27 de abril de 2020



Y con estas ballates monódicas de Esther Lamandier  extraídas del Decamerón musicadas, acompañadas de órgano portátil, arpa, laúd y viola, en una grabación que fue publicada por la casa Astrée con el número E 57706 AD O45, acompañadas por una introducción explicativa firmada por Nanie Bridgman, doy por finalizado mi Decamerón particular. Si el Decamerón de Boccaccio tenía una estructura gótica. el mío presenta una estructura biónica, que es lo que se estila ahora. Aunque a fecha de hoy veintisiete de abril prosigue el confinamiento en España y nuestros diez protagonistas siguen enclaustrados en la finca extremeña de los padres de Daniel, doy carpetazo a este experimento de Decamerón por dos motivos: Uno/ Estoy hasta la coronilla del monotema, que si la COVID-19 por aquí que si la COVID-19 por allá. De tan manido el tema ni los medios de prensa se dignan en escribirlo correctamente. Dos/ Mis diez protagonistas están a su vez muy hartos también. Me han trasmitido que están hasta las narices de "la covid y el covid". Que el vino de la bodega se les está terminando y cada día sale alguien al pueblo por cerveza y más cerveza. Les ha dado por fumar como carreteros. Vislumbran un panorama muy negro, un futuro COVID (¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR ÍNTEGROS Y DIGNOS?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, IDIOTAS DESCEREBRADOS?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, INDIGNOS DONNADIE?; ¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR, ILUSOS DESGARRACALZAS?....¿CÓMO OLVIDAMOS VIVIR? ¿CÓMO? ¿CÓMO? ¿CÚANDO? ¿POR QUÉ?) Muy alegremente se pregona por las redes sociales y artículos de prensa se hacen eco insistiendo en que después de esta pandemia el mundo será diferente, los seres humanos habremos cambiado para mejor. ¡Mare de Deu! Esto no hay un dios que se lo crea. Las ciudades chinas seguirán vomitando dióxido de nitrógeno en el aire del gigante asiático. Regresarán los vehículos motorizados, las fábricas a todo gas, las instalaciones industriales produciendo cantidades ingentes de trastos y cachivaches que no precisamos para nada, muchos de ellos de plástico que va a parar al mar, "que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos", que ya lo recitaba Jorge Manrique cien años después de Boccaccio y la cantinela sigue y sigue siglos y siglos después y nunca enmendamos la plana. Pero habrá siempre siempre siempre seres humanos que lo seguirán intentando. Tal vez, Fer con sus poesías. Quizás Daniel visionando todos los documentales comprometidos de Netflix. Puede que María con su tesón y altas dosis de responsabilidad. Qué decir de Laura tan valiente y esforzada. Puede que nuestros diez protagonistas ni siquiera lo intenten, pero otros lo intentarán de todas las edades además. La crisis de 2008 ya había dejado a mucha gente tirada en la estacada. En esta ocasión no debemos consentir que se rescaten bancos y no se rescaten personas y familias. No debemos consentirlo bajo ningún concepto ni pretexto. Ya vemos a gente pasarlo muy mal. De nuevo la solidaridad será crucial, pero si los gobiernos y los poderosos del mundo no arriman el hombro, esta nueva crisis será devastadora y mortal. No nos matará solo el virus. La gente morirá de hambre y desesperación. Las potencias mundiales deben responder y los humanos cambiar, cambiar de verdad.

No hay comentarios: