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Mostrando entradas de febrero, 2009

"Network N50Radio - Network remake"

Hoy es el día que he elegido para suicidarme, quitarme de en medio. Cuando sonó el despertador esta mañana a las cuatro de la noche, la maldita madrugada, maldije al puto despertador, “¡¡¡¡HijjjJJJJoooOOOOO de puta, no conoces la piedad humana. Y a estas alturas de mi vida aún no me aclaraste esta maldita hora, qué preciso instante de la jornada es, la puta noche, la puta madrugada, el puto alba en que las baldosas de la calle aún no están alicatadas.!!!” A punto estuve de estamparlo contra la pared o arrojarlo por la ventana, pero luego pensé que este artefacto ha sido perpetrado por los putos hombres que todo lo joden. Pero luego he pensado que los hombres están en su mayoría tan jodidos como yo. Entonces me he levantado como todos los días. Me he preparado el café más amargo de mi vida. Lo he tomado solo, sin azúcar. He pensado, “¡Qué amargo estás hijjJJJJooooOOOOOO de puta!. Pero la culpa no es tuya sino de mi puto mal gusto. Siempre eligiendo el camino difícil, la estrecha senda,

"La máscara del Emperador"

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Aquella figura diminuta irrumpió resuelta en la Plaza de San Marco pisando el primoroso empedrado de Istria como una bestia caballar orgullosa. Las miradas negras de las máscaras solemnes se dirigieron hacia ella, acompañándola en su trayecto decidido, hasta que se detuvo en el centro como un peonza azotada por un látigo perdiendo gradualmente su movimiento circular. No permanecía del todo inmóvil. Tamborileaba sus pies como a quien le molesta la música y le desagrada el baile. ¿Qué podría haberle llevado ahí? A nadie parecía interesarle ya. Proseguía el carnaval. Sonaba el único concierto para mandolina que compuso Vivaldi, pero si le hubiesen interrogado al respecto habría contestado con un exabrupto “Me fastidia. Me impide concentrarme en los asuntos de Estado” Otro interés le llevaba al corazón de la ciudad, "Al salón más bello de Europa" según su parecer tosco, extraño. ” Le gustaban altas, esbeltas..El recuerdo de Josefina siempre presente, pero tendría que desplegar to

El talante de Gerardo

Conversación que escuché el otro día entre dos chicas treintañeras sentadas en el vagón de metro que compartíamos: - "Alvaro desde hace dos años no se habla con Paula, pero su relación con Gerardo es excelente. Conrado le guarda una inquina muy retorcida a Cisneros por un puesto de jefe de sección que éste le arrebató con muy malas artes. Rosa es la amante del gerente de la sección de informática y nadie la puede tragar. Miguel lleva la contraria a todo el mundo y le apodan el "Doctor No". Es un tipo en el que no puedes confiar. Sara genera crispación con sólo olerle el perfume que usa. Matilde vive en su mundo, al margen, es como si se le hubiese parado el reloj, una "Penélope" trasnochada. Inspira cierta lástima, pero quise intentar un acercamiento y se mostró arisca y muy despectiva. Un día bajó Gerardo para obsequiarnos pastelitos porque había sido padre por primera vez. Se presentó. A todos nos cayó muy bien. Desde entonces nos gustaría toparnos con él en

"El joven músico ruso"

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A los profanos que no tenemos ni idea de solfeo, cualquier música puede parecernos magia, prodigio, milagro si no prestamos demasiada atención. Esto lo debe saber bien el aspirante a músico que todas las mañanas atrona los oídos de los transeúntes a la puerta del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Coincidí con el tipo - un ruso hablando un español macarrónico, estridente - en un bar de la zona y le escuché decir a un contertulio: - Desde que estoy en el Conservatorio progreso a "marchas forzadas". La gente lo valora y cada día aumenta mi recaudación.

Raining Stones...Raining Crystals...

Aquella mañana Darío se levantó temprano para acudir puntual a la oficina del paro evitando las largas colas que le habían advertido. Durante años había trabajado de mozo de almacén de una empresa de logística en turno de tarde y no conocía el madrugar. Le costó mucho desperezarse y mientras intentaba sacudirse el entumecimiento y las legañas pensaba en todos aquellos que aún conservaban su trabajo y debían levantarse muy temprano venciendo esa misma sensación de desvalimiento que ahora le embargaba. Pero no hay cosa que se resista a una buena ducha y un delicioso café con tostadas. Cuando puso el pie en la calle y a paso decidido anduvo el trayecto de un par de manzanas, le llamó la atención que no se hubiese cruzado con nadie. Tuvo la sensación de transitar una ciudad inhabitada. Nada que ver con el bullicio y la vida despierta que le había ofrecido durante todos aquellos años el turno de tarde. En los vagones de metro tampoco coincidió con nadie. Se empezó a mosquear un poco. Nadie

"La sombra cada vez más alargada y apesadumbrada"

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La sombra alargada, esbelta, casi escuálida, comentaba, pizpireta, a su hermana en el bar nocturno " Cuerpos Opacos": - ¡ Estoy más que harta! Recuerdas que te comenté que suprimió el azúcar, la sal, la leche, el pan, las pastas y arroces...de su dieta. Ahora también dice que se va a privar de toda ingesta de alcohol. Lo que significa: mi gozo en un pozo. ¡Ya no veré jamás la sombra de Gonzalo! ¡Yo que me pirrio por sus grises, sus claro oscuros..!¡AaaAAaaayyyssss, qué sinvivir! - No te preocupes. Se me acaba de ocurrir que podemos intercambiar nuestras identidades. Como somos gemelas, no hay problema. Mi cuerpo, ya sabes, se permite todas las dietas ricas en grasas y colesterol. Podrás ligar con la sombra de Gonzalo, sin inconveniente porque ella sí tiene intención de acudir a todos los saraos que se presenten y surjan.

"La grieta del Cuarto C"

La grieta asomó por primera vez cuando el vecino estuvo de obras en su casa. El vecino desapareció en extrañas circunstancias y no pudimos concertar con él un acuerdo entre compañías de seguros. No lo participamos a la nuestra por desidia y ahí se quedó cual adorno psicodélico en el techo, como una especie de cocodrilo queriendo trepar por la lámpara de lágrimas. Eso le pareció a Chencho, mi hermano, amigo de fábulas y habilidades de la imaginación. También dijo que las telas de araña le parecían estalactitas de algodón, que con el tiempo le permitirían tejerse unos slips. Papá respondió que entonces ahí las dejaríamos crecer y reproducirse. “Ahora sólo tienes para un tanga” carcajeó y todos, como cretinos, le reímos la gracia. Una noche rompió a llorar un bebé del Tercero A y Chencho tumbado en el sofá, viendo “Quequé” – el sensacional desinformativo de Cuatro – observó que la grieta se expandía bastante. Mis hermanos y yo le replicamos que se dejase de “esas imaginaciones suyas tan r