Magistrales interpretaciones de Claes Bang y Terry Notary, sin desmerecer las de Elisabeth Moss, Dominic West y Christopher Læssø . Y espectacular el niño que le reclama al protagonista, encarnado en el niño actor Elijandro Edouard, cuyo nombre me ha costado encontrar. El argumento va desgranando una serie de miserias en el protagonista, alguien que de entrada nos parece un tipo muy agradable, educado y civilizado, por una serie de concatenación de fatales episodios. No podemos como espectadores juzgarle severamente, porque muy probablemente como hombres y mujeres occidentales a nosotros nos sucedería lo mismo. La película te sumerge poco a poco en una honda reflexión sobre el mundo extraño que hemos creado a estas alturas del Siglo XXI en nuestro mundo occidental. Es tan extraño, individualista, egoísta, ególatra que difícilmente podemos sustraernos a él. La desconfianza y la soledad lo presiden todo. Y si prestásemos atención a cada segundo de nuestras vidas, a los episodios aparente...