16 de marzo de 2024

Casi me parece un sacrilegio haber leído una joya de este calibre en menos de tres horas. Digo "tres" porque es mi número mágico de la suerte, pero he tardado menos y da rabia, da mucha rabia que lo breve y bueno termine tan pronto. Enrique Vila-Matas podría haber sido muy buen periodista. Así lo acreditan estas entrevistas imaginarias. Me sucede con cada vez mayor frecuencia que si no recuerdo algo de mi pasado, me lo invento y la fabulación cobra pronto visos de autenticidad, veracidad, recuerdo y memoria. Si envejeces sin darle alas a tu imaginación, te estás perdiendo la gran aventura de tu vida. Es sorprendente que un Vila-Matas tan joven hubiese captado esto tan precozmente. Puede que tus hijos ya digan aquello tan manido de "no le hagas mucho caso que se lo está inventando todo". Los hijos son a veces como esos lectores que no entienden el último libro leído. Los lectores también tenemos nuestra responsabilidad. He abierto al azar el Drae para encontrar una palabra que regalar a esta deliciosa lectura. El Drae, cual Oráculo de Delfos ha hablado y ha exclamado : "Privilegio". Desde luego que sí, es un privilegio siempre leer lo último o lo primero de Enrique Vila-Matas...

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