Dada la preocupante situación mundial por la guerra comercial arancelaria, provocada por el abominable hombre de las cumbres naranjas, estoy meditando muy seriamente la opción de hacer caso a la experta en orden japonesa Marie Kondo, sobre la recomendación de no tener más de treinta libros en casa y empezar a practicar un bookcrossing a la desesperada. Un día allá por el 2016, compré en la Casa del Libro de la Gran Vía, "La bella Otero" de la escritora Carmen Posadas. Al salir de la librería fui a un cajero a sacar dinero y me dejé olvidado el libro allí. Cuando entraba en la boca de metro de Banco España me di cuenta del olvido. Raudo regresé sobre mis pasos y el libro se había esfumado. Entonces entré en la Casa del Libro y compré un segundo ejemplar sin lamentaciones ni pensarlo demasiado. Siempre he tenido la cabeza en las nubes y en el más allá y los despistes me juegan muy malas pasadas. Ese día practiqué por primera vez un bookcrossing involuntario sin siquiera saber ...