30 de agosto de 2021

Por favor, un corredor humanitario y que niñas y mujeres puedan regresar a las escuelas y sus respectivos lugares de trabajo en Afganistán...

Hoy recomiendo leer en El País el relato desgarrador del director y reportero chileno Jorge Said sobre su intento de salir y poder tomar un avión español para huir del aeropuerto de Kabul, acompañado por una familia afgana con un miembro mayor vulnerable y otro miembro de la familia, UNA MUjER, el único miembro que trabajaba y era el sustento de su familia. También le acompañaban otras personas. No facilita el nombre de ninguno de ellos para garantizar su protección e integridad. Te deja sin palabras el relato de cómo esta familia no lo consigue. Al caos en el aeropuerto hay que sumar los grupos de talibanes absolutamente en estado enajenado comportándose sin criterio racional alguno, los delincuentes que realizan pillajes y hurtos y vendedores de todo tipo intentando hacer negocio. El aeropuerto de Kabul es un espacio en miniatura de la realidad que asola a un país fallido. Si queda algún talibán con criterio, alguien le debiera hacer entender que 9 millones de mujeres metidas en casa supondrá hundir en la más absoluta miseria al país. Muchísimas mujeres son el puntal de sus familias en lo laboral y económico y por tanto lo son también de una sociedad afgana entera. No permitamos este apocalipsis, por favor.

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