Válgame el cielo que ya casi culminando como estamos el mes de septiembre he de coincidir casi con la Sra. Ayuso, presidenta de nuestra comunidad madrileña, y de regreso a esta extraña normalidad, he cambiado para bien y ahora me gustan los atascos de circulación, muy en concreto el que sufrimos cada día de la semana laboral en el Nudo de Manoteras por una obra monumental que allí se cuece. Será cosa de la lectura sosegada de "Volver a dónde" de Antonio Muñoz Molina, que en estos días estoy viviendo una reconciliación espiritual con estos tiempos pandémicos y nuestra dura vida en una ciudad y Comunidad Autónoma con mucho duende y encanto, pero muy dura para vivir como es Madrid. De hecho, me resulta inconcebible la supuesta envidia que nos tienen en otras provincias y Comunidades Autónomas y la supuesta madrileñofobia imperante. Les invito a que se vengan un añito a vivir aquí y luego hablamos. Total, que sufridora del atasco en cuestión, lejos de alterarme y soliviantarme, m...