19 de marzo de 2020

Poema claustrofóbico...Dedicado a mi hijo Héctor en su diecinueve cumpleaños el 20 de marzo del 2020, primer día de primavera...Dedicado a todas las personas que ahora lo están dando todo en sus lugares de trabajo ineludible y en sus casas cuidando de sus familias....

Si Nicanor Parra inventó la Antipoesía, yo vengo a inagurar la poesía claustrofóbica, que tendrá muy poco de poesía y muy mucho de nostalgia. No soy demasiado materialista. Lo justo. Amo a las personas por encima de todo. Pero empezaré citando las cosas añoradas, los artilugios que me permiten llegar a mi gente. Añoro el metro de Madrid, el bus interurbano, el tren de Cercanías, los pulsadores de parada, las manivelas de apertura, las marquesinas, los andenes, los cómodos bancos donde no hace tanto me sentaba pacientemente a esperar la llegada de mi tren, mientras leía un libro o curioseaba por las redes virtuales. Añoro el cielo azul precioso de Madrid en primavera, verano, otoño, durante el gélido invierno, al aire libre y no solo como ahora confinada contando nubes detrás del cristal de mi ventana. Añoro los pinos, encinas, alcornoques, almendros en flor, acacias, chopos, sauces, fresnos, olmos, cipreses, mimosas, eucaliptos, cedros, laureles, ciruelos de Pissard de la Dehesa de la Villa. Sus ardillas jugando al escondite con mi vista clavada en el horizonte, los gorriones, mirlos, pinzones, verdecillos, jilgueros, estorninos de los Altos de Amainel. Añoro mis paseos por la Gran Vía, Recoletos y el Barrio de Chamberí. Añoro mis visitas a la Biblioteca Nacional. Añoro La Cibeles y la Puerta de Alcalá, que mírala, mírala, ahí está ahí está viendo pasar el tiempo sin que este bicho la pueda derribar. Te añoro Madrid de mi alma. Anhelo que tu metro y tu tren me permitan llevarme de aquí para allá para estar con mi gente. Anhelo que tu Ave desde Atocha me permita visitar a mi madre querida, ahora confinada en una residencia sin poder recibir visitas. Poder abrazar a mi familia. Mamá, te ruego que me esperes, que yo te prometo que llegaré. Llegaré en mayo que es el mes madrileño por antonomasia, el mes en el que vencimos a los franceses invasores, el mes de todas las victorias. Quiero que en Mayo,en Madrid, en España entera y en todo el planeta hayamos vencido a este enemigo invisible y cruel. Lo quiero, rezo por ello y sucederá. No precisaremos esta vez tijeras de costurera, ni puñales ni a los valientes Malasaña, Daoiz y Velarde. Con quedarnos en casa sin artillería, sin munición venceremos a este enemigo invisible con nuestros aplausos cada noche a las ocho en punto en nuestras ventanas y balcones por nuestros sanitarios, soldados de la Salud Pública, la Seguridad Ciudadana, bomberos, empleados de supermercados, respondedores, transportistas, teletrabajadores, empleados y empleadas de mil oficios que ni imaginamos y que ahí están ahora dándolo todo muy por encima del esfuerzo habitual y rutinario de antes de este estado de alarma global. Por favor, gente, el virus puedes ser tú o yo o nosotros. En casa seamos poetas enclaustrados, pero entusiastas y dinámicos dispuestos a no desfallecer. #QuedémonosEnCasa #VenceremosAlCoronavirus

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