30 de diciembre de 2024
28 de diciembre de 2024
Basel Adra, un activista y periodista absolutamente valiente. Como valiente y resilente es todo el pueblo palestino. Su amigo Yuval Abraham, periodista de investigación y director de cine israelí es también absolutamente valiente. Israel podrá contar con todo el poder militar, tecnológico, con todo el dinero del mundo, pero ha de llegar un momento en que los soldados del Ejército Israelí se quiebren, ya no puedan más, entiendan que el Pueblo Palestino como todos los pueblos del mundo tienen derecho a un Estado, a vivir en PAZ, PAZ, PAZ en su tierra. PEACE, PEACE, PEACE. #Stopthegenocide."No Other Land" un documental que debe de ver todo el mundo. Asistimos a una brutal colonización, de las peores que ha vivido el ser humano en nuestra dilatada historia, porque Netanyahu cuenta con todos los medios, con todo el poder tecnológico actual. El exterminio y el genocidio no cesan. #AltoelFuegoYA...
25 de diciembre de 2024
24 de diciembre de 2024
Que la Kriptonita que encontremos sea la Piedra Filosofal de la Paz Mundial. Paz en Gaza. Paz en Ucrania. Paz en el mundo. Paz, paz y paz. Felices fiestas 2024. Otro año que se nos va para olvidar. A los seres queridos que ya nos faltan, os llevamos muy adentro y rezamos para que allá donde estéis seáis tan felices que os olvidéis de nosotros simples mortales, porque nosotros nunca os vamos a olvidar hasta la hora del reencuentro...Paz, Paz, Paz Universal...
21 de diciembre de 2024
Reinas y reyes del Reino Redonda...
Me ha sucedido el lunes de esta semana una sincronicidad de destino muy llamativa y digna de ser contada. Estoy leyendo "Todas las almas" de Javier Marías, que me está pareciendo la Joya de la Corona de todas sus obras, algo que no puedo aseverar de manera rotunda porque no las he leído todas. Esta semana hemos sabido por la prensa que su compañera de vida Carme López Mercader se ve obligada a cerrar la editorial que Marías fundó, a saber, Reino de Redonda y que le ha dedicado un libro, "Duelo sin brújula" por tantos años de amor y amistad y por el dolor insuperable de la pérdida. Javier Marías siempre decía que era un escritor de brújula y no de mapas, ya que no partía de una idea preconcebida al escribir sus libros, algo que a los lectores nos sorprende muchísimo, porque sus obras parecen diseñadas de principio a fin con una arquitectura precisa muy bien elaborada de antemano. En "Todas las almas", el escritor nos habla de este Reino de Redonda que otorga coronas, marquesados y ducados a escritores y personajes relevantes de la cultura de una manera simbólica. La monarquía siempre ha llevado en su propia esencia la legítima o ilegítima aspiración de sobrevivir. Cada quién que elija entre legítima o ilegítima dependiendo si prefiere Monarquía o República. Lo curioso es que Isla Redonda, en las Islas de Barlovento, dependiente de Antigua y Barbuda, bautizada por Cristóbal Colón como Santa María la Redonda y que los indígenas llamaban Ocamaniro, es un peñón inhabitable, que durante siglos fue refugio de corsarios. Pienso en todos los cargos honoríficos otorgados por Xavier I de manera simbólica y sonrío al pensar que todos ellos pudieran ser reducidos a la categoría de corsarios y su manera artística y cultural de conducirse por la vida gozar de patente de corso. Digo esto porque el lunes vi la magnífica película " La Virgen Roja" de Paula Ortiz, con unas interpretaciones soberbias de todo el excelente reparto, muy especialmente de Najwa Nimri y Alba Planas. Ha sido sorprendente, a la par que indignante, comprobar que Najwa Nimri ha quedado fuera de las nominaciones a Mejor Actriz Protagonista a los Premios Goya 2025, cuando estamos ante una magnífica interpretación de la madre de Hildegart Rodríguez. Najwa Nimri, al parecer en su perfil de X ha expresado su desilusión con una frase lapidaria, " No es injusto. Es política. Tengo la estrella. No se preocupen. Me voy a dormir que mañana ruedo". Ha sido tanto como decir, "No se preocupen, soy la Reina del Reino de Redonda". Muy seguramente Xavier I habría otorgado la corona real a tan magnífica actriz, en el papel estelar de toda su carrera cinematográfica. Pero todo, efectivamente en esta vida es política y por tanto, todo es injusto y ruin. El caso es que el lunes vi "La Virgen Roja" y quedé muy impactada. Creo que el impacto aún me dura. Y cuando ese lunes por la noche, me dispuse a leer "Todas las almas" de Javier Marías por la página 106 sobre los " horrores sutiles de Machen y la asociación de ideas. De la conjunción de ideas", el impacto se multiplicó. Cuando Marías nos explica cómo una inocente joven florista puede infundir horror, "la idea de esa chica asociada a otra idea puede infundir horror", no pude menos que hilvanar esta brillante idea de escritor tan brillante, con el horrendo crimen de una virgen inocente tan joven, asesinada vilmente por su madre. Nadie debió sospechar ni en 1931 ni en 1932 que el 9 de junio del 33 esa madre y esa hija, que trasmitían a la sociedad ser uña y carne, acabarían siendo protagonistas de otro capítulo más de nuestra España negra. A continuación, Marías narra unas reflexiones bien interesantes sobre la paternidad y maternidad. Me quedo en shock ante estas sincronicidades del destino un lunes inopinado cualquiera. Qué grande nuestro Javier Marías. Qué grande nuestra Najwa Nimri. Qué grandes tantos y tantas que se quedan fuera de las nominaciones por injusticia y política.
19 de diciembre de 2024
17 de diciembre de 2024
15 de diciembre de 2024
"Expediente Netanyahu", un documental que puede verse en Filmin y que deja sin palabras. En un momento dado se define a Netanyahu como "arquitecto del caos", a lo que cabe añadir genocida corrupto mentiroso cuya señora esposa le va como anillo al dedo en desmedido abuso de poder y suma maldad. Hasta cuándo?????... Por cierto, el documental está prohibido en Israel...
11 de diciembre de 2024
Hasta que llegue la primavera, no mires arriba...
Que el problema del mundo somos los humanos y merecemos el meteorito queda acreditado cada segundo. Por esa misma regla de tres podemos deducir que el problema de España somos los propios españoles y hacernos los ofendiditos, si alguien foráneo nos lo dice, no disminuirá ni un ápice las consecuencias de todo ello. La carestía insoportable de la vivienda en nuestro país, muy especialmente el precio de los alquileres, expulsa a la gente de las grandes ciudades y hasta de las pequeñas. Resido en un barrio madrileño tradicionalmente obrero y en cosa de cinco años he ido observando cómo se vacía de gente por causa de la gentrificación. Casi no ves a niños y niñas, adolescentes y jóvenes. Cada mañana un río de personas mayores pasean a paso lento buscando el sol. Por las tardes el frío hace que se queden en casa y cada día aumenta la sensación de calles desiertas y barrio muerto. A la carestía de los alquileres de viviendas se suma la del precio de los locales que obliga a muchos comerciantes a echar el cierre. Les es imposible soportar alquileres mensuales de 4000 euros o más. Solo sobreviven supermercados, sucursales bancarias y farmacias. Las grandes cadenas se apoderan de los barrios vendiendo chorradas que no nos hacen ninguna falta. No te queda más remedio que comprar on line aquello que te urge y te hace falta, porque después de recorrerte todo Madrid, cuando al fin das con la tienda que podría venderte el producto, descubres con tristeza que ésta ha echado el cierre. Los comercios y bazares chinos puede observarse que también sufren estos estragos. Ayer fui a hacerme la manicura a un establecimiento chino que siempre lo tenía lleno de clientas. Era un local muy ameno. La dueña, una mujer china muy enérgica, decidida y simpática le daba un brío y brillo especiales a su negocio. Su salón de belleza tenía un imán y era muy agradable contar con este local para congregarnos muchas mujeres y también algunos hombres y pasar un rato distendido olvidando los problemas de cada quién y dándole a la hebra un rato con las vecinas del barrio. Pues bien, cual fue mi sorpresa ayer que este local también ha desaparecido. Se me puso un nudo de tristeza en la garganta. Entré en otro en la misma calle. Siempre he mantenido una relación muy especial con la comunidad china. De pequeña, cuando residíamos en Santo Domingo, República Dominicana, mis padres no podían acompañarme al colegio y mi padre le pidió a un señor chino que regentaba un colmado, si podía unirme a sus tres hijas para ir juntas a clase. El hombre aceptó de muy buen grado y dió instrucciones precisas a su hija mayor para que me cuidase, muy especialmente al cruzar las bulliciosas calles dominicanas. La hija mayor había nacido en Nueva York, la mediana había nacido en La Habana y la pequeña en Madrid. Yo era una niña muy parlanchina y no paraba quieta. La hermana mayor neoyorquina puso orden inmediato al caos que yo era capaz de crear. Me dijo que debía situarme al final de la fila que ellas tres formaban con disciplina espartana en orden de mayor a menor y guardar sepulcral silencio. Así que cada mañana íbamos las cuatro en fila india, yo detrás de la hermana pequeña china madrileña. Me moría de ganas por charlar con ella y tras semanas de intentarlo, lo conseguí. Éramos casi de la misma edad y ambas logramos comunicarnos con cuchicheos y risas con un hilo de voz para que la hermana mayor no se diese cuenta. Hicimos una gran amistad. Además era la única de las tres que hablaba bien español. Luego mis padres me cambiaron de colegio y ya dejé de ir con ellas y fin de aquella incipiente amistad porque cuando iba con mi madre a comprar al colmado del padre, ellas nunca estaban. Un día nos dijo el buen hombre, casi con lágrimas en los ojos que su mujer y sus hijas habían regresado a China. Ayer cuando entré en el salón chino, había tres chinas muy jóvenes sentadas solas mirando sus respectivos móviles aguardando que entrase alguna clienta. Me vino como un flash el recuerdo de las tres hermanas chinas con las que iba al colegio. Detrás de mí, entró una mujer dominicana para hacerse la manicura de porcelana y sentí revivir mi infancia dominicana como una bocanada de aire fresco. Las tres dependientas vestían abrigos y bufandas. En el local desangelado hacía frío. Me quité el abrigo y pronto me arrepentí porque hacía mucho frío en el establecimiento. Las cinco estuvimos largo rato en silencio, pero se me ocurrió decir "El barrio está muerto o solo me lo parece a mí. No hace tanto había más vida". Dije esto casi sin pensar y sin esperar una respuesta. De hecho, di por sentado que no hablaban español y no me habían entendido, salvo la señora dominicana que asintió con la cabeza dándome la razón. Entonces la joven que me hacía la manicura me respondió en un español muy claro y fluido: "España es un país de viejos y todo es muy caro. Hace mucho frío y no salen de casa. Prefieren pasear por los pasillos de sus casas hasta que llega la primavera. Nosotras "tiendla" vacía". Asentí con la cabeza ante comentario y explicación tan certeros. Qué increíble que la joven china resumiese la situación que está viviendo el Madrid de Almeida y de Ayuso con tanto acierto. Al salir del salón di un largo paseo. Un joven español, sentado a la puerta de un bazar chino sobre unos cartones, me llamó y me pidió si le podía comprar una manta porque se estaba muriendo de frío. Le respondí, "Por supuesto. Vamos dentro del bazar y me dices qué manta necesitas". Le gustó una muy bonita de flores negras y me pidió si también le podría comprar unos calcetines térmicos. El bazar estaba vacío. Pagué con la tarjeta y me excusé por no llevar nada de dinero encima para que pudiese tomar algo caliente en un bar. El joven me respondió "Acaba usted de hacer algo increíble por mí y nunca se lo podré agradecer". Le deseé mucha suerte y regresé a mi casa al borde de la lágrima por aquel joven sintiendo impotencia por no poder hacer más, mientras contemplaba las aceras tan sucias con contenedores a rebosar de escombros de este Madrid abandonado a su suerte. Ya en casa, encendí el televisor y una mujer que había perdido a su hermana en la dana relataba los incidentes de un desafortunado funeral por las víctimas, al que asistieron más políticos que familiares. Salieron al terminar todos, salvo los reyes, por la puerta de atrás, para no enfrentar los gritos e insultos de las familias indignadas que han perdido a sus seres queridos por la nefasta gestión de un señor que se llama Mazón. Un señor que se sentó en primera fila en misa como si fuese él el protagonista. Sí, decididamente el problema de España somos los españoles, que no todos, pero sí una inmensa mayoría.
8 de diciembre de 2024
5 de diciembre de 2024
Tal vez nos quieran ciegos. Tal vez somos nosotros mismos responsables de nuestra ceguera. Tal vez durante la infancia vivimos y el resto de nuestras existencias sobrevivimos. Pero, por lo que más quieras, acude a tu niño interior siempre que lo necesites y no dejes de contemplar las estrellas que alumbrarán tu camino y el de la Humanidad. No te rindas...
3 de diciembre de 2024
De mayor quiero ser como #PepeMujica...
Envejecer es una putada de las grandes. No lo es solo porque hoy notas que tienes menos energías que ayer y no albergues la esperanza de tener más energías mañana. No lo es solo porque en un momento inopinado del día, te asalten recuerdos del pasado, unos bellos y luminosos como el día y otros oscuros como la noche, siendo estos últimos como una puñalada que alguien te clavara en el corazón y que te hacen preguntarte por qué cometí ese error, por qué no lo vi venir, por qué perdí mi tiempo con determinadas personas que no merecían ni medio segundo de mi preciado y precioso tiempo, por qué me embarqué en determina empresa infructuosa, por qué confíe tantísimo en el ser humano, cuando los seres humanos siempre defraudamos. No lo es solo porque los achaques son consustanciales al proceso de envejecer: hoy te han dicho que te han subido la tensión y el colesterol y te recomienda el doctor medicarte y vas y le dices, la pastilla de la tensión sí acepto tomarla, pero las estatinas no. El médico, no sabemos si por tu bien o porque vive aterrorizado por los recortes en nuestra Sanidad Pública, decide llenarte de pruebas y tú vas y le dices, esta prueba sí, pero esa otra no, como queriendo tener un poco de control sobre tu vida, como queriendo decirle al facultativo que el timón de tu barco lo gobiernas tú. El médico, resignado ante paciente tan obstinado y terco, accede, se despide de ti sin despegar la vista de su ordenador (casi ni te ha mirado durante toda la consulta como si tu salud estuviese ubicada fuera de tu cuerpo en la pantalla de un monitor) y tiende su mano con una receta de pastillas para la tensión, diciéndote "tómese la tensión dos veces al mes y nos vemos en enero del año próximo". Antes de irte, te entran ganas de preguntarle a este doctor tan joven, que podría tener la edad de tus hijos, si ni siquiera me ha mirado a los ojos por la putada que es envejecer, porque a partir de ciertas edades las personas no merecen ni una mirada. Pero opto por callar y rezar porque Santa Lucía le conserve la vista, ya que mirar tan fijamente a la pantalla del ordenador y no mirar a los pacientes que transitan por la putada del envejecer, bueno para su salud visual no debe ser. Pero, insisto, envejecer es una putada. No solo porque de joven imaginaste que jubilarse era entrar en una etapa de la vida en la que al fin, al verte liberado del trabajo, podrías desarrollar y disfrutar de todas aquellas experiencias que no pudiste disfrutar de joven, pero al jubilarte te das cuenta de que no cunden ni las energías ni el tiempo. No hay energías para desarrollar aquellos ambiciosos proyectos vitales y el tiempo se escapa con la rapidez del rayo. Entonces, sabes con una certeza palmaria que envejecer es una putada pero no solo por todo lo relatado anteriormente. Hay algo más que convierte el envejecer en esa putada mayúscula pero no lo sabes describir y lees una entrevista dedicada a Pepe Mujica y él, con su sabiduría increible, te da la clave al pronunciar una frase mítica: "Quise cambiar el mundo, pero no lo cambié un carajo". Ahí le has dado, querido y maravilloso Pepe Mujica. He aquí la frustración inmensa que conlleva la putada de envejecer. Quienes hemos dedicado durante nuestra vida enormes esfuerzos personales por intentar alcanzar un mundo mejor, por intentar cambiarlo, según vamos cumpliendo años vamos asimilando que no hemos logrado, como muy bien dice Pepe Mujica, "cambiarlo un carajo". Cada día te asomas al mundo leyendo la prensa y produce vértigo comprobar que tamaños esfuerzos alguien los vertió por un sumidero y que como reza el tango, "el mundo es y será una porquería" siempre: gobiernos genocidas y colonizadores que van de abanderados de las democracias no dejan de matar y mutilar; políticos neoliberales sin escrúpulos y sin talento ninguno no dejan de esquilmar las arcas públicas para sus pingües negocios; determinados medios de comunicación no paran de sembrar bulos, mentiras y difamar, porque miente y difama que algo queda; gente sufriendo porque dedican las principales horas de sus vidas a trabajos precarios y deben destinar el escuálido sueldo a pagar alquileres o hipotecas abusivos por unas mierdas de casas que no valen un pimiento; trabajos tan necesarios por el envejecimiento poblacional, como son los de los cuidados domiciliarios o en residencias, o el de personas dependientes, que no se dignifican ni retribuyen porque estos mandamases que dominan el mundo valoran más unas vidas que otras y porque saben que envejecer es una putada mayúscula y por tanto, te jodes. Afortunadamente, las escasísimas personas como Pepe Mujica que saben envejecer sin odio ni rencor, las tenemos entre nosotros para dar esperanza a nuestra juventud y es a estas personas a quienes hay que escuchar una y mil veces. Por ellas, aunque envejecer siga siendo una putada, un día más nos levantamos de la cama y nos decimos que hay que seguir sí o sí, porque aunque el mundo no cambie un carajo, viviremos soñando que un mundo mejor y sin fascismos es posible. Y hay que hacerlo muy especialmente por nuestros jóvenes y su futuro. Infinitas gracias, Pepe Mujica.
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