Julie Voisin, la madre de la artista plástica, fotógrafa, pintora y escultora francesa Dora Maar, que no la madre de Rubiales en huelga de hambre dentro de una iglesia... Siempre ha habido madres y madres...#SeAcabó...

Que hay madres y madres, lo sabemos. Se nos ha recriminado y se nos recrimina a las madres nuestro poderoso rol en el papel de educar en la igualdad y sin machismo. Por mucho que nos esforcemos, nos descubrimos en más de una ocasión imitando la conducta de nuestras madres y abuelas. No lo hacemos conscientemente ni a mala fe. Las conductas machistas están interiorizadas y es harto difícil zafarse de ellas. Hoy hemos sabido que la madre de Luis Rubiales se ha encerrado en una iglesia con su hermana, para iniciar una huelga de hambre, porque considera que su hijo es objeto de un despiadado linchamiento feminista. Si tuviese la ocasión de poder conversar con esta madre, le diría con máximo respeto y educación que el feminismo no pide su linchamiento ni su cabeza. Solo pide que dimita. Algo tan sencillo como eso. Si sube en intensidad el volumen de la indignación es porque las mujeres estamos hartas y muchos hombres también. Hartas de este cáncer que se llama machismo y que impregna todas las esferas privadas y públicas, como ni de lejos lo ha logrado aún el feminismo. El feminismo no lincha al hombre. Muy al contrario lo libera. Afortunadamente muchos hombres así lo entienden ya. También le diría a esta madre que en vez de arriesgar su salud con una huelga de hambre en una iglesia, que hable con su hijo, que le haga ver que ha cometido varios errores y no solo en el Mundial de fútbol femenino. Tiene cuatro causas pendientes en los juzgados y ahora se le suma la denuncia de la Fiscalía por agresión sexual, que puede que quede en acoso o que quede en nada, pero Luis Rubiales se ha equivocado.Si le habla Dios en esa iglesia, se lo dirá más claro: su hijo Luis ha pecado. Ayer leía la vida de la artista Dora Maar y me impactó la forma tan peculiar y extraña en la que le sobrevino la muerte a su madre. Sus padres, muy especialmente la madre de Dora detestaban al pintor Pablo Picasso y no veían con buenos ojos esa relación tan tormentosa y sadomasoquista. La madre de Dora discutía con ella por teléfono, intentando convencerla de que terminase con esa aciaga relación con el pintor español. La discusión fue subiendo de tono y tanto se alteró la madre de Dora que le sobrevino la muerte. Esa noche los nazis ocuparon París. Al día siguiente Dora Maar, que en realidad se llamaba Henriette Theodora Markovitch, se encontró a su madre muerta pegada al auricular. Desconocemos si aquella discusión sirvió de algo o no. Seguramente que sí hizo mella en la mente de una mujer maltratada psicológicamente por un artista al que este año se ensalza por todo lo alto. Señora madre de Luis Rubiales, el feminismo solo pide que su hijo dimita. Tanto le cuesta entenderlo?????