Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2012

Nueva Zelanda. "La inmersión de Anya un 14 de Agosto cualquiera".

Imagen
Durante el descenso Anya sufrió un síncope a cien metros de profundidad que la dejó inconsciente durante unos segundos. Con sus aletas azules dormidas en los pies, parecía una sirena hipnótica de largos cabellos ondulados tendidos hacia el abismo de la oscuridad y el olvido.  En este estado de trance, sintió la llamada de otra sirena, habitante de aquellas profunidades marinas. "Anya, sígueme, sígueme, sígueme" le susurraba sin cesar y la joven deportista notaba que abría los ojos en medio de aquel sueño y de la nada oceánica, sin poder resistir los seductores encantos de aquel canto de sirena. Anya obedeció. Ambas nadaron y nadaron como guiadas por una corriente benéfica y amiga hacia una cueva escondida y oculta entre un banco de peces de todos los colores y tamaños. "Entra, Anya. No temas" le ordenaba cautivadoramente con voz de terciopelo verde y alado. En el interior de la cueva, Anya sintió una especie de decepción cristalina, pero pronto se disipó