16 de mayo de 2019

Segunda misiva contrita y azul al Poeta del Azul....

Buenos días, querido amigo, Poeta del Azul heleno. Hoy te vengo a contar que leyendo tu cuento griego, "El sátiro sordo" casi me da un arrebato de temblores y espasmos en una especie de mini síndrome de Stendhal, ante tan desbordante sinestesia de los cinco sentidos exuberante y abigarrada como una selva amazónica. Pero de lo ideal, afortunadamente para mí, he pasado al estado de lo real, al caer en la cuenta que tu sátiro sordo como una piedra es un calco exacto de todos nuestros políticos y políticas, que tan nefastos son ellos como ellas. Te diré que como tu sátiro sordo solo escuchan entre sus asesores los consejos del asno. El cambio climático les importa un bledo. El paro, precariedad y destrucción incesante de empleo menos que un comino les preocupa. La gentrificación y masificación de nuestras ciudades con insoportable burbuja inmobiliaria cómo les va a siquiera incomodar viviendo ellos como viven en casoplones con hipotecones o de alquileres prohibitivos para nosotros el común de los mortales. Estos sátiros sordos no merecen ni bosque ni jardín. No merecen desde luego ni lira ni poetas. No merecen el delicado arte ya sea comprometido o no. No merecen la torre de marfil en la que duermen y moran encastillados. A pan y agua debieran estar un mes para saber lo que es para millones de personas en el mundo salir día a día adelante. En fin, mi muy querido amigo Poeta del Azul, no te cuento nada que tú ya no sepas. Si vieses ahora tu Nicaragua natal te daría un pasmo. Ya no digamos Venezuela o Siria, Libia, Yemen y tantos lugares olvidados de Dios.El infierno existe y es aquí mismo en nuestro mal llamado Planeta Azul. No es azul nuestro planeta, mi querido amigo Poeta del Azul. Es de plástico intoxicante y mar de miserias. Deseo de todo corazón que allí en lo alto te estén tratando como te mereces y sigas componiendo azules versos de preciosa y preciada sinestesia. Espero que estés tan felizmente ocupado que no tengas ni tiempo de leer esta segunda misiva alada y azul marengo.

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