Audrey ha devorado una lata entera de leche condensada, mientras dibuja estampas de la Liberación. Sus brazos son tan flacos que parecen una prolongación de sus roídos lápices de colores, deslizándose sobre el papel.
Antes se ha dibujado a sí misma, bailando ella sola sobre un escenario, sin público y con la sola compañía de un piano sin pianista. Lo ha titulado “Edda Van Heemstra, Audrey Kathleen Ruston soy a partir de ahora”. Lo ha escrito en español, idioma que su madre se empeña en enseñarle después de dominar inglés, francés, holandés e italiano. Ahora su madre quiere que aprenda alemán y español, justo ahora que los nazis y los fascistas caerán. El alemán no le gusta, pero el español le cautiva, porque una de sus profesoras de baile es española y le enseñaba a tocar las castañuelas y preciosos bailes locales. Su profesora es vecina suya, reside en su misma calle con su otra profesora Sonia Gaskell, y a Audrey le gusta cada día asomarse a la ventana cuando ella se dirige a la escuela de primaria para saludarla. La llama “Señorita Ángeles, señorita María...que tenga muy buen día”.”Muchas gracias, preciosa Edda. Quiero que regreses a la escuela y retomes tus clases. Dime que lo harás”. Audrey asiente, mientras esboza una sonrisa, pero las lágrimas están a punto de brotar.
También se ha dibujado en compañía de su madre amasando harina de tulipanes para elaborar galletas. Audrey se dibuja siempre a sí misma con brazos robustos y aspecto saludable.
En otra estampa pinta de color gris un abrigo enorme, que le queda muy grande, a un niño que ha dibujado rubio, entrando en un tren de la mano de sus padres. Aquí sólo destaca el color amarillo de los cabellos frágiles del niño y el gris del abrigo. El resto del dibujo está pintado a lápiz. Lo ha titulado en inglés “Yo era una niña, observando a un niño”
Audrey siente ardor de estómago y la leche condensada quiere salir despedida, como buscando el camino de regreso hacia la lata de la que fue engullida, pero la adolescente no quiere vomitar y se cubre la boca, musitando “quédate ahí, quédate, que quiero engordar y recuperar el tiempo perdido”
Audrey mira el reloj, es la hora en la que su profesora de baile regresa con Tony, su antiguo profesor en la etapa de primaria. Le gusta espiarles por la ventana cuando se besan. Suelen hacerlo discretamente en la esquina de St Antoniesbreestraat, cuando se pierde de vista la torre de la iglesia de Zuiderkerk. A Audrey le encanta verles tan enamorados. Hoy, Día de la Liberación, ellos se han percatado y la reprenden entre risas “Edda, Edda, eso no se hace, espiar a la gente”. “Ya no me llamo Edda, querida profesora y estimado profesor. A partir de hoy, por favor, llámenme por mi verdadero nombre, Audrey Kathleen Ruston, se lo ruego, por favor. “ “Está bien, preciosa Audrey. Tony, por favor, saca tu cámara Kodak y tómale una fotografía para tu reportaje sobre la Liberación” “Sonríe, Audrey, sonríe. Di KISSSSSSSSSSSSS”. La niña obedece, pero hay agua cristalina empañando sus ojos. Audrey se seca sus lágrimas, las paladea y, qué extraño, tienen un sabor dulce. "Saben a leche condensada" susurra. Saluda a sus profesores. Contempla desde la ventana como se alejan. Tony y Ángeles están tan delgados que cuando se besan furtivamente en la siguiente esquina, Audrey piensa que aquellos besos son de cristal. Son los besos más bellos que ha podido contemplar nunca. Ella nunca ha visto a sus padres besarse así.Se promete que cuando ella sea mayor y pueda besar a un hombre, lo hará como lo hacen ellos, sus queridos profesores, los mejores que ha tenido nunca y tendrá.
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2 comentarios:
Audrey Hepburn, pese a parecer tan accesible, siempre me resultó inalcanzable. Se pertenece a sí misma, a su belleza y delicadísimo estilo.
Debe de ser una maravilla darle un beso a un Audrey. sin embargo no me parece nada sexy. Es como la Betsy de "Taxi driver": "They cannot touch her".
Se hace muy difícil imaginar una pareja que supere a Audrey + Gregory Peck. Dos personas con tanta clase que están thousands of miles away from us, en el fanal de los sueños.
La canción que sirve de banda sonora al primer video-clip, "Smile", es otra joya.
Cuando yo era niño podía ir al cine gratis. Había dos salas en mi pueblo. En le descanso, que solia venir después del NODO, mientras nos dedicábamos a los oirulies, o a la fruta que vendían a la entrada, sólían poner discos de Nat King Cole en español. "Smile" la descubrí más tarde.
También pinchaban vinilos de música italiana, francesa... Ahora la música de nuestros países vecinos --y su cine-- es una rareza, debido al monopolio de lo anglosajón.
Guardo muy buen recuerdo de Amsterdam. Habíamos sufrido una ola de calor en París y Bélgica. Pero Amsterdam nos recibió con le temperatura ideal. De amsterdam l que más recuerdo no es el barrio rojo, ni los canales ni aqeullas casas inclinadas y de fachadas que se podian abarcar con los brazos, sino una tiensa donde se exhibian diamantes. Había que subir a primer oiso, creo, y cerraron unas gruesas puertas blindadas drnate nuestra estancia. llegué a senri un poco de claustrofobia y también de decepción, porque los diamantes eran más pequeños de lo quie yo esperaba.
Me admirño el hecho de ver tanta gnete que se desenvolvia en 4 idiomss: el suyo más el inglés, francés y alemám. Los holandeses no había olvidado la invasion alemana y el estropicio que llevaron a cabo con Roterdam. Amsterdam es una ciudad hecha para el amor y los besos de cristal.
Estoy bajo un ataqe feroz de sueño y no puedo seguir. en vez de la benzodiaceoina habitual "de marca", me han despachado su genérico y aunque pareca mentira, no es lo mismo.
Besos, Xeliñas bonita.
Cómo me alegra saber de ti, queridísimo amigo Travis !!!!
Audrey H. me fascinó desde que ví "Historia de una monja". Encontré su faceta mística mucho más seductora que cuando pretendían vestirla y engalanarla con las mejores prendas de Alta Costura y aderezarla de todo aquel glamour edulcorado...Siempre pensé, equivocadamente, que padecía anorexia, esa enfermedad que padecen tantas y tantas actrices y modelos en la actualidad, aunque pretendan engañarnos con un supuesto aspecto saludable. Descubrí el otro día leyendo sobre la hambruna holandesa del 44, que ella la padeció amarga y dolorosamente.
"Smile" es como bien dices, amigo Travis, una joya..un diamante, añado yo, de esos chiquititos que tanto me gusta contemplar en los escaparates imaginando que tal vez un día pueda comprarme uno. En Amsterdam nio pude visitar el Museo del Diamante. Disponía de muy pocos días y preferí disfrutar de su vida al aire libre. Sólo visité el Van Gogh. Me pase una tarde entera alí. Casi cautro horas. Una verdadera experiencia casi mística !!!
Creo que sí, que Amsterdam es la verdadera y genuina ciudad del amor...tal vez París lo sea para muchos amantes. pero Amsterdam tiene algo que no tiene París: besos frágiles de cristal, que nunca nunca se romperán.
Querido Travis, tira esos genéricos a la basura y exige a tu médico marcas de confianza.
Me indignan estos recortes absurdos de la SS, me ingignan...y luego despilfarranmillones con vacunas absurdas para la Gripe A.
Beso y abrazo entrañables, Travis
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