Ayer, antes de la final del Benidorm Fest, me vi en Netflix el documental dedicado a la iniciativa de Lionel Richie, artista que me encanta, de juntar a todo un elenco de voces en una memorable noche de ensayo de la icónica canción "We Are the World". El documental se titula con gran acierto "The Greatest Night in Pop". Ver a tan magníficas voces ensayar juntas, sobrecoge y emociona a partes iguales. Los vidrios rotos en la voz de un Bruce Springsteen, muy cansado, porque venía de gira y aceptó el reto, ha sido la voz que más me ha emocionado. También es muy emotiva la actitud de Cindy Lauper y Bob Dylan durante la grabación. Trasmiten un respeto y una humildad por el afán de hacer encajar sus magníficas y peculiares voces en todo el conjunto, que nos toca la fibra sensible de manera genuina. Un cartel advertía que los egos se dejasen fuera, pero en vez de egos, descubres a artistas en verdad muy tímidos y sensibles. Prince no quiso participar ya que exigía un solo ...