Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2009

"Mary Allowence, supongo"

Mary Allowence medía casi dos metros de estatura. Quiere esto decir que no pasaba desapercibida ni a un espectador corto de vista. En la primavera de 1874, siguiendo la estela de su admirado y por aquel entonces desaparecido David Livingstone, Mary se unió a la expedición de socorro confiada a Henry Stanley que realizaba una búsqueda exhaustiva por las riberas del lago Tanganica. Mientras Stanley pronunciaba aquella famosa frase “Doctor Livingstone, supongo", celebrando el encuentro y el hallazgo del famoso explorador, Mary se puso a buscar insectos y plantas y se perdió entre la espesura de la selva. Su esbelto talle no le sirvió de ayuda. La expedición la dio por desaparecida y muerta. El propio Stanley defendió la idea de que había sido engullida por las profundas aguas fósiles y anóxicas del lago Tanganica y que la desdichada había encontrado el descanso eterno en el Gran Valle del Rift. Celebraron un responso en su memoria y pronto olvidaron a la pobre Mary porque la finalida

Sexual Party Game

Los Paraísos Artificiales ahora se llaman Virtuales. Al llegar a casa, después de una jornada tediosa dedicada a un trabajo aburrido, gris, rutinario, el marido y la mujer se dan cita en el tálamo conyugal para hacer el amor en una de las salas privadas de su Party Game. Para ello no precisarán lencería erótica o crear un ambiente de seducción y sensualidad. Los afrodisíacos sobran. Les bastará meterse en la cama con sus respectivas consolas Wii enfundados en sus pijamas de diseño hortera; ella con los rulos puestos; él con su corrector bucal, mentonera casquete con anclaje occipital.

Spain is different

Cuando casi todos los paises de la aldea global afrontan la crisis internacional con una subida de impuestos, en nuestro país la gran mayoría se lleva las manos a la cabeza y despotrica a diestro y siniestro. No ví a nadie despotricar cuando cambiamos el sistema monetario, dejamos nuestra peseta para adaptarnos al euro y los precios se inflaron una barbaridad con el dichoso redondeo de marras. Nadie se manifestó cuando pagábamos el kilo de tomates indigestos a cinco euros el kilo, Menciono los tomates porque al ser rojos, seguramente los tengo grabados a ketchup en mi memoria. La subida de la carne, el pescado y los limones, por ejemplo, fue harto memorable. No ví a nadie despotricar y propiciar que todo el mundo saliese a la calle cuando al Sr. Jean-Paul Trichet, presidente del Banco Central Europeo, no le daba la gana de bajar el Euribor en la Eurozona y el precio de nuestras hipotecas subía y subía y no dejaba de subir. Cuando finalmente decidió bajarlos, mucho españolito de a pie y

"La vida en una maleta que regresa"

La patera de aquel entonces: un tren de pasajeros y maletas hacinados en los compartimentos y pasillos. El destino: un paisaje de barracas y chabolas engullidas por el mar. La noche y todas las noches: la familia numerosa compartiendo un mismo lecho, un mismo frío de esperanza, un mismo sueño de insomnio. El regreso: 15.000 almas obligadas a un retorno forzoso a ninguna parte, acusadas por la mano despiadada, a la que no temblaba el pulso en aplicar La Ley de Vagos y Maleantes a familias pobres y desharrapadas, que sólo reivindicaban su pan. El regreso y la vida en una maleta que Nadie quiere portar.

"Las reinas de África. Viajes y exploradoras de Cristina Morató"

Pasando la convalenciencia de la Gripe A - de Aislamiento, Aburrimiento, Atocinamiento -, repanchingada en el sofá, vi la entrevista que le hizo Fernando Sánchez Dragó en su programa "Las Noches Blancas" a Cristina Morató. Me cautivaron tanto las palabras de la periodista que me entraron ganas de adquirir todos sus libros de viajes y leerlos de una tacada. Ayer estuve en varias librerías del barrio. No tenían ninguno de sus libros. Finalmente encontré ejemplares de bolsillo de tres de sus cuatro obras confinados en una estantería bastante escondida entre la literatura de terror, la de fantasía y viajes en la Casa del Libro. Denunciar que la literatura femenina en este país vive relegada en un discriminatorio segundo plano, no es caer en papanatismos feministas trasnochados, sino cantar una verdad como un PUUUuuuuÑÑÑÑÑOOOOoooo, así de grande. Cuando hace dos años me matriculé en un curso de Literatura Femenina Española, muchos libros de autoras, escritoras españolas, asignadas

¡La dichosa gripe A y la penosa sanidad madrileña!

Esta noche mi hijo pequeño ha tenido varios episodios de gastroenteritis. El no ha podido acudir al cole y yo he faltado al trabajo. Por la mañana, a eso de las ocho y cuarto, casi he tenido que suplicar al ambulatorio que nos corresponde que nos hiciesen un hueco en la agenda completísima y demencial de la única pediatra disponible en todo el barrio. El pediatra de mi hijo se encuentra de baja por enfermedad o de vacaciones. Eso me han dicho en el ambulatorio. Al llegar a la consulta un cuarto de hora antes de la hora de la cita, se me ha caído el alma a los pies cuando he visto que en la sala de espera había cuando menos quince niños y niñas - casi todos bebés - en un estado deplorable, con fiebre y vómitos algunos de ellos. La pediatra es una señora encantadora en edad cercana a la jubilación. Con una paciencia infinita iba atendiendo a sus pacientes y cuando salía debía soportar los improperios de alguna que otra madre desquiciada. En vista de que mi hijo empeoraba, he decidido aba