23 de abril de 2020

Día 10, 25 de marzo de 2020, Día de Paco....Renta Básica Universal, ahora es el momento, pero no lo será. El mundo no cambia...Feliz Día del Libro 2020....por favor, leed y leed, ahora y siempre.........

Cuando Paco decidió militar en Unidas Podemos era el mismo día de su fundación como coalición, el quince de marzo de 2019. Y lo hizo en Madrid y no en su Galicia natal porque llevaba ya cuatro años residiendo en la capital. Le iba fatal en los estudios universitarios, pero cada vez medraba más en los círculos podemitas. Su firme compromiso le confería más y mayores responsabilidades. Había creado un círculo sectorial junto a otros siete compañeros de la Facultad de Derecho. Las campañas, iniciativas, eventos, foros y un sinfín de actividades le robaban las horas del día y la noche. Se sumaba a todo ello las tremendas jaquecas y cefaleas que sufría de origen desconocido. Sus padres le habían llevado a mil especialistas y no daban con el origen de tan dolorosos episodios que con tanta frenética actividad política se agudizaban. Ibuprofenos,paracetamoles y nolotiles eran sus aliados. Y copazos de whisky por sus cualidades relajantes. Ahora, durante el confinamiento había leído que el ibuprofeno no era nada recomendable. Así que optó por tirar cuatro cajas a la basura. Como no le quedaban muchos paracetamoles y nolotiles le pidió a Daniel que alguien fuese a la farmacia a comprarle una caja o dos pretextando un insufrible dolor de cabeza. En realidad, no tenía remotas ganas de ir al pueblo a la farmacia y tener que dar explicaciones ya que sabía que el paracetamol es lo más recetado para tratar el Coronavirus. Daniel tampoco quería dejarse ver por el pueblo. Ya dijimos que de ninguna manera se debían enterar de que estaban todos los chicos y chicas en la finca de sus padres. Así que pidió a Laura que fuese ella ya que ya había salido a comprar al supermercado y era muy discreta. Para disimular debía comprar otras muchas cosas absurdas, tales como crema facial, barra de labios, crema de manos para grietas y nada que pudiese estar relacionado con el dichoso Coronavirus, como por ejemplo alcohol, agua oxigenada, desinfectante, mascarillas, guantes..En realidad a la simpática farmacéutica que le atendió poco le importaba lo que Laura quisiese comprar. Cuando Laura entre toda la lista de cosas absurdas pidió casi balbuceando dos cajas de paracetamoles, la farmacéutica le dijo si quieres más te puedo dar otras dos cajas. "Sí, gracias, por favor. Tengo a mi novio con unas terribles jaquecas y solo tenemos ibuprofeno en casa que ahora está desaconsejado" La farmaceútica entonces respondió algo que dejó a Laura muy perpleja "a mí nunca jamás me ha gustado el ibuprofeno. En casa solo entra paracetamol". Estuvo a punto Laura de preguntar qué opinión le merecía el nolotil ya que veía a Paco consumirlos como gominolas, pero no se atrevió por no meter la pata. Pagó con tarjeta, se despidió con una amplia sonrisa y cuando estaba a punto de franquear la puerta, la farmaceútica le espetó "¿Eres novia de Daniel? Ya os hemos visto en la finca de sus padres. Lo comenta todo el pueblo que os vinisteis un día antes de decretar el Estado de Alarma". Laura enmudeció. Se puso tan pálida que pareciera que fuese a darle un desmayo. Se giró e intentando disimular respondió "No. Soy novia de Paco, un amigo de Daniel. Yo a Daniel casi no le conozco. He venido por mi novio Paco ya que ellos dos son muy amigos. Nos vinimos para poder estudiar ya que en el apartamento de Madrid estábamos muy ahogados. Le prometo que nos portamos bien y el pueblo no tiene nada que temer. Estamos todos sanos como manzanas". "No te preocupes. Ya sabemos en el pueblo que sois muy buenos chicos y Daniel es de muy buena familia. Cuidaos mucho y no salgáis mucho por el pueblo. No por nada. Es que los jóvenes soléis ser asintomáticos pero muy transmisores de la enfermedad. Podéis pasarlo sin enteraros. De hecho el dolor de cabeza es uno de los síntomas". "Le aseguro que mi novio Paco, el pobre, sufre jaquecas desde su adolescencia. Le han hecho todo tipo de pruebas tanto en Galicia como en Madrid y los médicos no dan con su origen". "Vaya, pobre. Tened cuidado. También debéis saber que se ha visto que salen sabañones en pies y manos y extrañas manchas en la piel. Esto les suele suceder a los asintomáticos, muy especialmente a los niños y jóvenes" "Muchas gracias. Lo tendremos en cuenta". Laura regresó pitando a la finca. Regresaron de un plumazo todas sus inseguridades y complejos y ansiedades. Nunca le habían gustado las farmacias y mucho menos los farmaceúticos y si eran simpáticos como esta farmaceútica aún menos porque Laura era muy hipocondríaca. Ahora a fiebre, tos, dolor en el pecho, dificultad para respirar, había que añadir sabañones y manchas y eccemas en la piel. La maldita enfermedad era un horror. Laura llegó a la finca y cuando depositó la compra sobre la mesa rompió a llorar. Paco intentó abrazarla para consolarla, pero ella le soltó "No me toques. Puedo traer el puto virus en forma de sabañones o qué se yo qué más. Además ya saben que estamos todos en la finca" "¿Quiénes lo saben" preguntó Daniel. "Todos en el pueblo. Eso me ha dicho la farmacéutica". "¿Clarita? Ah, no le hagas ni puto caso a esa mujer. Le encanta propagar bulos." "¿Y por qué la llamas Clarita como a mí Laurita? ¿Por qué no la puedes llamar Clara y a mí Laura? ¿Qué coño os pasa a la gente?". Paco se acercó y la abrazó: "Laura, Laura, Laura. Eres la mejor persona que conozco de este puto Planeta Tierra. Me has traído nada menos que cuatro cajas de paracetamol. Has logrado esto y cuanto te propongas en la vida. Te estaré infinitamente agradecido. Saldremos de ésta, te lo juro y prometo". "Los podemitas nunca juráis. Solo prometéis" bromeó Fer. "¡Vaya! ¡Qué crema tan buena para la cara, Lauri. ¿Me la puedo quedar" preguntó ingenuamente Natalia. "Sí, Nati, te la puedes quedar. Damos por inagurada la sesión de diminutivos a cual más ridículo" respondió Laura secándose las lágrimas en la sudadera de Paco. "En fin, yo con vuestro permiso me quedo las cajas de paracetamoles y me voy a tomar ya uno porque me va a estallar la cabeza". Paco se tumbó en su habitación a oscuras y se quedó dormido un par de horas. Cuando se levantó ya se sentía bien. Debía prepara su disertación nocturna. Así que elaboró un dossier donde explicaba el motivo y finalidad de su Círculo Sectorial podemita. No solo le serviría para afianzar sus entusiasmadas ideas, sino que tal vez animaría a sus amigos a comprometerse con su causa. Llegada la noche, se sentaron en círculo. En esta ocasión el círculo no podía ser más apropiado. Se pusieron morados a pizzas, patatas fritas y todo tipo de encurtidos y embutidos. El vino corría a raudales. Paco se sentía feliz de poder explicar a sus amigos la finalidad de su Círculo Morado Sectorial: "Veréis, la idea se me ocurrió en la Universidad. No comulgo con el sistema educativo español trasnochado y caduco. Sabéis que Finlandia por ejemplo ocupa el número uno en el ranking mundial en calidad de enseñanza. Su finalidad primera y última es crear ciudadanos felices y en España no veréis a gente más infeliz que el animal universitario, es decir, nosotros. En mi caso particular, encadeno un fracaso tras otro. El programa de estudios me parece nefasto. Ninguna asignatura me seduce por sí misma ya que no está bien planteada, no aporta los ingredientes necesarios para seducir. En España se sigue rindiendo culto a la titulitis. Cuentan más las notas y el título final que un verdadero aprovechamiento universitario. Cursamos carreras además que luego no nos servirán para nada, salvo para engrosar las filas del paro o para tener que emigrar a limpiar platos. Ya ni siquiera Londres será destino fiable con el Brexit. Hay que hacer algo y hacerlo ya. El objetivo de mi Círculo Sectorial es......."


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