"La clase de griego" de Han Kang, una joya....

No sabes bien por qué, hay libros que te están gustando mucho y quieres terminarlos cuanto antes y otros, que también te están apasionando, los estiras y estiras cual chicle y te da dolor del alma que toquen a su fin. Con "La clase de griego" de Han Kang, me está sucediendo lo segundo. A finales del 2023, lo leía con sumo esmero y deleite sin quererlo terminar y estamos ya a mediados de enero de 2024 y sigo dilatando la lectura, como quién ha emprendido un viaje en tren muy grato y agradable y no quiere llegar nunca al fin del trayecto, porque sabe que le será muy difícil emprender un nuevo viaje tan lleno de emoción sensorial y asombro por el detalle de las pequeñas cosas. Fue Javier Romañach Cabrero quién acuñó el término "diversidad funcional" como una manera más conveniente de denominar la discapacidad física o mental. Javier Romañach Cabrero sufrió a los veintiocho años un accidente de tráfico que le dejó tetrapléjico. Nos dejó tristemente en dos mil dieciocho. Fue un gran humanista y activista social. Ha costado mucho cambiar nuestra Constitución. Ahora se recoge el término " discapacidad", que a muchísimas personas y a mí nos sigue pareciendo desacertado. Habrá que esperar otros cuarenta y cinco años para encontrar una denominación más convincente, conveniente y a gusto de todos, porque todos vivimos en algún momento de nuestras vidas, la dependencia y la necesidad de ayuda de otros. Pensemos en nuestros años de desvalida infancia. Son bastantes años en los que precisamos del cuidado y desvelos de nuestros padres o cuidadores. Y qué decir de la senectud, cuántos mayores son dependientes, necesitan de nuestros cuidados y con poblaciones cada vez más envejecidas, esta situación se recrudece por momentos como un gran desafío para todas las sociedades. Todo el mundo somos discapacitados en potencia. En "La clase de griego", nos encontramos con dos protagonistas que sufren sendas discapacidades sensoriales. A los dos les sigue, cual sombra alargada, una soledad plagada de recuerdos familiares. Sin familia, la soledad es más y más acuciante. Una escuela y unas lecciones de griego sirven de tabla de salvación a estos dos personajes, el profesor y la alumna. Que sea el griego clásico el nexo de conexión entre ellos, es emocionante y arroja luz y esperanza vital allí donde la oscuridad se quiere imponer, allí donde el silencio quiere reinar. Quiero prolongar la luz y la belleza del lenguaje alargando la lectura de cada palabra, de cada frase, de cada renglón o página. Quiero que esta novela no se acabe nunca.