
Un mendigo, que pretendía pasar la noche en una playa gaditana, al amparo de un lecho de sal, arena y cartones, contempló entre embelesado y sobrecogido, el tránsito de una manada de toros de lidia, de casta vazqueña, trotando, galopando como corceles, por la orilla del mar.
Cuando al día siguiente leyó en un ejemplar del periódico local, abandonado en un banco, la noticia de que la lidia de novillos en Sanlúcar de Barrameda se había suspendido por el extraño robo de reses en la finca Ymbro-Los Romedales de Chiclana, el mendigo, risueño bajo una gruesa capa de mugre y sudor, exclamó:
- ¡Riau riau!
2 comentarios:
muy bueno el blog !!! saludos desde Argentina.
Ok. Muchísimas gracias, QV4 !!!
Lo mismo digo de vuestro blog radiofónico.
Saludos desde España y Olé !!!
Gemmayla
Publicar un comentario