15 de octubre de 2022

Las listas que carga el diablo y muy seguramente el negocio de las editoriales...

Algo que nos caracteriza a los españoles es el vivir indignados, desde que sale el sol hasta que se pone, y hasta juraría que seguimos con ese cabreo cañí en nuestros mejores sueños y nuestras peores pesadillas y muy seguramente durante esas horas insoportables dando vueltas en la cama luchando contra el insomnio. La cuestión es que hoy estoy indignada por tres causas. He perdido casi todos mis libros de Enrique Vila-Matas. Fui a dejar "Montevideo" en mi estantería de mis libros sagrados y horrorizada comprobé que habían desaparecido todos sus libros. He estado rebuscando por toda la casa y nada. Solo encontré "Impón tu suerte" en un lugar tan escondido que no daba crédito cómo fue a parar allí. Raudo lo rescaté y lo puse junto a "Montevideo". Ya solo me queda abrir un brutón en la pared del vecino, no vaya a ser que los libros hayan escapado de una habitación a otra, no porque no quisiesen estar conmigo, sino por darse un garbeo o por poner en práctica la narrativa de Cortázar de traspasar muros y colonizar estancias o tal vez por iniciar una peregrinación peripatética rebelde del libro impreso contra los lectores ya digitales. El caso es que los libros no aparecen y hoy creo que por fin ya sé dónde están: han aparecido en la lista de Babelia, que ha editado El País, de los mejores cien libros de la narrativa española en nuestras cuatro lenguas. Me he llevado una gran alegría cuando los he encontrado en esta lista pero mi gozo pronto se ha visto en un pozo, porque la lista está pésimamente pergeñada. Empieza muy bien con una disertación redactada por la magnífica filóloga Irene Vallejo comentando un libro de Javier Marías, pero según avanzamos en la lista, se repiten autores entre ellos a Vila-Matas, Almudena Grandes y Marías. Se deja de comentar cada obra, como si hubiese dado mucha pereza seguir al que ha compuesto la lista. Y se dignifica a solo cuatro editoriales, las paradigmáticas de siempre. Pues nada, que la lista en cuestión me defrauda y me indigna. En cuanto a la tercera cuestión que me solivianta hoy, es cómo se ha divulgado a diestra y siniestra el vídeo de dos activistas descerebradas lanzando salsa de tomate a Los Girasoles de Van Gogh.La nieta del magnate archimillonario que ha puesto en marcha este movimiento absurdo de protesta, podría incentivar otras maneras más reivindicativas y nobles para protestar contra las petroleras y el cambio climático, sin vandalizar las obras de nuestros museos. Los museos ni tocarlos, absurdas personas cretinas, necias, estúpidas en grado insoportable. Sábado indignado donde los haya. Veremos mañana domingo que otras indignaciones nos depara el día.

2 comentarios:

Jaime Galán dijo...

Indignarse no está mal si eso te libera de otros sentimientos reprimidos, aunque también puedes optar por la indiferencia o la resignación.
Das en el clavo cuando dices que se dignifica a las cuatro editoriales paradigmáticas de siempre. ¿Y qué es Babelia? Lo que ahí se evalúa no es representativo en absoluto de toda la industria, es una simple criba muy subjetiva e interesada. Se quedan en el tintero no menos de cincuenta mil obras que es como si no existieran, porque no están ni en su circuito ni en su ámbito de influencia (o intereses) y por lo tanto ni siquiera son sujetas a evaluación.
Hacer una lista de cualquier cosa sobre variables abstractas no cuantificables siempre va a estar condicionado por subjetividades de todo tipo. Si la lista fuera de las cien novelas más vendidas o cien ensayos más largos, o cualquier otro valor medible, no habría lugar a la indignación. Pero estamos hablando de lo que "unos sujetos" como Babelia considera mejores obras del año en base a unos criterios que de partida excluyen a más del 80% de las publicaciones. Es decir, no te indignes.
Y comparto totalmente tu sentimiento con la escena del museo. Hoy en día los movimientos que reivindican causas loables se han vuelto totalitarios y antipáticos. No hay más que ver la cara de mala leche que gastan las muchachas. No ayudan en nada a la causa que pretenden defender. Conozco a personas que para defender sus ideales no necesitan de performances ni de atenciones mediáticas de corto recorrido. Y estas son las que realmente tienen capacidad de cambiar las cosas y de generar sinergias. El resto, puro marketing dirigido por cretinos millonarios.
Espero que el domingo no te depare mayores indignaciones. Como dicen los místicos, la realidad es neutra, sólo la interpretación que tú hagas de ella puede hacer que te perturbe.

Gemmayla dijo...

Buenas tardes, Jaime, lo que me tiene intrigada más que indignada es haber perdido todos mis libros de Enrique Vila-Matas por causa de una mudanza. Recuerdo que dije, "estos libros los guardo a buen recaudo" y de tan bien que los guardé, ahora no los encuentro. Sé que tiene fácil solución: puedo adquirirlos de nuevo. Pero me alucinan estás coincidencias extrañas entre el contenido de los libros de un determinado autor y lo que viven sus propios lectores como pobre relato narrativo de autoficción, de tal suerte que los lectores parecemos personajes de sus ensayos y novelas. Muy buena tarde de domingo. Ha perdido el Bar¢a El Clásico y en casa somos culés, pero ya no nos indignan las derrotas futboleras.