21 de marzo de 2019


Pájaro azul


Charles Bukowski


Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
Luego lo vuelvo a meter,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

18 de marzo de 2019

YA BASTA....

Dos mezquitas de la ciudad de Christchurch en Nueva Zelanda con más de 49 muertos y muchas personas heridas el pasado 15 de marzo fueron el objetivo del peor ataque terrorista en la historia de Nueva Zelanda. Y hoy en un tranvía en la ciudad holandesa de Utrecht al menos 3 muertos y 5 personas heridas. En Siria ya van más de 500.000 muertos en casi ocho años de guerra insoportable e insostenible, superando con mucho la Guerra de Irak que ya es decir. ¿A qué esperan estos políticos amos del mundo para parar ya de una vez esta locura de sangre y muerte? YA BASTA

10 de marzo de 2019

Vengo a hablar de una mujer extraordinaria..#hombresyalgunasmujeres

Mi nombre no importa. No estoy aquí para hablar de mí. Quiero contarte algo sobre una mujer extraordinaria, la que fue mi esposa, mi compañera de vida durante siete años y madre de mis hijas. Era extraordinaria y por eso la maté. Le clavé un cuchillo mortal y luego estrangulé a sus hijas, nuestras hijas, mis hijas. La maté porque me inspiraba miedo su coraje de vida, su ilusión, alegría, entusiasmo en todo. No podía soportar tanto derroche de amor incondicional por nuestras hijas y por mí. Ese miedo se fue apoderando de mi ánimo. Temía su cada vez más evidente libertad. Temía perderla. Temía que acabase siendo de otro. Cuando le clavé el cuchillo en el pecho, me sonrió y con un hilo de voz y de sangre, susurró: "Te perdono. Te amo". Vengo a hablar de una mujer extraordinaria ante todos estos extraños en una sala de audiencias. Sigo teniendo miedo, un miedo aterrador tal como el que sentía mucho antes de matarla.

5 de marzo de 2019

Guantanamera...

La canción popular cubana "Guantanamera" me trae recuerdos increíbles de mi feliz infancia en Santo Domingo (Rep. Dom.) y de San Juan de Puerto Rico. La cantábamos y bailábamos a todas horas. Se escuchaba con frecuencia en todas las radios o la cantaban grupos de músicos en las calles. En estos días de Carnavales, esta canción me parece la más alegre y bailonga. La letra más conocida, adaptada por Julián Orbón,​ está basada en las primeras estrofas de los versos sencillos, del poeta cubano José Martí.​ La composición musical se atribuye oficialmente a José Fernández Díaz, más conocido como Joseíto.​ La canción ha sido adaptada y grabada en muchas versiones. Mi versión favorita es la interpretada por Compay Segundo.(Siboney, 18 de noviembre de 1907 — La Habana, 14 de julio de 2003). Entre todas las supuestas hipótesis sobre el origen de esta canción universal, me quedo con la más plausible y creíble: "Según el investigador musical Natalio Galán, la música de la «Guantanamera» encuentra sus raíces en el pasacallo, que a su vez es una modificación del pasacalle español de 1730. Por lo cual, según Galán, la «Guantanamera» es una modificación del son oriental, específica de la zona de Guantánamo, y la técnica utilizada (con sus modificaciones) provenía de España. La otra influencia importante en la canción es la montuna, y la fusión de estos dos estilos resulta en la «guajira guantanamera»:...la Montuna abandona el municipio de Guantánamo y los habaneros la descubren por 1927 —entre son y son que bailaban, pues sus vidas parecen haber seguido un fluir paralelo— llamándola guajira guantanamera, marcando con ello su cuna y fijándose la tonada que la caracteriza desde 1930."

2 de marzo de 2019

Por qué todas las mujeres del mundo y las personas de izquierdas debieran leer "Sumisión" de Michel Houellebecq....

Si esperas una respuesta, lo siento, tendrás que leer el libro. Solo contaré unas anécdotas que me sucedieron el jueves 28 de febrero de 2019 por la tarde. Me disponía a salir el jueves pasado, cuando mi hijo mayor, mientras abría la puerta me dijo "Sales a dar un paseo". Le respondí muy entusiasmada "Voy a la Gran Vía para visitar cómo ha quedado la Casa del Libro después de las obras de remodelación y de paso quiero comprar "Sumisión" de Michel Houellebecq". Entonces, él, con semblante preocupado, va y me dice, "No te compres ese libro ni leas nada de Houellebecq, porque es muy deprimente". Le contesté dibujando una sonrisa amable en mi rostro "Hasta luego". Cuando en Madrid decimos "Hasta luego", en más de una ocasión no es solo para despedirnos. Mi "hasta luego" filial, vino a decir "Vale, lo que tú digas. Haré lo que me venga en gana". Cuando llegué a la Casa del Libro, después de visitar y retratar al gato Balance de Callao, me embargó un sentimiento de desilusión y nostalgia. La nueva librería no me gustaba. Cerré los ojos para intentar recordar cómo era antes y cuánto me gustaba. Me recompuse y aceptando lo inevitable, subí las escaleras que conducen a "Narrativa Extranjera". Estas escaleras tienen forma de pequeño anfiteatro y en el foso había un niño de unos cinco años al que su padre obligaba a leer. Me entraron ganas de decirle que por qué no llevaba a su hijo a un parque con el día tan primaveral y fantástico que lucía fuera, pero me abstuve. Cada quien educa a sus hijos como mejor sabe y puede. Ya había localizado "Sumisión". Lo sostenía en mi mano. La torre Eiffel brillaba y destacaba sobre el fondo rojo y una pequeña media luna y estrella diminuta de cinco picos no pasaban tampoco desapercibidas. En esto, escucho la voz de un librero que va y me espeta "No te lleves ese libro. Te va a deprimir. Es muy pesimista y lúgubre". Le respondí "Lo has leído". "No lo he leído, pero últimamente solo leo literatura positiva y optimista. Llévate mejor "La felicidad de los ogros" de Daniel Pennac". Mientras, lo extraía de la estantería P y lo depositaba en mis manos. Como este librero me parecía tan buena persona como mi hijo Alex, no era plan de responderle un "hasta luego" grosero y zafio. Me limité a decir " Soy de talante muy optimista y positivo y me viene bien leer literatura pesimista para bajar un poco de la nube en la que habito. Haré una cosa: me llevaré los dos libros""Te encantará. Tiene otros siete. Cuando quieras, te invito a que vuelvas y te digo dónde están". Le agradecí la atención prestada y me despedí con un "Adiós". En Madrid, cuando decimos "adiós" es que nos estamos despidiendo de verdad. Viene a ser como un "hasta nunca". Estas anécdotas vividas con un librero y mi hijo mayor, dos varones con una diferencia de edad de por lo menos veinte años, ilustran cómo los hombres no han aprendido aún a tratar a las mujeres. Poco menos que nos consideran seres inferiores y delicados a los que hay que proteger de lecturas pesimistas hoy y de vete tú a saber de qué mañana. No se dan cuenta de que las mujeres empoderadas, independientes y libres como yo, no necesitamos protección alguna. Ya sabemos que no lo hacen con mala intención. Lo llevan en su ADN. Pero a mí, personalmente, me sigue descolocando e impactando que sea así. Os animo, mujeres y a toda persona de izquierdas que leáis "Sumisión" de Michel Houellebecq, una obra magnífica sobre los peligros que nos acechan muy especialmente en Europa. Cuando sectores de izquierdas y muy especialmente mujeres europeas votantes de izquierdas defienden el uso del velo y el burquini, no saben que están empoderando al machismo más devastador para la mujer. Recordad, mujeres, nos quedan aún doscientos años para una Igualdad real y plena. Ojo avizor. Por cierto, he devorado este libro. Esta tarde de sábado ya lo he terminado y mi hijo mayor me lo ha pedido y está deseando leerlo. Si es que...tela marinera, cómo son los hombres.