¿Dónde estabas tú aquel 23-F del 81?....
Lo recuerdo como si fuese ayer mismo. Tenía 18 años y me sentía muy mal, con un fuerte dolor abdominal. No acudí a clase en la Universidad Autónoma de Madrid. No acudí a la empresa textil de mi padre para ayudarle. Me sentía una perfecta inútil porque tampoco ayudaba ese día a mi madre en las tareas domésticas. Recuerdo que presentía algo malo, un no sé qué se respiraba en el ambiente. Miraba por la ventana, tumbada en el sofá, y el día tan pronto estaba gris como soleado. Meditaba sobre mi porvenir: no me gustaba la industria textil y no podría satisfacer nunca los deseos de mi padre; me apasionaba la carrera que había elegido, Filología Clásica, pero no contaba con el apoyo familiar: A nadie en la familia le pareció bien que hubiese escogido esa carrera con tan pocas salidas laborales. En clase me sentía muy acomplejada porque todos mis compañeros eran varones y seminaristas mucho más mayores que yo. Hablan y escribían a la perfección griego y latín clásicos. Aunque durante el bachil