9 de enero de 2023
"2666" de Roberto Bolaño, una obra cumbre no ya de las letras hispanas sino de la Literatura Universal...
"La literatura es un vasto bosque y las obras maestras son lagos..." (pags 1066 y 1067, "2666", ROBERTO BOLAÑO. Esta frase, dentro de unos fragmentos maravillosos y magistrales, la pronuncia un viejo escritor que va a vender una máquina de escribir a Hans Reiter. La lectura de esta magnífica novela es verdaderamente como sumergirse en un lago,
a veces muy oscuro y tétrico, ora luminoso, ora tempestuoso. Predomina un narrador omnisciente que le confiere una visión aséptica, fría, pero cuando el narrador esporádicamente nos habla en primera persona, la asepsia y la frialdad persisten de tal suerte que el lector va sintiendo calor, fiebre, todo un remolino de emociones. Ya conté que en el apartado dedicado a los crímenes, la cuarta parte de la novela, tuve que parar para darme unos días de respiro, pero el descanso fue de solo unas horas, porque no podía parar. Debía seguir y seguir sumergiéndome como el niño, el joven y el adulto Hans Reiter, en ese lago increíble y nunca visto ni vivido con los cinco sentidos. Solo diré a modo de apunte y observación que cuando hay genocidio y crímenes en masa, hasta que no entra en escena la figura de algún político, ya sea porque asesinen a alguien de su familia o un ser querido del político en cuestión, no se toman cartas en el asunto. Y eso Bolaño, lo deja caer con una sutileza de bomba narrativa, encomiable y portentosa. Lo sufrimos aquí en nuestro país cuando la banda terrorista mataba a policías y guardia civiles y se asumía con una normalidad pavorosa. Hasta que no cayeron figuras de relevancia política no se hizo nada de nada o bien poco. Igual sucede en "2666" e igual sucederá con las víctimas de violencia de género. Creo que ya van tres en los escasos días del año. Sabemos que en los lugares de México que cita la novela los índices de criminalidad son insoportables e inadmisibles a día de hoy. En estos días, sin ir más lejos, la prensa se ha hecho eco de nuevos crímenes por causa del narcotráfico. En fin, que la ciudad de ficción Santa Teresa es realidad pura y cruda, brutal y desgarrada. El contraste de los personajes femeninos empoderados, Norton, Lola, Rosa Amalfitano, la baronesa Von Zumpe, Lotte Reiter contrastan con tantísimas mujeres que no tuvieron la oportunidad de empoderarse porque las asesinaron vilmente siendo niñas o a edades muy tempranas. Tantos nombres, citados con sus dos apellidos con el fin seguramente de dotarlos de dignidad, una dignidad última, postrera y sin repercusión de memoria histórica, de recuerdo y homenaje, son demasiados nombres. Son demasiadas niñas y mujeres asesinadas. Infinitas gracias, Roberto Bolaño. No las he contado, pero puede que sean 2666.
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