27 de abril de 2020



Y con estas ballates monódicas de Esther Lamandier  extraídas del Decamerón musicadas, acompañadas de órgano portátil, arpa, laúd y viola, en una grabación que fue publicada por la casa Astrée con el número E 57706 AD O45, acompañadas por una introducción explicativa firmada por Nanie Bridgman, doy por finalizado mi Decamerón particular. Si el Decamerón de Boccaccio tenía una estructura gótica. el mío presenta una estructura biónica, que es lo que se estila ahora. Aunque a fecha de hoy veintisiete de abril prosigue el confinamiento en España y nuestros diez protagonistas siguen enclaustrados en la finca extremeña de los padres de Daniel, doy carpetazo a este experimento de Decamerón por dos motivos: Uno/ Estoy hasta la coronilla del monotema, que si la COVID-19 por aquí que si la COVID-19 por allá. De tan manido el tema ni los medios de prensa se dignan en escribirlo correctamente. Dos/ Mis diez protagonistas están a su vez muy hartos también. Me han trasmitido que están hasta las narices de "la covid y el covid". Que el vino de la bodega se les está terminando y cada día sale alguien al pueblo por cerveza y más cerveza. Les ha dado por fumar como carreteros. Vislumbran un panorama muy negro, un futuro COVID (¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR ÍNTEGROS Y DIGNOS?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, IDIOTAS DESCEREBRADOS?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, INDIGNOS DONNADIE?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, ILUSOS DESGARRACALZAS?....¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR? ¿CÓMO? ¿CÓMO? ¿CÚANDO? ¿POR QUÉ?) Muy alegremente se pregona por las redes sociales y artículos de prensa se hacen eco insistiendo en que después de esta pandemia el mundo será diferente, los seres humanos habremos cambiado para mejor. ¡Mare de Deu! Esto no hay un dios que se lo crea. Las ciudades chinas seguirán vomitando dióxido de nitrógeno en el aire del gigante asiático. Regresarán los vehículos motorizados, las fábricas a todo gas, las instalaciones industriales produciendo cantidades ingentes de trastos y cachivaches que no precisamos para nada, muchos de ellos de plástico que va a parar al mar, "que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos", que ya lo recitaba Jorge Manrique cien años después de Boccaccio y la cantinela sigue y sigue siglos y siglos después y nunca enmendamos la plana. Pero habrá siempre siempre siempre seres humanos que lo seguirán intentando. Tal vez, Fer con sus poesías. Quizás Daniel visionando todos los documentales comprometidos de Netflix. Puede que María con su tesón y altas dosis de responsabilidad. Qué decir de Laura tan valiente y esforzada. Puede que nuestros diez protagonistas ni siquiera lo intenten, pero otros lo intentarán de todas las edades además. La crisis de 2008 ya había dejado a mucha gente tirada en la estacada. En esta ocasión no debemos consentir que se rescaten bancos y no se rescaten personas y familias. No debemos consentirlo bajo ningún concepto ni pretexto. Ya vemos a gente pasarlo muy mal. De nuevo la solidaridad será crucial, pero si los gobiernos y los poderosos del mundo no arriman el hombro, esta nueva crisis será devastadora y mortal. No nos matará solo el virus. La gente morirá de hambre y desesperación. Las potencias mundiales deben responder y los humanos cambiar, cambiar de verdad.

23 de abril de 2020

Día 10, 25 de marzo de 2020, Día de Paco....Renta Básica Universal, ahora es el momento, pero no lo será. El mundo no cambia...Feliz Día del Libro 2020....por favor, leed y leed, ahora y siempre.........

Cuando Paco decidió militar en Unidas Podemos era el mismo día de su fundación como coalición, el quince de marzo de 2019. Y lo hizo en Madrid y no en su Galicia natal porque llevaba ya cuatro años residiendo en la capital. Le iba fatal en los estudios universitarios, pero cada vez medraba más en los círculos podemitas. Su firme compromiso le confería más y mayores responsabilidades. Había creado un círculo sectorial junto a otros siete compañeros de la Facultad de Derecho. Las campañas, iniciativas, eventos, foros y un sinfín de actividades le robaban las horas del día y la noche. Se sumaba a todo ello las tremendas jaquecas y cefaleas que sufría de origen desconocido. Sus padres le habían llevado a mil especialistas y no daban con el origen de tan dolorosos episodios que con tanta frenética actividad política se agudizaban. Ibuprofenos,paracetamoles y nolotiles eran sus aliados. Y copazos de whisky por sus cualidades relajantes. Ahora, durante el confinamiento había leído que el ibuprofeno no era nada recomendable. Así que optó por tirar cuatro cajas a la basura. Como no le quedaban muchos paracetamoles y nolotiles le pidió a Daniel que alguien fuese a la farmacia a comprarle una caja o dos pretextando un insufrible dolor de cabeza. En realidad, no tenía remotas ganas de ir al pueblo a la farmacia y tener que dar explicaciones ya que sabía que el paracetamol es lo más recetado para tratar el Coronavirus. Daniel tampoco quería dejarse ver por el pueblo. Ya dijimos que de ninguna manera se debían enterar de que estaban todos los chicos y chicas en la finca de sus padres. Así que pidió a Laura que fuese ella ya que ya había salido a comprar al supermercado y era muy discreta. Para disimular debía comprar otras muchas cosas absurdas, tales como crema facial, barra de labios, crema de manos para grietas y nada que pudiese estar relacionado con el dichoso Coronavirus, como por ejemplo alcohol, agua oxigenada, desinfectante, mascarillas, guantes..En realidad a la simpática farmacéutica que le atendió poco le importaba lo que Laura quisiese comprar. Cuando Laura entre toda la lista de cosas absurdas pidió casi balbuceando dos cajas de paracetamoles, la farmacéutica le dijo si quieres más te puedo dar otras dos cajas. "Sí, gracias, por favor. Tengo a mi novio con unas terribles jaquecas y solo tenemos ibuprofeno en casa que ahora está desaconsejado" La farmaceútica entonces respondió algo que dejó a Laura muy perpleja "a mí nunca jamás me ha gustado el ibuprofeno. En casa solo entra paracetamol". Estuvo a punto Laura de preguntar qué opinión le merecía el nolotil ya que veía a Paco consumirlos como gominolas, pero no se atrevió por no meter la pata. Pagó con tarjeta, se despidió con una amplia sonrisa y cuando estaba a punto de franquear la puerta, la farmaceútica le espetó "¿Eres novia de Daniel? Ya os hemos visto en la finca de sus padres. Lo comenta todo el pueblo que os vinisteis un día antes de decretar el Estado de Alarma". Laura enmudeció. Se puso tan pálida que pareciera que fuese a darle un desmayo. Se giró e intentando disimular respondió "No. Soy novia de Paco, un amigo de Daniel. Yo a Daniel casi no le conozco. He venido por mi novio Paco ya que ellos dos son muy amigos. Nos vinimos para poder estudiar ya que en el apartamento de Madrid estábamos muy ahogados. Le prometo que nos portamos bien y el pueblo no tiene nada que temer. Estamos todos sanos como manzanas". "No te preocupes. Ya sabemos en el pueblo que sois muy buenos chicos y Daniel es de muy buena familia. Cuidaos mucho y no salgáis mucho por el pueblo. No por nada. Es que los jóvenes soléis ser asintomáticos pero muy transmisores de la enfermedad. Podéis pasarlo sin enteraros. De hecho el dolor de cabeza es uno de los síntomas". "Le aseguro que mi novio Paco, el pobre, sufre jaquecas desde su adolescencia. Le han hecho todo tipo de pruebas tanto en Galicia como en Madrid y los médicos no dan con su origen". "Vaya, pobre. Tened cuidado. También debéis saber que se ha visto que salen sabañones en pies y manos y extrañas manchas en la piel. Esto les suele suceder a los asintomáticos, muy especialmente a los niños y jóvenes" "Muchas gracias. Lo tendremos en cuenta". Laura regresó pitando a la finca. Regresaron de un plumazo todas sus inseguridades y complejos y ansiedades. Nunca le habían gustado las farmacias y mucho menos los farmaceúticos y si eran simpáticos como esta farmaceútica aún menos porque Laura era muy hipocondríaca. Ahora a fiebre, tos, dolor en el pecho, dificultad para respirar, había que añadir sabañones y manchas y eccemas en la piel. La maldita enfermedad era un horror. Laura llegó a la finca y cuando depositó la compra sobre la mesa rompió a llorar. Paco intentó abrazarla para consolarla, pero ella le soltó "No me toques. Puedo traer el puto virus en forma de sabañones o qué se yo qué más. Además ya saben que estamos todos en la finca" "¿Quiénes lo saben" preguntó Daniel. "Todos en el pueblo. Eso me ha dicho la farmacéutica". "¿Clarita? Ah, no le hagas ni puto caso a esa mujer. Le encanta propagar bulos." "¿Y por qué la llamas Clarita como a mí Laurita? ¿Por qué no la puedes llamar Clara y a mí Laura? ¿Qué coño os pasa a la gente?". Paco se acercó y la abrazó: "Laura, Laura, Laura. Eres la mejor persona que conozco de este puto Planeta Tierra. Me has traído nada menos que cuatro cajas de paracetamol. Has logrado esto y cuanto te propongas en la vida. Te estaré infinitamente agradecido. Saldremos de ésta, te lo juro y prometo". "Los podemitas nunca juráis. Solo prometéis" bromeó Fer. "¡Vaya! ¡Qué crema tan buena para la cara, Lauri. ¿Me la puedo quedar" preguntó ingenuamente Natalia. "Sí, Nati, te la puedes quedar. Damos por inagurada la sesión de diminutivos a cual más ridículo" respondió Laura secándose las lágrimas en la sudadera de Paco. "En fin, yo con vuestro permiso me quedo las cajas de paracetamoles y me voy a tomar ya uno porque me va a estallar la cabeza". Paco se tumbó en su habitación a oscuras y se quedó dormido un par de horas. Cuando se levantó ya se sentía bien. Debía prepara su disertación nocturna. Así que elaboró un dossier donde explicaba el motivo y finalidad de su Círculo Sectorial podemita. No solo le serviría para afianzar sus entusiasmadas ideas, sino que tal vez animaría a sus amigos a comprometerse con su causa. Llegada la noche, se sentaron en círculo. En esta ocasión el círculo no podía ser más apropiado. Se pusieron morados a pizzas, patatas fritas y todo tipo de encurtidos y embutidos. El vino corría a raudales. Paco se sentía feliz de poder explicar a sus amigos la finalidad de su Círculo Morado Sectorial: "Veréis, la idea se me ocurrió en la Universidad. No comulgo con el sistema educativo español trasnochado y caduco. Sabéis que Finlandia por ejemplo ocupa el número uno en el ranking mundial en calidad de enseñanza. Su finalidad primera y última es crear ciudadanos felices y en España no veréis a gente más infeliz que el animal universitario, es decir, nosotros. En mi caso particular, encadeno un fracaso tras otro. El programa de estudios me parece nefasto. Ninguna asignatura me seduce por sí misma ya que no está bien planteada, no aporta los ingredientes necesarios para seducir. En España se sigue rindiendo culto a la titulitis. Cuentan más las notas y el título final que un verdadero aprovechamiento universitario. Cursamos carreras además que luego no nos servirán para nada, salvo para engrosar las filas del paro o para tener que emigrar a limpiar platos. Ya ni siquiera Londres será destino fiable con el Brexit. Hay que hacer algo y hacerlo ya. El objetivo de mi Círculo Sectorial es......."


19 de abril de 2020

Día 9, 24 de marzo de 2020..El Día de Helena....La epidemia se extiende por España de forma más rápida que en Italia...



Habría que preguntarse si el fascista se hace o nace. Lo que si parece ser algo incontestable es que el fascismo nació con Benito Mussolini y Helena, la que ahora nos ocupa, parecía ser su fiel discípula, la más abnegada casi un siglo después. Helena, con unos orígenes italianos dado su apellido Graziani, nacida y criada en la ciudad alemana de Chemnitz con unos padres de la más rancia ultraderecha germana, dejaba mancos a los y las de Vox en discursos de odio, racismo, xenofobia. Además, pronunciaba español con un deje italo-alemán que habría sido las delicias del dictador Franco y afortunadamente no cursaba Ciencias Políticas, de lo contrario, un día llegaría a ser Ministra de Algo en Algún Congreso de Diputados y Diputadas en la bancada más a la derecha y más extrema que imaginarse uno puede. Tenía un temperamento iracundo, sarcástico, visceral. De ella decían sus compañeros de apartamento que lo raro es que hubiese tenido tres novios, a los cuales había dejado emocionalmente K.O.ooooossss. Dos, allá en su ciudad natal: Clemens y Cedric y uno nada más aterrizar en España con su Beca Erasmus +: Juan Pablo. Los dos primeros precisaron tratamiento psicológico. El tercero la caló en seguida y con un "vete a la mierda" dejó zanjada una relación tortuosa y llena de tantas aristas que a Helena por primera vez en la vida se le saltó una lágrima, que no era de dolor, sino de ira supina y superlativa por no haber podido anular el temperamento tan forjado del español. Su idea del amor era la de "uno domina y el otro traga" y por descontado, ella era la destinada a dominar. Así lo había mamado en su casa: su madre dominaba a su padre y su abuela a su abuelo y suma y sigue hasta remontarse al Milán de las "camisas negras". A Helena le fascinaba la frase de Benito: «¿Puede el fascismo dejar de contar conmigo? ¡Claro! Pero también yo puedo dejar de contar con el fascismo». Para rematar la faena Helena leía con fruición a Frau Föster-Nietzsche, que no a Nietzsche propiamente dicho, Ezra Pound, Céline, Knut Hamsun, Robert Brasillach o Hanns Johst y estudiaba español con pasión para poder leer algún día a César González-Ruano, Agustín de Foxá, Rafael Sánchez Mazas, Eugenio d’Ors, Ernesto Giménez Caballero, José María Pemán, Rafael García Serrano, Luys Santa Marina y Juan Ramón Masoliver. Tenía un cacao considerable en cada neurona de su cerebro. Sus compañeros habían aceptado que al principio les engañó con esos ojos tan enormes azules, su larga melena rubia y unos rasgos faciales tan cándidos. Vamos, que María decía siempre de ella "no es cierto que la cara sea el espejo del alma. Es un verdadero demonio". Les consolaba saber que era cosa de soportarla durante este año 2020, pero, claro, el 2020 se les había torcido de lo lindo con el confinamiento. De buena gana la habrían dejado en Madrid a su suerte, pero lo cierto es que a todos infundía miedo. Daniel podía echarla si quisiera por ser el administrador del bloque de apartamentos, pero se decía a sí mismo y a los demás "que la vida conlleva pruebas, pruebas duras, para forjar a hombres y mujeres hechos y derechos y Helena era una prueba que les había enviado el destino, un pulso de vida que debían vencer". Paula replicaba "que no lo tenía tan claro eso de que la vida bla bla bla...la puedes echar y punto pelota". Daniel escurría el bulto. Se sentaba a ver documentales en Netflix y no quería saber nada del asunto. Los demás le seguían el juego y así la convivencia se hacía llevadera. La única que le plantaba cara era Paula. A Helena le recordaba el temperamento de Juan Pablo y preparaba dura artillería para contraatacar, pero ahora estaban en la finca de los padres de Daniel y había piscina y jacuzzi y un buen gimnasio y muy buenos vinos. Tampoco era plan de amargarse así su propia existencia. Tiempo habría en Madrid de "enseñar a esta tropa de niñatos y niñatas quién era la que mandaba y dominaba". Helena en la finca extremeña se mostraba tan relajada y tranquila que los demás no salían de su asombro. Le había dado por leer "Los Cantos" y "Cathay" de Ezra Pound y las obras completas de José María Pemán. Llegada la noche mágica de Las Musas, a todos y todas tenía muy intrigados qué sorpresa les tenía reservada Helena. Situación tan delicada requería de los mejores caldos de la bodega. Daniel se atrevió a coger tres botellas de lo más reservado y selecto e intocable. Ya rendiría cuentas a sus padres cuando pasase todo este confinamiento. Lo cierto es que si se seguía alargando acabarían con todas las reservas vinícolas y la cosa cada vez pintaba peor como en China e Italia. ¡Quién se lo iba a imaginar! Había ya muchos documentales en YouTube y Daniel los devoraba. Esa noche prepararon espaguetis a la carbonara en abundancia para que a Helena le entrase sopor. Pero Helena tenía preparada una historia de lo más elaborada y estudiada: les quería contar la interesante y apasionante vida de Ezra Pound, un poeta, ensayista, músico y crítico estadounidense perteneciente a la Lost Generation —«Generación perdida»—, sus etapas londinense, parisina, italiana y cómo tras la guerra, Pound fue juzgado en EE. UU. por traición. La intermediación de diferentes figuras del mundo cultural consiguió que se le declarara loco (así se le salvaba de una potencial pena de muerte) y que se le internara en el hospital del St. Elizabeth, donde permaneció durante doce años (1946-1958). Allí continuó elaborando The Cantos, además de traducir a Confucio. Pensaba la audiencia que allí terminaría la historia de tan insigne e ilustre poeta, pero no, Helena siguió contando que en 1958 Ezra volvió a Italia y se instaló en un castillo y viñedo entre los Dolomitas, Brunnenburg, propiedad del marido de su hija Mary y donde esta fundó el actual Ezra Pound Centre for Literature consagrado al estudio de su obra. Allí, cuidado por su hija, permaneció hasta su muerte en 1972 en Venecia. A puntísimo estuvieron de aplaudir tan fascinante historia "tan bien narrada" (el sopor de los chicos y chicas rozaba el mayor de los tedios), cuando Helena manifestó que aún no había terminado. Traía una obra selecta de los mejores versos de Pound: " Querría bañarme en extrañeza: estas comodidades amontonadas encima de mí, me asfixian!¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo, amigos nuevos, caras nuevas y lugares!...." CONTINUARÁ



15 de abril de 2020

Día 8, 23 de marzo de 2020...Día de Laura....Nueva York se convierte en uno de los epicentros de la pandemia...



A Laurita no le gustaba que la llamasen así. Quería que la llamasen Laura, pero no había tu tía. Lo más increíble es que cuando conoció a Daniel y a Paco se presentó como Laura. Cuando éstos le fueron presentando a todos los demás, ella se daba a conocer como Laura plantando besos a troche y moche y muchos abrazos, cosa que ahora está completamente prohibido por Real Decreto Anti Besos y Abrazos y Carantoñas Varias. Pues bien, no habían transcurrido ni cinco minutos que Daniel se dirigió a ella como Laurita y se fueron sumando los demás como en un coro de complot. A Laura le entraban casi ganas de llorar porque en su casa la habían siempre llamado Laurita y ella lo detestaba. Así que aquí la llamaremos siempre Laura por respeto a su persona tan entrañable y buena gente. Laura había nacido en Barcelona de madre catalana y padre andaluz. Era, por tanto, charnega. Entre el sambenito de "charnega y Laurita", la pobre iba bien surtida de complejos de inferioridad. Si estaba con catalanes, le avergonzaba decir que su padre era andaluz. Si frecuentaba a castellanos, ocultaba que su madre fuese catalana. Total, que ella anhelaba la independencia pero sin saber muy bien cuál era el alcance de esta decisión, porque lo que es el sentimiento independentista no lo tenía. No gozaba de la fuerza de convicción temperamental de su hermano Jordi, de sus amigos y bastantes familiares. Pero tampoco sentía vínculos con lo andaluz y lo español. Pobre Laura, tampoco sabía si se consideraba ciudadana del mundo. A veces pensaba que era un ser intergaláctico de otro planeta y que por tanto debía en cuanto le fuese posible levantar el vuelo del hogar paterno y materno y filial, porque Jordi era el que mandaba en realidad en ausencia constante de sus padres. Los padres regentaban una editorial de mucho prestigio y todas las horas y días del año les eran insuficientes para llevar a flote el negocio familiar. Laura detestaba ese mundillo. Estaba claro que no se quería dedicar al mundo del libro nunca, jamás. A Jordi no le disgustaba, de hecho ya se veía como el digno sucesor y heredero. Eso sí, le daría un giro absoluto al negocio: solo y exclusivamente Literatura catalana de altísima calidad. A ser posible con alto contenido ideológico comprometido con la causa. Veneraba a Oriol Junqueras y hasta le escribió varias misivas que enviaba a la cárcel, pero siempre se las devolvían con una nota que rezaba "Destinatario desconocido o ausente". entonces Jordi se pillaba un rebote de mil "collons". Laura se encogía de hombros sin decir nada. Era mejor no decir nada cuando su hermano se encontraba tan afectado. La última vez rompió una enciclopedia entera médica de la librería de su padre. Como sería el destrozo que fue la primera vez que le vio pedir perdón a su padre y mostrar total arrepentimiento. El caso es que por unas cosas y otras, Laura era muy infeliz en la casa materna. Tuvo la oportunidad de irse a Madrid a proseguir sus estudios de Doble Grado en Ciencias Políticas y Filosofía, carrera a la que optó en su día por poder discutir con su hermano con conocimiento de causa cuando ambos madurasen dentro de muchos, muchos, muchísimos años. Subió muchos escalones en autoestima ya que todo el trámite universitario y el buscar apartamento corrió de su cuenta. No pensaba que sería capaz de tamaña hazaña. También fue todo un logro ir al supermercado e iniciarse en las dotes culinarias cuando ella en su vida no había ni pelado una patata. Descubrió que lo que más le gustaba en este mundo era cocinar. Entendió que su vida madrileña lejos de la tiranía de su hermano y la constante ausencia de sus padres era lo más cercano a la felicidad que nadie nunca pudiese aspirar a alcanzar. Con sus compañeros de apartamento y sus nuevos amigos sentía que había descubierto a una nueva familia. Con lo cariñosa y afectuosa que era, encontró el calor que siempre había anhelado y en Madrid, mare de Deu, por fin podía decir de dónde era, de dónde procedían sus padres, hablar de Andalucía entera y de Cataluña y sus cuatro puntos cardinales sin sentirse disminuida ni ninguneada. Laura por fin se sentía una persona completa. En la finca extremeña disfrutaba agasajando en las cenas a sus amigos de vez en cuando, ya que allí primaban la comida basura y rápida libre de complicaciones. Pero esta noche, era su noche y había preparado una suculenta cena. Salió por la tarde al pueblo para adquirir lo que necesitaba. Era la primera vez que uno de ellos salía con el consentimiento general. Daniel le había dado una serie de instrucciones para que en el pueblo no sospechasen que ellos se encontraban en la finca. Dado su deje catalán debía contar que había quedado confinada en casa de una tía abuela a la que había ido a visitar por encontrarse enferma. En el pueblo le harían muchas pregunta y Daniel había pergeñado todas las posibles respuestas. Laura se aprendió muy bien el guion y una vez en el pueblo la verdad es que nadie le preguntó nada y pudo realizar sus compras sin mayor inconveniente sin llevar guantes ni mascarillas. Allí nadie los llevaba. Al regresar se pasó toda la tarde en la cocina elaborando gazpacho extremeño o cojondongo y unas migas extremeñas con unos postres deliciosos. Cuando tocaba sentarse a cenar, Daniel dijo que aquellas exquisiteces no debían comerse en el suelo. Así que desplegó la mesa grande del salón y la engalanó con mantel, servilletas, cubertería y copas de su madre. Al sentarse todos a la mesa, las migas había que comerlas del mismo recipiente al estilo extremeño. Estaba todo tan rico que se les olvidó que el propósito del encuentro nocturno era relatarse historias. Cada quién soltó su parida y con el buen yantar y el buen vino pasaron una noche formidable. Laura se sintió Laura entera, completa, feliz por primera vez. Ya no le importaba que la llamasen Laurita.

                                                                                               CONTINUARÁ....


13 de abril de 2020

Día 7, 22 de marzo de 2020, ...Día de Daniel....Gracias y aplausos en España entera a las 8 de la tarde....





Que tu familia esté forrada o no de pasta, no es motivo para ser un transgresor. Daniel aducía esto siempre que alguien le recriminaba ser un rebelde sin causa y añadía que este mundo necesita de gente con consciencia despierta que se formule preguntas y lo que es más importante, que se moje a fondo en hallar respuestas, no respuestas que reciban el consenso del establishment, sino respuestas contundentes que propicien cambios y revoluciones. Para Daniel la COVID-19 era la manera más eficaz que tenía la Madre Tierra de exigir al ser humano un radical e irreversible cambio de conducta. Después de una adolescencia muy tortuosa y complicada en la que sus padres ya no sabían qué hacer con Daniel, de gastarse en psicólogos y terapias un dineral, un buen día Daniel dijo a sus padres que quería estudiar en firme Bachillerato y cursar la carrera de Filosofía, pero no en centros carísimos privados sino en el sistema de Educación Pública. Sus padres, escandalizados de que se quisiese mezclar con "la chusma", "la plebe", "el vulgo" y "los friquis podemitas", tuvieron finalmente que ceder. Tanto cedieron que uno de los bloques de apartamentos que tenía la madre en Malasaña, cerrados a cal y canto, reformadísimos y monísimos a la espera de que otros asuntos más urgentes del patrimonio familiar permitiesen ponerlos en alquiler, los padres tras largas y dilatadas deliberaciones decidieron que lo mejor era convertir a Daniel en morador y casero de estos apartamentos. Daniel aceptó encantando en la idea de alquilarlos a estudiantes de escasos recursos y así poder contribuir a cambiar el mundo con su modesta aportación. El caso es que cuando empezó el casting y selección de posibles inquilinos, solo acudían hijos e hijas pijos, con historias similares a las suyas y con problemas psicológicos más graves que los que él mismo había presentado durante su adolescencia. Se decía "Estos o éstas están mucho peor que yo". Digamos que Daniel con esta nueva aventura inmobiliaria ya empezó a darse cuenta del percal, de que propiciar cambios en el mundo, en concreto en Malasaña, iba a ser una tarea muy ardua y difícil. Así que tuvo la genial idea de alquilar a una sola persona por planta y esta persona debía comprometerse a buscar inquilinos fiables. No le importaba su extracción social y económica, pero si exigía una mente equilibrada. El mundo solo lo podrían cambiar las mentes lúcidas y dotadas de sentido común, aunque él mismo no hubiese hecho mucha gala hasta entonces de tales atributos. Antes de todo ello, eligió para sí mismo el mejor apartamento sin un motivo. Le salió muy seguramente así porque lo de ser sibarita lo llevaba incrustado en los genes. Él solo se encargaría de seleccionar a los compañeros de su propio apartamento. No le costó nada. En seguida conectó con Paco y Laura. En la finca extremeña a nadie extrañó que también eligiese el mejor salón y el más grande plasma. Ya le conocían. Le encantaba Netflix y se pasaba el día viendo documentales y series. Se había visto "Pandemic" unas cinco veces. "Pandemic: How to prevent an outbreak", la serie documental en seis capítulos dirigido por la documentalista Isabel Castro y el realizador Doug Shultz. Le seducían todos los protagonistas, pero muy especialmente un hombre negro llamado Michel Yao, enviado de la OMS, encargado de combatir el ébola en el Congo. Se quedaba fascinado con la entrega de este hombre para con los suyos, sacrificando vida personal y familiar. Era su héroe. Encarnaba lo que Daniel consideraba un prohombre del Siglo XXI. Su probidad, conocimientos, valentía le tenían arrobado. Al caer la noche en la finca de sus padres, sus amigos le temían. Ya iban barruntando la perorata que les aguardaba que no relato. Paula decía por los rincones "Cómo nos cuente otra vez el documental enterito de Pandemic, me corto las venas, porque estoy de pandemias y coronavirus hasta las mismísimas". "Habrá que llevar el triple de botellas de vino" añadía Paco". "De ésta salimos alcohólicos", reía Elsa. "Cortaré mucho queso y jamón y pa amb tomacat" exclamaba Laura.....Llegada la noche, todos y todas sentados en corro, Daniel anunció todo ufano "Os voy a contar el documental "Cómo cambiar el mundo" sobre la fundación de Greenpeace. En los años setenta, un grupo de activistas que se unieron para protestar en contra de las pruebas nucleares, formaron la icónica organización ecologista Greepeace...."

12 de abril de 2020

Día 6, 21 de marzo del 2020...Día de Elsa....La gente ya refiere que es una gran montaña rusa emocional...Fuerza, valor y salud....Venceremos al puto bicho...


Ni confinada deja Elsa de soñar en su Príncipe Azul. Cada amigo nuevo en Instagram, cada mensaje en Tinder, cada escapada a Happn o cada guasapeo pueden ser un movimiento de ese hijo alado con ojos vendados de Venus&Marte Cía S.A. Sus arcos son "likes". Sus flechas "los mensajes acumulados imposibles de leer todos". Su aljaba, "el último grito en móviles de ultimísima generación". Su madre le recrimina que como las discotecas y salas de baile vips de antaño no puede haber nada igual "Querida, allí conocía a tu padre. Por su porte distinguido ya supe que era millonario y un partido al que no podía dejar escapar". "Ya, mamá, pero tú buscabas no dar palo al agua en tu vida y ser mujer florero y yo busco el AMORRRRRRRR". Cuando Elsa pronunciaba la palabra "amor" vibraban todos los cristales de la casa, incluída la cristalería de la suegra de su madre, una marquesa de muy Alto Copete a la que Elsa nunca llamaba abuela sino despectivamente "tu suegra". Su madre le había guasapeado durante el confinamiento en la finca extremeña un mensaje muy corto pero afilado e incisivo "Ten cuidado, Elsa, con quién te relacionas en las artimañas sociales". Pfffff, Elsa aborrecía a su madre cuando dejaba campar sus ínfulas trasnochadas, rancias y caducas en una mujer que hacía lo indecible por aparentar juventud y vestir como una adolescente. Elsa pensaba que ninguna cirugía estética podría modificar sus anquilosadas neuronas. La joven tenía perfectamente perfilado a su futuro amor en mente. Sabía cómo era, qué aspecto tenía, cuales eran sus gustos musicales, ideológicos, místicos. Tenía que ser un hombre muy fuerte y varonil, dominante. El amor según ella debía caminar junto a cierto estado de sumisión femenina frente al varón. Tanto colegio de monjas le habían torturado la mente a la pobre. Mezclaba la educación inculcada con la idea del amor, las relaciones sexuales y la pareja que tenían sus amistades y compañero o conocidos o parientes y el cacao monumental de Elsa en su cabeza la convertían en una pobre diabla, proclive a convertirse en víctima propiciatoria de cualquier desalmado o incluso sensible a ser captada por cualquier secta, bien, cualquier secta no, una secta de machos ibéricos dominantes. Elsa leía todo tipo de lectura romántica y sentimental, desde panfletos de revistas a novelas edulcoradas y melifluas. Solo veía series y películas del género comedia romántica. No se dejaba contaminar por otros géneros o contenidos visuales y literarios. Cuidaba su aspecto físico siempre pensando en cómo le gustaría a su "amado ideal" que ella vistiese. Por tanto, escogía prendas ni demasiado seductoras ni demasiado mojigatas, un fifti fifti de mediocridad indumentaria. Tampoco cargaba mucho las tintas de su maquillaje, sabedora de que a su macho no le gustaría besar y magrear una cara embadurnada de afeites. Pobre, Elsa, tanto empeño para nada. Ninguna relación de "artimaña virtual" pasaba de ahí. En la facultad tampoco nadie parecía fijarse en ella. Vivía días de verdadero desconsuelo y desesperación. Rompía a llorar en su cuarto y María la tenía que consolar. "Quiérete solo a ti misma" le recomendaba, pero este consejo le dolía como si le atravesasen una daga en la diana del corazón. "No quiero quererme a mí misma. Quiero amar a mi HOMBREEEEEEEE". Cuando Elsa pronunciaba el sustantivo masculino "hombre" libre de toda carga genérica, temblaban todos los cristales del apartamento de María. Los vasos de la cocina bailaban. Hasta un día dos vasos cayeron al suelo cuando Elsa pronunció "Hombre y Amor" en una sola frase. María pensaba que esta chica tenía ciertas dotes de soprano o de espiritista médium, pero no le decía nada por no contrariarla más. Dejaba que llorase desconsoladamente en su cuarto y luego horas más tarde le ofrecía una taza de té con pastitas dietéticas. Elsa en la finca había guasapeado y tindireado en seis días más que en toda su vida junta. Ya eran muchos los "machos genuinos dominantes" que la esperaban en cuanto acabase el confinamiento. Para no meter la pata, les pediría consejo a María y a Fer para que le ayudasen a hacer una criba. No tendría con ellos ninguna cita a ciegas en lugares oscuros, solitarios y a horas intempestivas. La cita a ciegas sería siempre a la luz del día en algún lugar concurrido preferentemente en una cafetería para comprobar si prefería el susodicho café o té, porque ella era más de té y en eso no sabría transigir ni ceder. Por la noche, abrumada con tanto contacto virtual, no había podido preparar ninguna anécdota o "cuento", pero pensando en "cuentos" y "chinos" montó en medio segundo una historia de amor de una pareja china de Wuhan que se enamoran estando el uno en un veinteavo piso de una calle y la otra en un treinteavo piso de otra calle situada en las antípodas. Se enamoran a grito pelado, ya que las autoridades chinas les habían cortado internet. La historia, tan rocambolesca como ínverosímil, termina con un romántico encuentro en la plaza principal de Wuhan, ya que los mercados de abastos no suelen ser muy recomendables y se reconocen porque ella lleva una pulsera de tela de color rosa y él otra de color rojo, ella vestida toda de rosa y él todo de rojo. Resulta que en la plaza muchos se dan cita así y les cuesta un poco al principio encontrarse y reconocerse, pero acaban gritando tal como lo hacían por las ventanas de sus respectivas casas y reconocen las voces y lo que es más importante los nombres aunque haya muchos que se llamen Mao y Akame. Ella cuando encuentre a su amor que se llamará con toda seguridad Arturo, también lo gritará a los cuatro vientos. Todos y todas aplauden el precioso cuento chino romántico y hasta les parece cargado de calidad literaria después de beberse unas cuantas botellas de todo tipo de caldos. El asalto a la bodega ya será muy difícil de explicar a los padres de Daniel.

                                                                                                 CONTINUARÁ

10 de abril de 2020

Día 5. 20 de Marzo de 2020. Día de María.....celebramos por primera vez en nuestras vidas el cumpleaños de mi hijo Héctor, 19 primaveras como dos soles...a nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes hay que agradecerles cómo han aceptado con altísimas dosis de civismo este Estado de Alarma...solo por ello ya merecen un aprobado general y que termine las clases...apoyo la recogida de firmas del estudiante de segundo de Bachillerato Isidoro Martínez, quien ya en su día cuando solo tenía 14 años presentó 243.000 firmas contra las reválidas de la Lomce y se las llevó al Ministro de Educación. Hay que aclarar que Isidoro Martínez es un estudiante brillante que saca excelentes notas. En Educación debemos ya sacudirnos la titulitis nefasta y empezar a acabar ya de una vez con la brecha social, elitista, racial educativa.....

Cuando falleció su abuela, María heredó varios pisos y apartamentos en Madrid capital. Su abuela la crió sola porque los padres de María desaparecieron por causa de las drogas y nunca más se supo de ellos. Su abuela los buscó hasta su último aliento, invirtiendo grandes sumas en pagar detectives privados dentro y fuera de España. Nada, era como si se los hubiese tragado la tierra. Hizo prometer a su nieta que los seguiría buscando por tierra, mar, aire. María abrió una página en Facebook, Twiter e Instagram y cada día al despertar con el primer café mañanero se sentaba al ordenador para alimentar de fotos de sus padres estos muros. María contaba a sus compañeros de apartamento y amigos que sentía por un lado que al no haber conocido a su padre y a su madre, sus sentimientos eran fríos, distantes, desapegados, hasta cierto punto insensibles e inhumanos ya que recriminaba a sus padres que hubiesen preferido la adicción a ella. Pero como su abuela Lydia había sido muy muy buena con ella, como una verdadera madre, ejerciendo también de padre, no olvidando nunca su faceta de abuela, sentía que se lo debía como una deuda a perpetuidad. Cada mañana contemplaba las fotografías congeladas en el tiempo de sus padres treintañeros, observando cada detalle de sus caras, del atuendo cortado a la altura de los hombros en unas fotos, de sus cuerpos en bañador semi desnudos al sol de la una playa en Cádiz, sus sonrisas que parecían limpias y libres de preocupaciones, pero que iban adquiriendo ese rictus de soledad y amargura del adicto en las fotos últimas, de unos días antes de su desaparición y entonces a María le brotaban las lágrimas de los ojos y una angustia vital muy dura y profunda del pecho que se le agarraba en la nunca y ya no la soltaba en días, meses y años por mucho que se gastase en fisios y osteópatas. Y esa ansiedad y angustia ella lo llamaba puro amor parental y marental. Sabía en su fuero interno que proseguiría la búsqueda hasta su último aliento tal como le enseñó su abuela. Este tremendo sufrimiento no le impedía asumir con altísima responsabilidad todos sus compromisos adquiridos como heredera del patrimonio de su abuela y como estudiante universitaria en la Facultad de Derecho de La Complutense. Cuando decidió compartir uno de sus apartamentos en Malasaña con otros estudiantes, les hizo pasar un severo casting. No les importaba que fumasen tabaco o bebiesen alcohol con moderación, pero todo tipo de drogas estaban absolutamente prohibidas e incumplir esta norma suponía inmediata expulsión. Paula, Elsa y Paco fueron los elegidos. Para María eran un encanto de personas. Paula tan divertida y entusiasta. Elsa, tan limpia de corazón. Paco tan entusiasta con esas migrañas que pedían silencio y calma en la casa.. Les decía sois las hermanas y hermano que nunca tuve. Quién sabe, tal vez tenga hermanos por ahí y no lo sé. Pffff, pensar en ello me produce más ansiedad". Entonces, Paula la abrazaba con fuerza y se sumaban a estos abrazos Elsa y Paco y juntos lloraban y reían. Luego se ponían a fumar y a beber como cosacos. Lo de drogas legales frente a prohibidas había calado muy hondo en sus psiques. En la finca extremeña, María proseguía con su rutina habitual muy pautada y estricta: tomar el café solo mañanero y sin azúcar mientras alimentaba y nutría las páginas virtuales con fotos de sus padres y agradecía los likes y las incorporaciones de seguidores nuevos, escribía a hospitales de toda España enviando fotos de su padre y su madre juntos y por separado por si estuviesen en algún hospital. Escribía también a albergues de todo el país, ayuntamientos y a infinidad de sitios de interés para la búsqueda. Todo esto le llevaba más de dos horas diarias. Luego se ponía a estudiar. Tenía una capacidad inmensa para concentrarse y rendir mucho. Ahora los trabajos eran virtuales y el teletrabajo universitario para ella era pan comido. Luego, ayudaba un poco a Elsa y a Natalia que tenían muchas dificultades para llevarlo todo al día. María era una excelente profesora. Ambas, Elsa y Natalia le decían, "joder, si fueses tú nuestra profesora de todas las asignaturas. Contigo es una maravilla. Muchas gracias, María". María se llevaba una mano al puente de la naríz para sujetar sus gafas y muy ruborizada de pudor respondía "No es nada. Disfruto haciéndolo. Lo importante es que asimiléis todo. No penséis en los exámenes ni en las notas ni los expedientes académicos. Estudiad solo para vosotras. No para los demás, no para los profes. No para el puto futuro de mierda que nos espera. No para nuestro país ni para nadie en absoluto. Solo y únicamente para vosotras mismas por el puro placer de aprender más y más, teniendo la suficiente humildad para saber que nunca lo sabréis todo, pero ahora mismo internet nos ofrece un saber enciclopédico mundial y universal que la Humanidad nunca había tenido. No memoricéis como cotorras las lecciones. Estudiar no se trata de eso. Estudiar se trata de entender un poco la vida, lo que nos rodea. Y sobre todo, cultivar el gusto por la lectura. Estudiar debe conduciros a que cada libro que veáis os incite a cogerlo, hojearlo y si es de vuestro interés leerlo de principio a fin. Estudiar es mantener vivas las Bibliotecas y las Librerías, verdaderos templos de sabiduría y conciencia despierta colectiva. Nada más". Luego se daba un buen chapuzón en la piscina haciendo muchos largos a crol y braza. Nadar era pura disciplina deportiva para María, excelente nadadora. Comía una ensalada en la que le ponía de todo, fruta y a seguir estudiando. Por la tarde hacía una tabla de gimnasia. Tomaba una ducha y ya no hacía nada más. Por la noche del día veinte de marzo, dijo a sus amigos y compañeros "Como Fer, no voy a contaros ninguna anécdota hoy. No puedo. Hoy estoy de bajón porque aún no sé nada de mi madre y mi padre. Y añoro muchísimo a mi abuela Lydia. Ella en estos días sufriría mucho por nuestras personas mayores que viven solas o que están en las residencias sin medios.  Lo que os ruego que hagáis es que leamos todos en nuestros móviles el siguiente texto que María Esteve, hija de Pepa Flores ha compartido en sus redes sociales. En un primer momento ella pensó que el texto pertenecía al Libro rojo de Carl Gustav Jung y así lo dijo en su vídeo. Luego lo rectificó y aclaró en otro mensaje que el fragmento pertenece a un autor italiano llamado Alessandro Frezza. En este texto un capitán le cuenta a su grumete cómo sobrevivió a un confinamiento unos años antes. Recoge todos los consejos que nos han dado en estos días: meditación, ejercicio, comida sana, paz de espíritu, unión, unidad. Este texto debieran leerlo todos nuestros políticos nacionales, europeos e internacionales. Sin unión, sin unidad no habrá paz ni tregua para la Humanidad entera. Leamos, por favor, este magnífico fragmento todos y todas juntos y juntas. Os quiero":

                                                                                       CONTINUARÁ

9 de abril de 2020

Día 4. 19 de marzo, Festividad del Padre y de San José. El Día de Fer....en las portadas de todos los periódicos y en los noticieros nos dieron la triste noticia de que nuestros ancianos morían en las residencias, destapando la precariedad y recortes insoportables que han sufrido y sufren nuestras residencias.....

Fernando, al que todos llaman cariñosamente Fer, es un joven granadino muy delgado y altísimo como un largo ciprés tendiendo su porte piramidal hacia el infinito. Porque si algo caracteriza a Fer es que nunca se encuentra aquí entre nosotros. Su mente, espíritu y cuerpo parecen estar viajando a años luz de nuestro planeta terrenal. Es el mayor de dos hijos de un profesor universitario granadino del Campus de la Cartuja de la Facultad de Filosofía y Letras y de una profesora del mismo campus de la Facultad de Odontología. Esa mezcla entre Filosofía y Odontología, el cuidado escrupuloso del espíritu y la mente con una debida y óptima higiene dental, puede que haya tenido que ver en forjar un carácter tan sumamente melancólico, casi siempre sumido en aflicciones sombrías que van del gris al negro pasando por toda la paleta de colores de la bilis nigérrima. Para los griegos este mal melancólico significaba genialidad. Existe un libro del Siglo XVII de un tal Alfonso de Santa Cruz que recoge casos de melancólicos, como el de un hombre que creía tener el cuerpo de vidrio y vivió toda su vida pensando que se rompería en pedazos. Podemos leer su historia en las "Novelas Ejemplares" de Cervantes bajo el título de "El licenciado Vidriera". Fernando sin ser licenciado aún de su carrera de Grado en Lengua y Literatura, bien podría decirse que parecía forjado de muy frágil y delicado vidrio. Además siempre vestía con vaqueros oscuros, camiseta negra y unas zapatillas negras muy llamativas que le había traído su hermana de Roma. La gente lo primero que miraba al verle eran sus enormes pies. Luego podían ir subiendo recorriendo su talle y elevar la vista hacia el cielo infinito y más allá. Fer hacía elevar a quienes lo contemplaban y eso que siempre iba cabizbajo y meditabundo con un libro en la mano. En la finca extremeña podías verle con un libro de Kavafis o de Federico García Lorca, de Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik o Juan Gelman. Sus compañeros y amigos de apartamento se preguntaban cuándo sacaba tiempo para estudiar dadas sus brillantes notas, ya que nunca le habían visto estudiar. Lo único que podían ver era la luz de su cuarto encendida hasta altas horas de la madrugada. También se preguntaban cómo se sostenía en pie con lo poco que dormía y comía. Se sentían preocupados por su salud, pero Fer era en realidad un joven que gozaba de excelente salud física. Convenció a sus padres de que le dejasen mudarse a Madrid para proseguir sus estudios, después de leer la biografía y obra de Gustavo Adolfo Bécquer y cómo decidió mudarse a Madrid para triunfar en la Literatura. Sus últimas palabras en su lecho de muerte a los treinta y cuatro años "Todo mortal", le golpeaban tanto en la sien que cuando no leía poesía o estudiaba, intentaba componer unos versos de los que solo tenía el título "Todo mortal". En torno a ese título intentaba forjar un largo poema. Cuando ya lo tenía lo rompía y lo reducía a añicos. Esos pedacitos de papel los guardaba en una pequeña urna y se decía que cuando la urna estuviese llena de polvo de poesía, entonces el último poema escrito por él se salvaría de la "quema" y ese poema sería el definitivo. Ya no escribiría ninguno más. La urna la escondía en el fondo de su armario. Un día Daniel la encontró y le preguntó: "Fer, qué coño es esto". Fer se llenó de cólera y se la arrebató, "No es de tu incumbencia". Daniel no se lo tuvo en cuenta. Era de hecho quién más le brindaba afecto, comprensión y protección. Parecía en cierto modo su guardaespaldas porque sabía de la fragilidad existencial de aquel joven granadino que solo tomaba té negro y moruno y comía miguitas de pizza y magdalenas. En la finca extremeña se bañaba en la piscina sin nadar. Se quedaba quieto en un rincón, Cerraba los ojos. Luego los abría y miraba al cielo todo ojos. Los tenía enormes. Tan enormes como sus gafas de miope. Luego tomaba aire y se zambullía para mojar su larga melena negra suelta, casi siempre recogida en una coleta. Al salir del agua tiritaba tanto que todos se brindaban a ofrecerle su toalla. Paula incluso le abrazaba con fuerza para que entrase en calor. Fer le decía sonriente "Mira, Paula, que estás infringiendo los dos metros de distancia social y no respondo de mí". Paula entonces le daba más achuchones y le plantaba grandes besos en su cara enjuta llena de gotas de agua de la piscina y de lágrimas de gratitud y de disgusto. Al llegar la noche de San José, nadie sabía que Fer había discutido con su padre por guasap. Su padre le había recriminado la inconsciencia e irresponsabilidad de huir de Madrid huyendo del Estado de Alarma. Le recriminaba también esa invasión pueril de la finca de los padres de Daniel. Su padre era muy filósofo y considerado con sus alumnos puertas afuera, pero muy estricto y duro con Fer. Con su hija Romina era de lo más cariñoso y condescendiente. Fer con ese hueso de padre pensaba que nunca regresaría a Granada y que moriría en Madrid como Bécquer: "Todo mortal". Cuando Natalia le dijo, "Es tu turno, Fer. Estamos deseando escuchar tu historia", Fer respondió: "No voy a contar ninguna historia ni anécdota. No tengo ni el talento ni la energía vuestra y mi inspiración para historias es como un pozo seco y profundo vacío y olvidado. Pero os he traído una poesía. Creo que la conocéis. Se titula "Ítaka" y es del poeta griego nacido en Alejandría, en Egipto, Constantino Kavafis. En España la obra de Kavafis fue decisiva en la poesía de Jaime Gil de Biedma y los poetas denominados Novísimos, tales como Luis Antonio de Villena, Juan Luis Panero, Luis Alberto de Cuenca y otros muchos. Se ha discutido mucho su influencia en nuestro poeta Luis Cernuda. He leído a ambos en profundidad y lo único que les une es su homosexualidad y su desprecio por la rima. Ambos son fantásticos y fundamentales. Y sin más dilación, paso a leeros el poema "Ïtaka" y luego me gustaría que todos o solo en uno en su teléfono móvil sintonizase la versión catalana de Lluis LLac y la cantásemos todos juntos con este exquisito vino de La Rioja, obsequio de nuestro amigo tan hospitalario buena gente, Daniel. Todos y todas escucharon embelesados la excelente retórica de Fer. Nunca habían escuchado a nadie recitar poesía como lo hacía él.


                                                                                       CONTINUARÁ

8 de abril de 2020

Día 3, 18 de marzo de 2020. El Día de Natalia. El día en que alguien osó ir al pueblo sin avisar a los demás...



Natalia ya lo avisamos, tiene muy pocas luces. Su físico es de una belleza espectacular. Diríamos de ella que es la típica "tonta del bote", pero muy lista. Vamos, que va de tonta por la vida pero este juego siempre le proporciona muy buenos réditos. Es la menor de cuatro hermanos: tres varones y ella la niña mimada de la familia. Tan mimada que cuando se quisieron dar cuenta en casa habían criado a una monstruita. Era una verdadera tirana. Rompía cosas, cosas además muy valiosas, si no se salía con la suya. Sus padres, él un gerente de una cadena de hoteles en Valencia y su madre, jefa de una tienda de ropa exclusiva en la capital valenciana, tomaron la decisión de invitarla a marcharse a estudiar fuera cuando cumplió los diecisiete años. Podían haber llamado al Big Brother televisivo pero consideraron que eso era muy chabacano y de muy poco nivel. Así que le buscaron un colegio católico en Madrid y un piso compartido para que aprendiese sana convivencia. Al aterrizar en Madrid, a Natalia se le bajaron todos los humos. Sus compañeras de piso, todas chicas, no le permitían ni fumar. Eran todas muy responsables y estrictas. Lograron un gran cambio en Natalia, pero solo en apariencia, porque fue entonces cuando ella decidió cambiar de estrategia y salirse con la suya utilizando otras artimañas que le funcionaban. Se volvió muy promiscua y como no podía llevar a sus ligues de turno al piso compartido, quedaba con sus presas en hoteles o en despachos o hasta en sus propias casas en ausencia de sus esposas. De ellos, obtenía dinero contante y sonante y muchos regalos. Juntaba ese dineral con lo que le enviaban sus padres y era la adolescente más rica "independiente dependiente de papá y mamá" que circulaba por todo Madrid. Le dio por comprarse mucha ropa de calidad. Había heredado de su madre el buen gusto en el vestir. Su armario estaba atiborrado de ropa. Para que no lo viesen sus compañeras de piso, escondía en maletas enormes mucha ropa debajo de su cama. Cuando abandonó la vivienda por haber completado su etapa de Bachillerato para mudarse al apartamento de Malasaña, precisó de un servicio de mudanza y sus compañeras de piso no daban crédito de todo cuánto salía de su habitación. Respiraron aliviadas de despedirse de un personaje tan peculiar como aquel. Un poco de envidia también le tenían, porque Natalia era bellísima de verdad y ya se sabe, la belleza abre puertas, ventanas y ventanales. Eso lo sabe hasta la empollona fea más resabida.En el apartamento de Malasaña desplegó todos sus encantos para caer bien a ellas y a ellos. Los chicos sucumbieron a su belleza. Ellas la aceptaron de buen grado, salvo Paula y Helena que barruntaban sus oscuras intenciones. Pero en líneas generales, Natalia se comportaba bastante bien: se hacía su cama, mal hecha, pero lo intentaba; fregaba platos dejando a medias la faena, pero lo intentaba; bajaba la basura, recogía la mesa y de vez en cuando barría. Fregar no, porque eso era cosa "del vulgo". Se lo había oído decir a su madre. Paula le preguntaba qué diferencia podía haber entre la escoba y la fregona en lo concerniente a categoría elitista. Y Natalia, encogiéndose de hombros, respondía "No sé. Es lo que dice mi madre siempre que sabe mucho de estas cosas"....La finca extremeña no le había causado impresión porque la casa de sus padres era según ella "infinitamente mejor". En su casa en Valencia tenían jacuzzi, sauna, espacio de peluquería y masajes. El gimnasio era como cuatro veces más grande que el extremeño. Tenían piscina climatizada y piscina exterior. La bodega albergaba vinos de todos los países. En fin, que extenderse en explicarlo todo sería muy fatigante para una persona tan perezosa y frívola como Natalia. Daniel en plan de sorna le respondió "Es que aquí, querida niña, aún no nos ha llegado el AVE". Este tercer día que nos ocupa, Natalia cometió una imprudencia de las gordas. Se le ocurrió salir de la finca y escaparse al pueblo para ir al supermercado, la farmacia y al estanco, no porque le hiciese falta nada, sino simplemente por darse un garbeo. Ello disparó todas las alarmas en el pueblo ya que la cajera del supermercado le preguntó de dónde había salido y ella ni corta ni perezosa, soltó que se habían venido toda la tropa de Madrid a pasar el confinamiento en una finca. Menos mal que no nombró a Daniel ni la finca de sus padres ni dijo cuántos eran, porque en cuanto la cajera empezó a intentar sonsacarle un montón de preguntas al respecto, ella con una de sus mejores sonrisas se despidió diciendo "otro día te lo cuento todo con calma que ahora llevo prisa. Un placer". Natalia era tonta del bote como ya dijimos, pero de las listas. Sabía que acababa de meter la pata hasta el fondo. Así que decidió regresar a la finca tomando una ruta de despiste por si la cajera del supermercado había enviado a algún espía al efecto de averiguar en qué finca estaban y por qué. El rodeo que tomó casi le juega una mala pasada, porque se metió por veredas y caminos desconocidos y ella no era mujer de campo sino urbanita a rabiar. Cuando por fin regresó a la finca habiéndose cerciorado de que nadie la seguía, saltó la valla por una parte por la que sus compañeros y amigos no la pudiesen ver y no contaría a nadie su escapada. Fer la vió regresar cargada de bolsas pero no reparó en que acababa de venir del pueblo. Fer estaba siempre ensimismado en su mundo. Ella para disimular le espetó "¿Qué tal, Fer? ¿Qué tal de ánimo te has levantado hoy?" Y Fer, sin levantar la cabeza de un libro de poesías, dijo con voz quedada, "Bien, bien, Natalia". Natalia se fue derecha a su habitación y repartió entre sus dos maletas lo que había adquirido, casi todo productos para la higiene y belleza personal. Era la única que había salido de Madrid con dos maletas grandes. Los demás solo habían llevado una maleta pequeña. Convenció a Paco. Le fue bastante fácil incumplir la norma de una maleta pequeña única por persona. El día, por lo demás transcurrió plácidamente y sin contratiempos en la finca. Al llegar la noche y sentarse como ya era habitual todos en el suelo formando un corro, Francesca le dijo a Natalia "hoy te toca a ti contarnos una historia. Es tu turno". Natalia carraspeó y ni corta ni perezosa se lanzó a contar lo siguiente con mucho desparpajo: "Cuando iba al colegio de monjas escolapias en Valencia y cursaba cuarto de la ESO, las monjas tuvieron que mandar reparar algo, no sé bien qué en el patio trasero donde las niñas jugábamos a la hora del recreo, de tal suerte que los obreros tuvieron que abrir un enorme agujero en la pared. Este agujero fue como una puerta abierta a lo que se cocía en la acera de enfrente donde se levantaba una fábrica muy grande de una especie de turbinas o qué se yo. No sé bien qué es lo que se fabricaba en aquella empresa. Lo que sí os puedo decir es que la inmensa mayoría de sus operarios eran dos cosas: hombres y jóvenes.A cuál más musculoso y fornido. A cuál más guapo y maravilloso. Así que ni cortas ni perezosas, un grupo nutrido de niñas, entre las que me contaba yo, empezamos a tirarles migas de pan de nuestros bocadillos y piedrecitas del patio para llamar su atención. Fue fácil. A los cinco minutos ya estábamos a voces comunicándonos con ellos, mientras alguna niña se quedaba vigilando para que las monjas no se enterasen de nuestra osada hazaña. Mi amiga Georgina tuvo el coraje de quedar con uno de ellos, el más joven, que no tendría aún los dieciocho años, a la salida del colegio. Quedó ese día y todos los días siguientes. Todas la preguntábamos que nos contase cómo iban aquellos encuentros. Ella les mentía "hoy me ha invitado a una Coca-cola"; "Hoy me ha regalado un ramo de flores"; "Hoy me ha explicado detalles de su vida". Las niñas fueron perdiendo interés por estas chorradas y dejaron ya de preguntar. Lo que no sabían ellas es que Georgina sí me contaba a mí en privado y con todo lujo de detalles lo que realmente hacían ellos dos al salir de clase. Me contó que al segundo de día de quedar, fueron a un descampado a las afueras de la ciudad, ella vestida de uniforme y él en traje de faena y allí sentados en la hierba se empezaron a besar con frenesí. Georgina me explicó que el chico se llamaba César y que le había enseñado a besarse como en las películas. Pasados unos días de besuqueos fueron más allá. César tenía preservativos y la desvirgó. Suena fuerte, pero así me lo dijo Georgina. Me contó que el primer y segundo día le dolía mucho, pero al tercero ya disfrutaba como una enana. Lo que sucedió después es que Georgina, que era de muy buena familia y muy rica, se dió cuenta de que no podía seguir ennoviándose con un pobre diablo como aquel,simple operario de una fábrica y que cortó con él. Él se lo tomó bien porque era muy guapo y fornido y chicas ricas o pobres no le iban a faltar. Los operarios taparon un buen día el agujero de la tapia y aquella diversión se nos terminó. Tuvimos que buscarnos otras como iniciarnos en el tabaco o el alcohol o los porros, pero eso os lo contaré otro día". Cuando Natalia terminó su historia, todos y todas se miraron los unos a los otros porque sospechaban que en aquella historia de Lolitas y mozos desatados, la verdadera protagonista con toda seguridad no era la tal Georgina de la fábula, sino la propia Natalia, pero harían ver que tragarían con aquella historieta y decidieron aplaudir y brindar con las pocas cervezas que ya quedaban. Natalia más ufana que un Buda feliz, les brindó un abrazo y un beso a todos y...todas, a Paula y Helena inclusive.


7 de abril de 2020

Día 2. El Día de Francesca. Martes 17 de marzo, el día en que los agentes de policía dejaron de informar y amonestar para pasar a denunciar las conductas incívicas y hubo unas cuantas...con un dibujo de Francesca gentileza de mi hijo Álex, prosigue este sainete de Decamerón humilde y sencillo y sin ninguna pretensión...

Francesca consiguió una beca Erasmus+ por sus brillantes calificaciones en su Carrera Universitaria de Humanidades. Nació en Milán el uno del uno del uno. Es decir que tiene diecinueve años recién cumplidos en este 2020 tan particular y surrealista. Este detalle natalicio tiene para ella un significado alquímico y espiritual especial. También hay que explicar que su corta vida ha venido jalonada de circunstancias muy particulares. Sus padres fallecieron en un accidente automovilístico cuando ella tenía dos años. Se ha criado y crecido con mucho amor y alegría en la casa de su bisabuela, abuela, una tía y una prima. Las cuatro se llaman Antonella, pero para distinguirlas de siempre, desde que Francesca tiene uso de razón, a la bisabuela la llaman Antonia, a la abuela Antonella, a la tía Antonieta y a la prima Nella o Nellita. Un día Francesca preguntó por qué ella no podía llamarse Antonella también y todo aquel matriarcado en pleno tomó la decisión de sentarse en torno a la niña de ocho años para explicarle que su mamá se había llamado en vida Francesca y su papá Vitorino, y que había sido bautizada con el nombre de su mamá para abrir una nueva línea de nomenclatura única, unívoca, familiar intransferible, de tal suerte que si un día nuestra Francesca tenía una hija, se esperaba de ella que su retoño (las Antonellas de aquella familia no dominaban el lenguaje inclusivo) se llamase Francesca como su madre y ella misma, inagurando así una nueva saga tan maravillosa como la de las Antonellas. Esta decisión, añadía la bisabuela,"venía bendecida por sus padres que la miraban y cuidaban desde el cielo de los justos. Amén". Francesca se conducía por la vida como si un aura o halo protector la envolviese, de tal suerte que todo le resbalaba, tanto lo bueno como lo malo. Era un ser feliz. Le apasionaban los idiomas y tenía un don para las lenguas. Dominaba francés, inglés y español, pero el español era su lengua dilecta. La dilección es la voluntad honesta, el amor reflexivo. Eso era para ella la lengua española, que no los españoles a los que veía como a sus paisanos italianos, bastante neuróticos y desequilibrados, pero dado su talante, eso también le resbalaba y le importaba un comino. Por ello, le era fácil convivir en un apartamento de Malasaña en Madrid con varios españoles. De hecho admiraba en ellos ese punto loco, entusiasta y bipolar del carácter español. En Madrid se sentía como en casa y ahora en la finca extremeña de su amigo Daniel, también. Era además la primera vez que ella estaba en una casa tan grande con piscina y con tantísimos lujos y comodidades. Su familia, la de las Antonellas eran ricas, pero muy muy tacañas y Francesca siempre había crecido en un entorno de austeridad, escuchando machaconamente de sus cuatro madres "que había que guardar para que ella pudiese ir a la Universidad, la mejor de Milán por supuesto". Lo cierto, es que Francesca nunca sintió carencias de ningún tipo. Nació con la austeridad impregnada en sus genes. En Madrid, con sus amigos y compañeros de apartamento, pese al tener la mayoría familias ricas, se vivía también con cierta austeridad, aunque nunca faltaban buenas viandas y cervezas. Lo único que nadie cocinaba como su abuela Antonella. Ni siquiera los espaguettis. Su abuela podía haber sido chef de alta cocina. En la finca extremeña los hábitos alimenticios continuaban en la misma línea de mucha comida basura. Francesca procuraba comer muchas ensaladas y alguna pieza de fruta y tímidamente de vez en cuando conminaba a sus amigos a que comiesen un poco mejor. "No te preocupes, Francesca. Eso llegará el día que nos independicemos con unos buenos trabajos. Lo primero que tendremos será una persona que nos cocine como Gracita, la señora que cocina en casa de mi madre y mi padre" le explicó Daniel. Francesca alucinaba con las salidas pijas de este personaje, que se las daba de transgresor y fanfarroneaba con la posibilidad de ser capaz de vivir debajo de un puente sin el colchón económico familiar. Pero, al segundo Francesca olvidaba todo comentario cargado de polémica, porque a Francesca como ya dijimos, se la pelaba absolutamente todo.....Aquel martes, segundo día de confinamiento, ni siquiera habían reparado en que llevaban dos días sin salir fuera del recinto enorme de la finca. Podían bañarse y nadar en la piscina, jugar al ping pong, estudiar un rato o leer, muscularse en el gimnasio del sótano y contaban aún con suficientes víveres, porquerías precocinadas envasadas en plástico. La finca contaba además con una excelente bodega y Daniel les dijo que cuando se acabasen las cervezas podrían beber buenos Riojas y Riberas de Duero. Así que la noche caía casi sin darse cuenta. Pasaban las horas volando. Llegó la hora de sentarse todos juntos formando un corro en el suelo del salón sobre una magnífica alfombra que Daniel cubrió con sábanas para que no se manchase. Paula le dijo a Francesca: "Preciosa, te toca. Es tu turno. ¿Qué historia nos traes para la noche de hoy?". "Muchas gracias, Paula. Verás, mi historia no será ni jocosa ni divertida como la tuya. Esta historia nos la contaba mi bisabuela Antonia, que siempre se ha considerado una milanesa de pro, como si los milaneses fuésemos seres especiales de otro planeta, y ya veis que no lo somos porque ya veis que Milán está en confinamiento riguroso y mi bisabuela, la pobre con ciento tres años, mi abuela, mi tía y mi prima están en casa sin poder salir. Solo sale mi prima a la compra y a la farmacia para traerles los medicamentos a mi bisabuela y abuelita. Cada día hablo con ellas por vídeoconferencia. Sé que están bien y bastante tranquilas porque nosotras somos de talante pacífico y sereno. Es raro que perdamos los nervios por nada. En fin, que no me extiendo más y paso a contaros la historia que me contaba mi bisabuela cuando de chica ella me hacía sentarme en una silla, mientras ella sentada en su sillón, me explicaba con su ternura, pero firmeza habituales, que las historias hay que escucharlas con la columna vertical derecha. Es por ello que siempre me veréis erguida como un árbol tieso. Es porque mi bisabuela me contaba muchas historias cada tarde después de la merienda y antes de encender el televisor. Era nuestra rutina diaria. Sin más dilación esta es la historia rigurosamente cierta. Es bien sabido que Milán desde el siglo VIII alcanzó gran prosperidad gracias al gobierno de los arzobispos. Si los nobles Visconti lograban gobernar generando más y más prosperidad era gracias a la impronta de los arzobispos en tan singular hazaña. Como sabéis en el Siglo XIV la peste negra asoló toda Europa y Asia, alcanzando su punto álgido entre los años 1347 y 1353, es decir, seis interminables años, nada comparado a nuestro confinamiento de unos días o meses, tal vez llegue a ser un año en algunos lugares o un poco más, pero nunca tantos años como duró aquella funesta muerte negra. Las estimaciones de veinticinco millones de muertos solo en Europa se quedan muy cortas. Es muy difícil a día de hoy conocer la cifra exacta de muertos en ambos continentes. Sabéis que el brote fue causado por una variante de la bacteria Yersinia Pestis. "Pestis" en latín significa enfermedad o epidemia. Por tanto, no se le asignó el nombre del bicho que provocó tamaña pandemia y mortandad. Ya sabéis que la gripe española recibió injustamente este nombre, ya que su origen fue en Kansas en EEUU. La peste negra tuvo su origen en Asia y por las rutas comerciales y el movivimeto de marineros de aquí para allá, recaló en la ciudad siciliana de Mesina. En Florencia solo sobrevivió una quinta parte de la población. Mi bisabuela me seguía contando que Milán fue milagrosamente uno de los pocos lugares de Europa donde no llegó la epidemia y esto fue así, según mi bisabuela que es muy pero que muy beata, por la labor encomiable de los arzobispos y obispos, su gran fe en Dios, sus oraciones limpias de corazón y su gran amor a la ciudad más bella del mundo que es Milán. Esto siempre en palabras de mi bisabuela. Yo quiero mucho mi ciudad pero mi fervor no llega tan lejos. En resumidas cuentas, lo que sucedió en Milán fue que un obispo obligó a emparedar tres casas en cuyo interior moraban enfermos de peste negra. Hizo emparedar las tres casas con todos sus miembros sanos, enfermos y los que ya habían muerto. Murieron todos,claro. Esta cruel medida, impensable hoy en día en nuestro mundo civilizado, salvo la vida a toda la población milanesa que según mi bisabuela, y eso es pura ficción suya era de un millón de habitantes por aquel entonces. A mi bisabuela le encantan estas exageraciones y estos redondeos de cifras. Esta es la historia que os quería contar tal como me la contó mi bisabuela. No para preocuparos, sino precisamente para que veáis que por muchos muertos que haya en China y en Italia, nunca llegaremos a las terribles cifras de la peste negra y la mal llamada gripe española". Todos aplaudieron la intervención de Francesca, hasta Helena y Fer. Aplaudieron y le dieron las gracias por historia tan bien narrada con tanta serenidad y calma, tal como es ella Francesca. No obstante, esa noche más de uno tuvo pesadillas. CONTINUARÁ

6 de abril de 2020

Día 1. El Día de Paula. El Primer Día del Estado de Alerta, cuando muchos confundieron Pandemia con "Todos pa Denia"... Ilustración de Paula por gentileza de mi hijo Álex......

Paula, hija de un tendero de ultramarinos toledano y ama de casa, la mayor de tres hermanas, sabe obtener entusiasmo y espíritu positivo de debajo de las piedras. El domingo por la tarde ya les había metido a todos en vereda, mucho más que la autoritaria Helena, organizando equipajes y dando órdenes a unos y a otras. "No se te olviden bañador y crema solar que allí hay piscina". "No llevéis demasiada ropa que estaremos todo el día en casa. Lo justo para escaparnos al supermercado o al estanco" "Meted vuestros portátiles en la maleta que algo habrá que estudiar, digo yo" "Algún libro, por favor"...Parecía un poco la madre de todos. Los dos coches, el de Daniel y Paco, llevaban los maleteros atiforrados de maletas y enseres hasta arriba, era como si las derechas y las izquierdas del país, representadas en la figura de estos dos jóvenes (Daniel procedía de rancia familia de derechas y Paco, de progre y moderna familia muy pudiente de izquierdas que había medrado con el negocio farmacéutico) se hubiesen unido, válgame-Dios-parece-imposible, en una causa común, la de ofrecer sus propios autos gratuita y solidariamente al conjunto de la comunidad. "Recordad llevar la documentación en regla del coche y vuestros DNIes", apuntó Paula y Helena en tono déspota lo vociferó como una orden de obligado cumplimiento: "Espero que hayáis pasado la ITV de vuestros autos y que ambos tengan SOA y que vuestros DNIes no estén caducados". Helena les dedicó una de esas sonrisitas suyas malévolas. Daniel y Paco asintieron sin pronunciar ni una palabra. Resumiendo, por increíble que parezca, toda la tropa llegó a la finca de los padres de Daniel en Extremadura, cuyo lugar omitiremos para no ofrecer geocalización y que se puedan librar de la multa gorda por huir despavoridos de Madrid de manera tan irresponsable y pueril. Ya dijimos que eran jóvenes y ricos y qué se puede esperar de nadie cuando se padecen ambas enfermedades. Fue cosa como de milagro que no tuviesen que parar en los diferentes controles policiales que se dieron por las carreteras de todo el país. Las estampas en todos los noticieros y redes sociales mostraban a demasiada gente que había confundido la pandemia con el mes de vacaciones, unos eligiendo montaña y otros playa como destinos favoritos. Bastantes serían esos que luego le criticarían al gobierno de la nación la manifa del 8M, que fue un acto irresponsable desde luego, pero no el único. Paula les había dicho a sus compañeros y amigos que hay una responsabilidad individual que cohabita con la colectiva y que la escapada a la finca extremeña no dejaba de ser un acto incívico, pero, "bueno, nosotros salimos el domingo, un día antes del Estado de Alarma y en Extremadura nos vamos a comportar. Os ruego que no demos la nota. Debemos intentar pasar desapercibidos lo máximo posible". Todos asintieron y Helena añadió "ya estaré yo para comprobarrrrrr que esto será así", mientras exhibía unos gestos faciales que infundían cierto miedo. Paula pensaba de ella que era una narcisista psicópata, pero como pagaba puntualmente sus recibos de alquiler, luz, agua y teléfono, siendo de hecho la única que los pagaba antes de iniciar el mes, comentaba de vez en cuando a sus amigos que había que correr un tupido velo y aceptarla como una más del grupo y ver su fondo bueno, porque según Paula todo el mundo tenía en el fondo calidades humanas escondidas en su corazón. La ingenuidad de Paula enamoraba desde luego. En la finca reinaba un orden y limpieza impolutos. La Seño Gloria se encargaba del cuidado de todo en ausencia de los señores. Había quedado en su pueblo confinada, por lo cual ya no podría acercarse a limpiar. Por tanto, Daniel pidió a sus amigos que procurasen manchar lo menos posible y cuando llegase la hora de irse harían una limpieza general. Había habitaciones para todos y sábanas limpias en cada cama. Gloria lo dejaba todo limpio como los chorros del oro. Contaban con suministros de luz, agua, gas y wifi. "Sería una experencia sensacional", gritó Paula llena de júbilo con su habitual dechado de optimismo. Se sentían muy cansados de un viaje tan largo. Ya era de noche y decidieron acostarse y emplazar para el día siguiente, lunes las veladas nocturnas.Al día siguiente, todos refirieron haber dormido como lirones a pierna suelta. Los colchones de las camas eran espectaculares. Ni punto de comparación con sus camastros de metro ochenta de Malasaña. Paco preparó café y sirvió croasanes. El agua de la piscina estaba tan limpia y lucía un sol tan radiante que Paula le preguntó a Daniel si se podían dar un baño. Medio segundo después ya estaban todos en el agua sin respetar la digestión del desayuno. El agua estaba helada pero pronto entraron en calor. En la zona de relax y tumbonas había un televisor y Daniel lo puso en marcha. Se tumbó para ver las noticias. Paula hizo lo propio mientras secaba con una toalla su larga melena morena. El presidente del país explicaba la situación. Fernando Simón iba dando detalles sobre el Coronavirus. Poco a poco todos fueron saliendo del agua y se arremolinaron en torno a Paula y Daniel para sumarse a la audiencia:

- ¡Caray, cuánto uniforme! Ni que estuviésemos en guerra - exclamó Paula.

- Estamos batiendo una batalla contra un enemigo invisible, el bicho éste de los cojones. - respondió Fernando al borde de la lágrima.

- No te preocupes, Fer. Venceremos al bicho. Esto en unos días ya lo tendremos superado - le consoló Paula abrazándolo y acariciando su melena despeinada y mojada - ¡Qué guapo estás sin gafas y con gafas! ¡Tienes unos ojazos increíbles!

Daniel les conminó a que solo viesen "el parte de guerra" un ratito por la mañana y que el resto del día se olvidasen de ver o escuchar noticias, pero todos llevaban el móvil y sería muy difícil, por no decir imposible, sustraerse a Twiter, Instagram o Facebook. Con todo, el día pasó como si fuese un extraño día de vacaciones y asueto. Pronto se les hizo de noche. En torno a unas pizzas y cervezas se juntaron todos en el salón de la casa, sentados en el suelo y al terminar de comer, las risas y chanzas que no pudieron confeccionar la noche anterior por culpa del cansancio, ahora brotaban como mágicas gotas de ensalmo. Paula les dijo:

- Voy a contaros una historia real y verídica como la vida misma y creo que cada noche podríamos destinar este momento para que uno de nosotros contase la suya personal e intransferible. ¿Qué os parece?

Todos asintieron. Les pareción muy buena idea.

- Pues bien. Allí va la mía. Será divertida y jocosa. Esta anécdota me la contó mi abuela Pepita. Me dijo que de recién casadas su amiga Lola y ella eran vecinas. Vivían en el mismo bloque de pisos. Su amiga Lola le comentó a su marido que el fregadero de la cocina estaba averiado. El marido, muy solícito él, decidió ponerse manos a la obra para repararlo. Lola entretanto salió a la compra. Su marido desmontó absolutamente todo y le sucedió lo típico que nos pasaría todos y todas ignorantes en la materia: cuando tenía todas las piezas desmontadas no era capaz ni de saber dónde estaba la avería ni tampoco se vió capaz de montar de nuevo todo el tinglado. Así que decidió ir a buscar a su amigo Manolo que vivía dos casas más allá. Faltaban unos diez minutos para que los hombres del pueblo fuesen a trabajar en una época en la que casi ninguna mujer trabajaba. Manolo, experto único en fontanería, se puso manos a la obra agachado con la cabeza metida debajo del fregadero. Mientras el marido de Lola estaba en su habitación vistiéndose para salir al trabajo en cuanto Manolo acabase. En esto llegó Lola cargada de la compra. Dejó todas las cestas (por aquel entonces las mujeres iba a la compra con cestas de casa y no se usaba el plástico como ahora) en el suelo y encima de la mesa de la cocina. Ni corta ni perezosa se acercó a Manolo pensando que era su marido, se agachó y con su mano derecha le agarró los cataplines mientras muy contenta decía "¡Pero qué huevos tienes, mi Paco! El pobre Manolo que no se esperaba tamaña osadía, se pegó un susto de órdago y fue tal el golpe que se dió contra el mueble del fregadero de la cocina que se le formó un chichón importante. Salió de debajo del fregadero muy asustado y dolido y cuando Lola vió que aquel no era su marido, fue corriendo a la nevera por la cubitera de hielos y con un paño de cocina le ofreció los hielos a Manolo mientras exclamaba muy compungida "Perdón, perdón perdón. Por favor, te ruego que me perdones". En esto entró Paco en la cocina y preguntó: ¿Pero qué ha pasado?. Manolo respondió "Preguntáselo a la bruta de tu mujer?" jajajaja.

Rieron la mayoría, menos Fer y Helena que recibieron la historia con desagrado. En toda fiesta siempre hay aguafiestas, algo que la buena compañía y unas cervezas siempre siempre siempre es capaz de remediar. Aquella noche rieron de lo lindo y estuvieron hasta las tantas dándole al palique. Se acostaron en aquellos colchones maravillosos. Paula se dijo antes de dormir "Mañana sin falta tengo que mirar de qué  marca son estos colchones".

Y colorín colorado así finaliza el Día 1 del confinamiento.

                                                                                 
CONTINUARÁ

5 de abril de 2020

Con el permiso de Giovanni Boccaccio, Decamerón del Siglo XXI, Relatos de encierro por primera pandemia. Año 2020 Del Señor y la Señora....

CON EL PERMISO DE  GIOVANNI BOCCACCIO, DECAMERÓN DEL SIGLO XXI, AÑO 2020, RELATOS DE ENCIERRO POR LA PRIMERA PANDEMIA, DIEZ PERSONAJES IRRESPONSABLES Y FRÍVOLOS PORQUE SON EN SU MAYORÍA RICOS Y PORQUE SON JÓVENES, NO SE LO TENGAMOS DEMASIADO EN CUENTA Y DISFRUTEMOS DE SUS HISTORIAS. RINDAMOS TAMBIÉN TRIBUTO A LA SUBLIME FILOLOGÍA CLÁSICA Y RECORDEMOS POR QUÉ DE NUEVO EL TÍTULO “DECAMERÓN” (DE DÉKA Y HEMÉRA, EL ACONTECIMIENTO DE DIEZ DÍAS).  SUBTÍTULO:  REINA GINEBRA, SEGÚN LAS LEYENDAS ASOCIADAS AL MITO ARTÚRICO, GINEBRA LE FUE INFIEL AL REY ARTURO CON LANCELOT, AMOR QUE DURARÁ HASTA LA MUERTE  PERO POR SEPARADO, ELLA CONFINADA EN UN CONVENTO EN GLASTONBURY Y ÉL , ABANDONANDO LA VIDA DE CABALLERO, SE CONVIERTE EN MONJE ERMITAÑO.  EN EL CONVENTO AMBOS TIENEN UN ÚLTIMO ENCUENTRO. AÑOS MÁS TARDE LANCELOT SUEÑA CON UN ÁNGEL QUE LE ORDENA FABRICAR UN FÉRETRO, PONERLE RUEDAS Y DIRIGIRSE CON ÉL A AMESBURY, DONDE ENCONTRARÍA A LA REINA MUERTA. LANCELOT OBEDECE AL DESPERTAR Y SE DIRIGE A AMESBURY DONDE EFECTIVAMENTE ENCUENTRA A UNA GINEBRA FALLECIDA Y AMORTAJADA. LANCELOT RECOGE SU CADÁVER Y LO LLEVA HASTA LA SEPULTURA DEL REY ARTURO PARA QUE AMBOS RESTOS MORTALES DESCANSEN JUNTOS POR TODA LA ETERNIDAD.EL AMOR DE LANCELOT POR GINEBRA NUNCA MORIRÁ Y NADIE PODRÁ REEMPLAZARLO. POR QUÉ ESCOJO ESTE SUBTÍTULO, REINA GINEBRA, PORQUE QUIERO SIMPOLIZAR EL AMOR QUE AHORA SIENTEN TODAS LAS PERSONAS DEL MUNDO CONFINADAS EN SUS CASAS O TRABAJANDO DÁNDOLO TODO AL PIE DEL CAÑÓN EN SUS LABORES ESENCIALES O TELETRABAJANDO, AMOR POR LAS PERSONAS QUE TIENEN CERCA, PERO AMOR TAMBIÉN POR LOS SERES QUERIDOS QUE ESTÁN LEJOS FÍSICAMENTE O QUE YA NO ESTÁN.

PRÓLOGO, PROEMIO O PREÁMBULO

Nos dice la prensa que el primer caso detectado de Coronavirus fue en la ciudad china de Wuhan, un hombre de 55 años, el día 17 de noviembre de 2019. El foco de la epidemia parece ser que partió de un mercado de abastos de esta cuidad donde se vendían animales exóticos, tales como muerciélagos, serpientes, pangolines y el virus que afectaba a este tipo de animales pasó a enfermar a los humanos. La autora de este humilde Decamerón cree que el bicho ya rulaba por gran parte del mundo a finales de diciembre ya que ella misma, sus hijos y bastantes compañeros y amigos pasaron una especie de gripe cuyos síntomas eran idénticos a los que procura el coronavirus, muy especialmente la tremenda dificultad para respirar y caminar. La autora aún se pregunta cómo en ese estado fue capaz de ir a trabajar. Sintió además un amago de desmayo cuando se dirigía desde su lugar de trabajo a la estación del tren de Cercanías. Era domingo 26 de diciembre de 2019 y no se sintió bien hasta el 31 de diciembre de 2019. El cuerpo de la autora es sabio y tenía ganas de celebrar la Noche Vieja. Espero que el tono jocoso que se adoptará en esta obra, no ofenda a propios ni extraños. Debemos en situación tan trágica a nivel mundial preservar el humor, la risa y las sonrisas. Por otro lado, es tal la abrumadora información y bombardeo mediático constante sobre este virus letal que el prefacio finaliza aquí para no desalentar más a la audiencia. Solo pediría a RTVE y a todas las cadenas de televisión españolas y mundiales que emitan en estos días confinados espacios amenos de diversión y entretenimiento ya que nuestros mayores, muy especialmente quienes viven solos, no tienen Netflix ni Filmin ni HBO o Amazon Prime. Solo tienen constantes y machaconas emisiones dedicadas al maldito bicho. Así que, por favor, a enmendar la plana.

PERSONAJES:

Paula, 20 años. Toma siempre la iniciativa y preside  Día 1 de Encierro o Confinamiento. Nacida en Toledo.

Francesca, italiana de Milán, 19 años, optimista y vital. Preside el Día 2.

Natalia, nacida en Valencia, destaca por su belleza y no goza de demasiada inteligencia. Tiene 20 años.

Fernando, joven andaluz, profundamente melancólico de 21 años de edad.

María, madrileña, muy inteligente, bella y docta. Tiene 20 años.

Elsa, madrileña de 21 años. Es de las que aún piensan que un Príncipe Azul las rescatará. Muy sumisa y obediente. Un tanto pánfila.

Daniel, madrileño de 22 años, de familia muy rica y pudiente. Es el personaje transgresor por antonomasia.

Laura, barcelonesa de 20 años, de madre catalana y padre andaluz. Muy independentista, aunque no milita ni en ERC ni en la CUP y tampoco le gusta Torra.

Helena, alemana de 20 años, muy egoísta, narcisista y egocéntrica. Domina un perfecto español, de padre español y madre alemana, defiende la supremacía de la raza. ¿Qué raza? Aún no lo tiene muy claro porque para ella muchos alemanes son “hilipollas”. Es curiosa su manera de pronunciar “gilipollas”.

Paco, joven gallego, muy apasionado de 23 años, de familia muy rica farmaceútica. Milita en Unidas Podemos mientras se toma tres gelocatiles diarios porque sufre tremendas migrañas de tanto apasionamiento.

El viernes 13 de marzo el Presidente de la Nación España, Pedro Sánchez, anuncia a bombo y platillo, sin tener en consideración el día tan gafado del calendario que el próximo lunes 16 de marzo entrará en vigor el Estado de Alarma. El domingo 15 de marzo luce un día radiante en Madrid con la boina de contaminación habitual, pero boina radiante y espectacular, porque a esta preciosa ciudad le sienta todo fenomenal. Un grupo de diez amigos estudiantes que comparten tres apartamentos en un mismo inmueble del barrio de Malasaña, se reúnen en el salón de uno de ellos. Paco sirve café y magdalenas. Están todos en ropa de pijama, es decir, medio despelotados. No han estado demasiado atentos a las noticias, pero saben que el lunes ya no se podrá salir de casa y se suspenden las clases universitarias:

-          ¡Qué fuerte, tíos y tías! ¡ Osea, que debemos quedarnos en casa en plan monjas de clausura!¡Esto no lo voy a soportar! Yo necesito mi dosis de calle diaria.
-          Será duro, sí. Es cuando menos surrealista.
-          Chicos y chicas, ¿Y si nos fuéramos todos y todas de Madrid?
-          ¿Qué? ¿A dónde?
-          Podríamos ir a la finca de mi padre y mi madre en Extremadura. Allí podemos estar a cuerpo de rey y reina todo el tiempo que queramos. (Es Daniel El Transgresor quien expone esta idea brillante)
-          ¿En serio, tu madre y tu padre te dejarían? (Observe el lector y la lectora atentos el sumo esfuerzo de esta tropa para emplear en todo momento el lenguaje inclusivo y no se mueren por ello ni les falta el resuello)
-          Por supuesto. Ya la conocéis por todas las fotos que os he enseñado por Instagram. Es mi lugar familiar favorito. Papá y mamá están en su mansión en Guadalajara y no tienen pensado ir a la finca hasta mayo.
-          Pero habrá que llevar comida suficiente.
-          Tampoco tanta. En el pueblo hay supermercado, una farmacia, un  estanco y un bar. ¿Quién vota a favor?
-          ¡Yo, yo, yo, yo…!
-          ¿Y los demás?
-          No sé, ¿Cuánto va a durar este confinamiento o estado de sitio o secuestro o cómo se llame?
-          Estado de Alarma. Se llama así. Porrrrrr favorrrrrrr, “jabla” con propiedad, Elsa. (Ordena Helena)
-          Durará quince días, una cuarentena, y podremos estar en una finca alejados del mundanal ruido, al aire libre en plena naturaleza.
                                                                                                                                                                        (CONTINUARÁ…….)