4 de febrero de 2020

Final feliz después de cinco horas de corazón en un puño....

El exitoso aterrizaje de emergencia del vuelo comercial AC837 de Air Canada con destino Toronto, ayer 3 de febrero de este año en el que no ganamos para sustos, en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas nos dejó ayer a todos, muy especialmente a los/las madrileños con una cara de admiración absoluta hacia el piloto que durante cinco horas estuvo sobrevolando el espacio aéreo cercano al aeropuerto de Madrid. El objetivo, tal y como pauta el protocolo, era el de quemar combustible para perder peso y así aterrizar. Desde el sur de la Comunidad y desde Cuenca -la aeronave estuvo un largo rato sobre la localidad de Tarancón. Vecinos de mi barrio dicen haberlo visto sobrevolar las casas en vuelo rasante muy por debajo de las torres de Plaza Castilla. Es inevitable comparar esta hazaña con el lamentable desenlace vivido el 15 de enero de este año cuando un avión comercial fletado por la compañía norteamericana Delta Airlines se vio obligado a desprenderse de parte de su combustible cuando estaba en el aire y dejó 60 heridos en varias escuelas de Los Angeles, California, en los Estados Unidos. Un colegio situado a unos 22 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Los Angeles, en la localidad de Cudahy, fue el más afectado por el combustible. En este centro 11 adultos y 20 niños resultaron heridos por quemaduras o problemas respiratorios, informó el Cuerpo de Bomberos en un mensaje publicado en Twitter. Aunque ninguna persona requirió hospitalización, vaya susto que te caiga encima una ráfaga de combustible. En fin, crucemos dedos para que este 2020 nos de un poquito de tregua.

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