La tejedora de sueños...Dep, Colin Vearncombe, Black...
La tejedora de sueños no dormía ni de noche ni de día, esperando a Godot ante su telar. Tejía el sudario del anciano Laertes y prometía a sus pretendientes dar un SI categórico, rotundo al concluir su labor. Eran doce los bellos y aguerridos hombres que pretendían su amor. De joven ella había amado fervientemente a su joven esposo Ulises, pero ahora, después de más de veinte años de aguardar su improbable regreso, ni siquiera recordaba el semblante de su sonrisa, su fortaleza hercúlea, su arrogancia aventurera. Verdaderamente esperaba a Godot y no a un tal Ulises. A Godot le esperamos todos. Pensamos que tal vez pueda ser un redentor divino o una pareja adecuada y conveniente, o tal vez un golpe de fortuna. Pero Godot nunca vendrá y Penélope lo sabía. Es por ello que de todos sus pretendientes, dejó que su corazón y su pensamiento se enamorase del más bueno de ellos: Nadie. Nadie era hermoso, alto y de delicadas maneras y modales. Ella nada decía. Guardaba en el cofre de su ser, muy ad