Estoy terminando el curso de italiano niveles A1 y A2. Si hace años le hubiesen dicho a mi yo del pasado a qué me dedicaría al aterrizar en la dorada etapa de la jubilación, habría mostrado enorme escepticismo. No daría crédito. La UNED me envía casi a diario por email los cursos que oferta y me dió por escoger este curso de italiano sin tener nada claro por qué. He descubierto un lengua bellísima, cálida, envolvente, de gran musicalidad. Ayer estaba en un establecimiento y mientras aguardaba a que me atendiesen me dije a mí misma: no tengo ni idea de italiano, porque si tuviese que pedir aquí a la dependienta, las cuatro cosas que necesito en italiano, no sabría por dónde empezar. Tendría que llevar de antemano una lista con las palabras traducidas en un papel. Pero justo es reconocer que he aprendido bastante y ya por fin entiendo las letras de tantas canciones preciosas admiradas de cantantes italianos, que todos hemos chapurreado alguna vez. Esta semana hemos cantado en el curso ...