PEREGRINAJE
a Elizabeth Azcona Cranwell
Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.
He llamado al viento,
le confié mi ser.
Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.
Nous somme deux enfants du monde...
Sancho no quiere ya su Ínsula Barataria.
Dulcinea Lorenzo y Aldonza del Toboso, dos damas en el corazón roto del
Noble Hidalgo, extasiado de locura y cordura.
Nous sommes deux enfants du monde.
Ellas jamás supieron de su amor.
Él las amaba o tal vez no.
Vagaron los tres por la tierra quebrada y árida.
Nous somme deux enfants du monde.
Somos seres imaginarios en la mente de un creador silente,
que escribe con letras de oro
el libro de nuestras vidas.
Nous sommes deux enfants du monde.
Hay un suicida en el tejado.
Violines que ahora son explosión de Perséidas en la noche de agosto.
Joven, elige vivir, que la vida es dolorosamente bella
como una Dulcinea Lorenzo Aldonza del Toboso
en las mentes delirantes de un creador y un loco.
Nous somme deux enfants du monde....