2 de febrero de 2024

Actos y declaraciones francesas inaceptables en materia de agricultura...#TomaTomateEspañol...

 Desde hace mucho tiempo, cuando voy a la compra a adquirir frutas y verduras, miro muy bien el etiquetado y doy prioridad al producto español. Ayer quise preparar pisto manchego y compré pimientos almerienses, tomates bio de un huerto madrileño y a la hora de escoger cebollas, siempre suelo decantarme por las francesas, pero tuve en la mano la cestilla de cebollas francesas y viendo lo que están haciendo los agricultores y camioneros franceses con nuestro producto nacional y escuchadas las deplorables declaraciones de la exministra francesa Ségolene Royal, me decanté por cebollas moradas de Países Bajos. Lo que logran estos actos vandálicos y estás declaraciones de toda una señora exministra es un boicot a los productos franceses. Un agricultor valenciano explicó con palabras muy sensatas y certeras que los agricultores franceses debieran sentirse parte del conjunto de todos los agricultores europeos, que al parecer están soportando condiciones y normativas draconianas que productos de otros países no europeos, no soportan. El caso es que el consumidor no nota en su bolsillo que las judías verdes provengan de Marruecos o los espárragos de Perú. Se nota que los intermediarios de turno se lucran con su suculenta parte. En España ya vivíamos la encendida polémica del cultivo de la fresa de Huelva o los aguacates de Andalucía, cultivos que requieren muchísima agua, mientras soportamos una sequía brutal y se nos secan los acuíferos. El referido agricultor valenciano añadía que estás reivindicaciones no albergan trasfondo ideológico, ya que los tomates, pimientos y cebollas no entienden de derechas o izquierdas. Aseguraba que no está la ultraderecha detrás de estas protestas. El caso es que los consumidores en España hacemos malabares para llenar la cesta de la compra. El día que me toca comprar una botella de aceite de oliva, aceite que utilizo gota a gota, con gran mesura y delicadeza, me siento a llorar en un banco y recito los versos dolientes del poeta Miguel Hernández, "Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma quién, quién levantó los olivos, Andaluces de Jaén" y caigo en la cuenta de que mis lágrimas no están solo dedicadas al aceite de oliva sino a la cesta de la compra entera. De la factura del gas que ha subido el IVA, ya os hablaré otro día, porque aún no me he repuesto del susto.



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