayo, Michael con quien tanto queríamos mover el esqueleto por esas discotecas y escenarios improvisados de Dios. El ritmo que trasmiten las canciones de Michael no se puede describir, es una cosa sobrenatural.
Creo que todo lo que se le ha recriminado al Jackson adulto, se lo perdonamos porque tuvo una infancia no ya difícil. Fue peor: literalemte no tuvo infancia. Como nuestro Joselito, nuestra Marisol. Me dan mucha pena los niños prodigios a los que se les explota sin compasión. Michael reivindicó su infancia, aún a costa de ser tildado de estrafalario y chiflado. Aún a costa de arruinarse y verse obligado a los 50 años en lo que parecía el ecuador de su vida, resultando devenir su final, empezar de cero y regresar a los escenarios como aquel niño de 4 años, desvalido y frágil.
Creo que Michael Jackson ha muerto siendo un niño frágil, desvalido, desamparado. Un niño de 50 años que el 29 de agosto cumpliría 51. Nunca he creído a aquellos que le acusaron de las peores infamias. Ví un reportaje sobre él en el que me pareció un ser muy inmaduro que buscaba desesperadamente al niño interior que le arrebataron. Ya saben, arrancar a los niños y a las niñas interiores tal vez siga creando genios. Michael Jackson se dice ya que es un icono planetario. Pero lo cierto es que prefiero al Michael que reivindicaba una infancia arrebatada con su conducta excéntrica que al Michael niño explotado sin piedad y vejado por su padre.
Michael gracias por tu música. Te vas de la mano de un ángel de Charlie, la bella Farrah Fawcett. ¡Qué mejor compañía!
Silvia, va por ti, sobre todo.