2 de octubre de 2020

Que la tierra te sea leve, admirado y querido, Quino....infinitas gracias por tanto....Mafalda, no te entristezcas, no quedas huérfana, ya que millones y millones de personas de todo el mundo te hemos adoptado....

Ayer despedíamos a nuestro entrañable y muy admirado Quino, Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido bajo el seudónimo de Quino (Mendoza, 17 de julio de 1932-Ibidem, 30 de septiembre de 2020), humorista gráfico e historietista argentino, de padre y madre andaluces malagueños de Fuengirola. Su obra más conocida es la tira cómica Mafalda, publicada entre 1964 y 1973. ¿Sabes, Quino? Cuando yo tenía 13 añitos descubrí tus tiras cómicas y a tu increíble Mafalda, tres años menor que yo. Inspirada por ella me decidí a buscarme un trabajo para ganarme unas pesetas, ya que mis padres me daban muy exigua paga. Encontré trabajo en una zapatería los viernes por la tarde y los sábados mañana y tarde. Me pagaban 150 pesetas. El dueño de la zapatarería vió en mí un desparpajo que yo cultivaba inspirada en nuestra querida Mafalda, así que decidió que le era más útil yendo a las casas a cobrar facturas de calzado impagado que en la propia tienda de dependienta. Recuerdo como si fuese ayer que me tocaba ir a la zona rica de la ciudad, a casas muy señoriales y lujosas y en ellas al principio, me daban con la puerta en las narices, pero gracias a Mafalda, me armaba de valor y les espetaba "La próxima semana regresaré y espero que tengan el dinero del calzado comprado que le deben al Sr. X, dueño de la zapatería. De lo contrario, tomaré medidas serias". Luego iba a la zona pobre, de clase obrera donde normalmente me pagaban puntualmente y hasta me daban propina, pero si alguna vez no podían, yo muy resuelta y digna, tal como lo haría Mafalda, les decía "No se preocupe, Señora Y, no voy a regresar hasta dentro de dos meses y le diré al Señor X, dueño de la zapatería, que al venir a su casa no había nadie en el domicilio. Y si dentro de dos meses sigue usted teniendo dificultades para pagar, le daré otros dos meses de plazo. Ya me inventaré alguna excusa". Estas anécdotas vividas te las quería contar, Quino, no sin antes darte infinitas gracias por tanto. Descansa en paz.

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