12 de abril de 2011

La carta que nunca llegó de la maestra de la Ciudad Perdida

Chornobyl, 27 de abril de 1986



Mi queridísima Tonya:

Te escribo con la esperanza de que esta carta llegue pronto a tus manos, para que cuanto antes puedas saber de nosotros. Imagino tu angustia en estos momentos tan grande como la nuestra o si cabe más.

Afortunadamente, mis niños y yo nos encontramos recluidos en la iglesia de la Resurrección, en pleno bosque, a la espera de acontecimientos. Pensamos que, en breve, los camaradas Comandantes del Ejército estimarán que ya podemos regresar a nuestras casas, aunque aquí corren rumores de que es inminente una evacuación de toda la población o gran parte de ella.

No quiero trasmitir sentimientos pesimistas en estos momentos, que embarguen de tristeza los corazones de mis alumnos y el de sus madres. Ellas, resignadas, permanecen a ratos en silencio, preocupadas, pero, esperanzadas, escuchan, la mayor parte del tiempo, las anécdotas, las chanzas, los chismes que entre nosotras nos contamos y nos arrancan risas y sonrisas. Otra cosa no podemos hacer, salvo nutrir de entretenimiento esta larga espera y escuchar atentas las noticias de la radio que son, como siempre, nulas o cargadas de mentiras. No quiero que te angusties, pero temo que nuestro futuro inmediato es incierto y hay que asumir que lo más sensato será marcharse de aquí. Si nos es posible, preferiría que mamá y tú nos acogierais a Luka, Vasyl y a mí en vuestra casa hasta que yo dé a luz el bebé. Me quedan escasamente tres semanas y espero no romper aguas aquí mismo, porque a los camaradas comandantes no creo que les haga mucha gracia cargar con una parturienta y su recién nacido, aunque si a nuestro Vasylyn o a nuestra Masha se le antojase nacer prematuramente, en ningún lugar como éste encontraría tanto calor maternal y mayor alegría, rodeada como estoy de mis niños, mis niñas y sus mamás. Los padres están todos echando una mano en las labores de extinción del incendio en la central. Luka y Vasyl están también allí. Desde ayer, desde que de madrugada se comunicó la primera explosión y nos arrancaron del sueño, no hemos sabido nada de ellos. No tenemos a quién preguntar, sólo este transistor que emite constantemente música de coros militares y hasta nos han emitido una pieza del desprestigiado Shostakóvich. ¡A buenas horas quieren rehabilitar su imagen! Y también he tenido ocasión de escuchar con una atención que nunca antes sospeché en mí, fragmentos de la ópera “El ángel de fuego” de Prokófiev. Creo que musicalmente las autoridades soviéticas quieren trasmitirnos lo que no son capaces de explicarnos con palabras. Lo entiendo. Sé que en estos momentos nadie sabemos qué decir . Pero yo sí sé que decirte a ti y a nuestra amada madre, mi queridísima hermana: os quiero con toda el alma y pronto estaremos juntas con nuestra Masha o con nuestro Vasylin. ¿Te gustan los nombres que hemos elegido para nuestro retoño? Vasyl ha escogido Masha si es niña y yo quiero que se llame como su padre si es niño porque ya hay demasiados Luka en la familia.

Muchos besos. En cuanto tenga más noticias, te escribo de nuevo. Creo que el correo sigue funcionando bien.


Klara


5 comentarios:

Gastón Segura dijo...

Querida Gemayla, por tu blog han entrado ya cuatro personas en el mío, y te lo agradezco muy sinceramente. En cuanto a Chernovil, ¿conoces la escalofriante historia de los buceadores que bajaron a la piscina del reactor? Es admirable amén de terrible, y hoy nadie los recuerda. Y dudo, que hasta en Ucrania los recuerden. Eran y son un ejemplo para el resto de los hombres. Búscala, por alguna parte debe de estar. alguien la recordara. Alguien.

Gemmayla dijo...

Hola Gastón:

Muy bienvenido a mi blog. Me alegra mucho que me digas que modestamente he contribuido a publicitar tu blog que es magnífico.

El pasado sábado tuve la ocasión de ver los tres documentales de la Noche Temática dedicada a Chernobil y casi no podía contener las lágrimas. Admirables y héroes anónimos todos cuantos participaron en las labores de limpieza, reparación y construcción del sarcófago. No encuentro palabras: mineros y soldados por mínima o nula gratificación se jugaron sus vidas por todos nosotros. Sin duda la vieja Europa ya no existiría.

Es urgente replantearse hacia dónde vamos, por qué hemos hipotecado el futuro de las generaciones venideras en manos de politicuchos que aunque permanezcan en el poder 40 años, esas miserables cuatro décadas no son nada ante la casi eterna supervivencia de los residuos nucleares.

En fin, ojalá rectifiquemos a tiempo.

Un abrazo entrañable

Diciembre dijo...

Me temo, querida amiga, que todavía deberemos de esperar a que pasen bastantes años para que podamos autoabastecernos únicamente con energías renovables.
Cuando estas alternativas energéticas estén lo suficientemente desarrolladas, será cuando puedan ser también lo suficientemente competitivas como para poder llevar a cabo el cierre definitivo de las centrales nucleares.

En cuanto al muy preocupante problema de los residuos radiactivos, hay indicios sobre la posibilidad de lograr su total destrucción. He leído por ahí que los físicos llevan tiempo trabajando en ello, a través de procesos de fusión-fisión...

Ojalá que nosotros también lleguemos a verlo. Pero sin duda alguna serán nuestros hijos, y las futuras generaciones, quienes podrán beneficiarse de este muy necesario logro.

Creo que existen motivos para mostrarse optimistas, al respecto.

Besos, solete!

Gemmayla dijo...

Hola Diciembre:

Siento no ser optimista al respecto. Soy realista, en el sentido de que es inpensable eliminar la nuclear de un plumazo en décadas. No queda otra que diversificar y elegir todo tipo de opciones posibles, incluyendo petróleo y nuclear. Pero el objetivo debiera ser tendente a reducir la nuclear lo máximo posible, cuyos residuos podrían ser la causa de la extinción de la propia especie humana. La nube radioactiva de Chernobil afectó a toda Europa. Si los soviéticos, que se dejaron la salud y muchos de ellos la vida, en las labores de extinción del incendio y las posteriores labores titánicas, que se realizaron para evitar una catástrofe mundial no se hubieran dado en condiciones tan estoicas, resignadas y heróicas, mi querida Diciembre, ahora ni tú ni yo estaríamos aquí.

Muy feliz Semana Santa !!!

Besos

Gemmayla dijo...

Sorrie, por el error de distecla. IMPENSABLE