15 de junio de 2018

Y llegó el mundial de Rusia...#historiasdefútbol

“El fútbol se juega siguiendo una serie de reglas, llamadas oficialmente reglas de juego”

 Quise ser madre a los cuarenta años. Yo quería una niña. Pero quiso Dios y la fortuna caprichosa que fuese niño. Encantadísima y muy ilusionada me cuidé mucho durante mi embarazo. A los ocho meses nació Héctor, un bellezón de niño ochomesino. Nunca debiera ningún padre ni madre albergar ideas e ilusiones preconcebidas sobre sus hijos, pero me lo imaginaba jugando al baloncesto o componiendo castillos de arena con un cubo y una pala. No. No iba a ser así. A mi Héctor le iba a apasionar el fútbol. Por algo nació un veinte de marzo como Niño Torres.

 “La regla principal es que los jugadores, excepto guardametas, no pueden tocar intencionalmente la pelota con sus brazos o manos, durante el juego, aunque deben usar sus manos para los saques de banda”

 Mi Niño Torres particular parecía haber nacido con un balón debajo del brazo y pese a ser madrileño, su equipo pasión era y es el Barça. A mí como madre y persona, el fútbol me gusta lo justo. Soy de ver a la Selección Española si llega a la final. Ahí me sale todo el amor patrio y toda la vena española si Andrés Iniesta nos da la victoria en el Mundial. Pero, ay señor, cuando un hijo te sale apasionado del fútbol. Tu lavadora se convierte en una colada de colores naranjas, azulgranas, amarillos, verdes, azules..ya no sabes si es colada o el arcoíris universal.

 “En un juego típico, los jugadores intentan llevar la pelota hasta la portería rival, lo que se denomina gol, a través del control individual de la misma, conocido como regate”

 Primero y en primerísimo orden, está el aceptar que después de clase habrá entrenamiento. Desde casi preescolar. En septiembre te parece todo una fiesta de niños, alguna niña valiente, muchas madres y algún padre al que le gusta el fútbol tanto como a su retoño, hay también abuelos muy abnegados y forofos, pero no has contado que llega octubre con un frío que pela y puedes acabar convertida en un iglú durante los entrenamientos y los partidos de fin de semana. Miras en el calendario cuándo llegarán las Navidades para descansar este cuerpo serrano congelado y para darle un respiro a tu lavadora última generación, cuya obsolescencia programada funciona como un reloj de precisión después del partido amistoso con el equipo escolar de los Maristas y el colegio Amor de los Misericordiosos. En enero en las Rebajas te compras un anorak largo que te cubra bien las rodillas y que dure por lo menos cuatro inviernos y todas las ligas escolares habidas y por haber. Alguna madre tiene la genial idea de aparecer con termos llenos de chocolate y una buena bolsa de papel llena de churros y porras. ¡Adiós propósito de adelgazar pasando frío mientras tu hijo quema calorías dando patadas a un balón!

 “El juego en el fútbol fluye libremente, y se detiene solamente cuando la pelota sale del terreno de juego o cuando el árbitro decide que debe detenerse”

 Al fin llegan la primavera y el veranito, las copas y medallas y esas sonrisas y alegrías inconmensurables en los rostros y los pies de nuestros pequeños campeones. Tomamos fotos de cada rincón de la pista y del campo de fútbol, de cada entrenador y cada jugador para luego enmarcar las mejores para la posteridad y colocarlas en aquella repisa llena de copas, trofeos y medallas. Y cuando ya ves las merecidas vacaciones en tu calendario, va tu Niño Torres particular y te dice: el curso próximo quiero estar en dos ligas, la escolar y en la que están apuntados “fulanito y menganito”. Entonces, tú, madre sufrida vas y le das un abrazo y un beso tan grandes que sientes que el pecho te va a explotar de tanto orgullo marental. Gracias, Héctor, por tu afición tan entregada al fútbol y por todos los buenos momentos, que han sido un logro tuyo con mi modesta contribución.
 

11 de junio de 2018

Este mundo se va al garete....vamos inexorablemente abocados a la deriva...el ser humano el más bruto entre brutos..nos faltan delicadeza y respeto...

Como consumidores muy poco podemos hacer cuando vamos a la compra si prácticamente todo lleva aceite de palma. Es desesperante. Luego sucede que quieres comprar el producto sin aceite de palma o sin envase de plástico y es el triple de caro. Ver la desesperación y desolación de este orangután intentando que paren estas malditas excavadoras, nos crea una impotencia sin límites. Luego tenemos a unos valientes y denodados surferos que vienen denunciando el deplorable estado de nuestros mares, repletos de plásticos, y piensas que aún nos queda una esperanza para este planeta y esta humanidad a la deriva. También nosotros podemos hacer mucho. Es cuestión de proponérselo y concienciarse. Es misión muy ardua y difícil, pero no imposible... He escrito a todos los supermercados el siguiente email por si alguien se anima a hacer lo mismo: Me he propuesto empezar a consumir productos libres de aceite de palma en la medida de lo posible. He comparado la web de su supermercado con la de X y la de Y y Z. Su supermercado que es el supermercado que prefiero con diferencia, sólo presenta una oferta 15 productos si en el buscador se escribe " productos sin aceite de palma". X e Y ofrece muchos. Z ni siquiera tiene buscador para realizar la consulta. Me gustaría mucho que su supermercado en su web al buscar el consumidor "productos libres de aceite de palma" presente y ofrezca todos los productos que el consumidor tiene a su alcance para poder elegir. Esperando que esta sugerencia sea bien recibida, reciban cordial saludo.