28 de diciembre de 2021

Mira hacia arriba antes de que sea demasiado tarde....una película de 10 magnífica....

El domingo al salir del trabajo, ya en la estación, una voz gangosa comunicó por megafonía que el tren traía una demora de media hora larga. "Perfecto. Paciencia", me dije. Decidí ver en mi teléfono la película de la que todo el mundo habla, unos para ensalzarla y otros para menospreciarla. El caso es que a nadie parece dejar indiferente. Ver series o películas en el móvil es algo que detesto, pero guiada por el prejuicio de que el film en cuestión no me iba a gustar, bajé la vista, dejé de mirar al techo de hormigón de la estación que me quedo contemplando cada domingo laboral sola en el andén y puedo asegurar que desde las 22:45 hasta la 1:33 horas no desvié mi vista de la pantalla diminuta, mientras subía al tren, me sentaba, una voz melodiosa anunciaba que había llegado a la Estación de Chamartín Clara Campoamor, descendía las escaleras hacia el metro, subía las escaleras que dan a Bravo Murillo y caminaba por las solitarias calles de mi barrio, montaba en el ascensor, me ponía el pijama y me sentaba en la cama para llegar hasta el final del metraje, con la firme promesa de ver esta gloriosa película de nuevo en pantalla mediana, grande y hasta en una gigante si se terciara. Con claros guiños y reminiscencias de "Network" de Sídney Lumet, recordemos también que " Teléfono rojo,volamos hacia Moscú" de Stanley Kubrick fue considerada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos "cultural, histórica y estéticamente significativa". Estos calificativos son perfectamente aplicables a "No mires arriba" de Adam Mckay, una sátira gloriosa de nuestro maltrecho Siglo XXI. Si te imaginas que el cometa destructor Dibiasky es el cambio climático, la mortal pandemia y una monumental mano humana depredadora, puede que te animes no solo a ver esta perturbadora película sino también a contribuir con tu modesto grano de arena a hacer montaña de buenos propósitos para salvarnos de la catástrofe. Miremos hacia arriba y escuchemos las voces de los expertos. Oídos sordos ante los bulos, noticias falsas, la podredumbre mediática, la superficialidad imperante y rampante, la mediocridad que señorea todos los espacios analógicos y digitales. Que callen los necios y los idiotas y hablen quienes saben mirar hacia arriba. Hoy la hemos visto en casa de nuevo en la pantalla del televisor.