9 de octubre de 2007

"Homenaje a Chéjov"



"Hombre funcionario, hombre muerto" eso pensaba aquel tipo que se las daba de autónomo, espíritu libre de ataduras y convencionalismos. "Trabajar para la Administración Pública es como convertirse en un autómata, un cadáver andante". Aquel tipo extraño y ácrata era su hermano, que desde chico sintió predilección e inclinación por la bohemia y la vida errante. Por eso, ahora, le recorría un estremecimiento, un escalofrío casi de terror al comprobar que un funcionario cualquiera pudiera estar literalmente muerto sobre su mesa de trabajo en cualquier departamento ministerial o edificio público:

- ¿Cuántos casos de muerte súbita van ya?

- Iban seis y con éste que se desangra sobre el teclado del ordenador, siete.

El Inspector de Policía sentía la necesidad de llamar a aquel tipo raro, que no era otro que su hermano, por si alcanzaba a entender algo sobre lo que estaba sucediendo. Tal vez una profecía secreta. A su hermano le gustaban esos temas esotéricos que a él personalmente le crispaban y le sacaban tanto de quicio porque los consideraba paparruchas sin sentido. Pero a su hermano lo consideraba de otra galaxia y los hechos que ahora tan crudamente se le presentaban servidos en el plato de frío de la madrugada, le parecían fenómenos paranormales. Cogió el móvil que llevaba en el bolsillo de su gabardina con intención de llamarlo. Pronto recordó que su hermano aborrecía "estos infames chismes" y no eran horas de andar molestando a nadie, salvo al Inspector General o tal vez por qué no, al Ministro del Interior y al de Defensa. Las altas instancias debían mojarse en ésto y dar órdenes concretas. El inspector no podía pensar y tomar alguna decisión lógica.

- Inspector, recuerde que hace unos meses fallecieron unos cuantos deportistas de muerte súbita en todo el mundo. Ahora les ha tocado a los funcionarios. Será cosa del azar y pura casualidad.

- ¡Ojalá esté usted en lo cierto !

Los seis funcionarios respondían a un mismo perfil: varón, entre cuarenta y cincuenta años, funcionario de la Administración Pública del Estado, escala básica, salud dentro de los parámetros normales, una vida en apariencia estable y feliz. Pronto este baremo de normalidad se dispara y surgen casos en distintos puntos del planeta. Hombres, mujeres de diversas edades y perfiles fallecen súbitamente sobre sus mesas de trabajo. Se da una curiosa circunstancia coincidente: se han quedado solos en sus despachos al finalizar la jornada laboral para terminar un trabajo pendiente; fallecen entre las doce y las dos de la noche: sus cuerpos aparecen desplomados sobre sus teclados de ordenador con el monitor encendido; en las pantallas se pueden leer cifras y trabajos de estadística sobre identificación fiscal de ciudadanos. Al parecer todos tienen en común que realizaban consultas sobre números de identificación fiscal de personas físicas. Al parecer fallecen acto seguido de escribir en el teclado el número del Documento Nacional de Identidad seguido de la letra que completa el NIF.

El inspector como medida cautelar, ordena enviar una circular a todos los centros de emergencia y salas del Uno Uno Dos advirtiendo que se emita un comunicado general alertando de la posibilidad de la existencia de algún virus informático letal.

Las últimas noticias hablan de doscientos mil funcionarios muertos en todo el mundo. El virus informático ha alcanzado a aquellos funcionarios que no recibieron la alerta máxima mundial. Todos los ordenadores del mundo están apagados. La vida sigue, pero la maquinaria burocrática, ya de por sí, lenta y pesada, se aletarga y el caos se instala en el mundo como una epidemia medieval.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Gemma:
je, has tocado mi cuerda sensible.
Tengo las obras de Chejov publicadas por distintas editoriales.Soy coleccionista.Cada uno tiene sus rarezas.
La mejor edición, para mi gusto, es una de Clásicos Planeta,traducción de Augusto Vidal y prólogo de J.Mª Valverde, que ya está toda destrozada por sobada.No soy yo el único de la casa que lo revisa de vez en cuando.En algunos de mis viajes asistí a representaciones de sus obras.Y en TVE, otros tiempos, el programa Estudio Uno ofreció todas sus obras teatrales, con aquellos magníficos actores, como José Bódalo.
Volveré a leer este relato tuyo con más detenimiento, como suelo hacer.Su "Muerte de un funcionario público" no se parece en el argumento nada al tuyo.En ello muestras tu talento, coger un título y escribir otra historia.
Muchas gracias, porque aunque tal vez no sea el caso, me halaga que hayas pensado en Chejov y relacionado con mi obsesión por el maestro de Taganrog, hoy Ucrania.Él, que se sentía tan ruso...
Solía haber un personaje en sus obras dramáticas que vislumbraba esperanzado un mundo futuro mejor.Como tú.

Gemmayla dijo...

Amigo Travis:

Antón Pávlovich Chéjov, maestro del relato corto.

¡Mi gran asignatura pendiente!

Quiero leer "El pabellón número seis", ¿Lo has leído?

Quiero leer todos sus cuentos. He descubierto una página web que los ofrece íntegros. Prometo leerlos todos. Pero la traducción de sus cuentos en la web es infame. Le pediré a los Reyes Magos una selección de cuentos de este médico que fue contagiado de tuberculosis por sus propios pacientes. ¡Qué cosas! Uno siempre piensa que su médico de cabecera es alguien casi sobrehumano. De hecho veo fumar a algún médico con su bata blanca en el exterior de álguna clínica y hospital y sigo pensando que a él nunca le diagnosticarán un cáncer de pulmón. A los humanos nos encanta la mitología al fin y al cabo.

Muy feliz día y te reitero mil gracias por tener la paciencia de leer mis cuentos y tomarte la molestia de comentarlos. Tomo cumplida nota de todo cuanto me dices.

Gemamyla

Durrell dijo...

No sé, Gemmayla, si ha quedado algún funcionario en la red con ganas de reconocer que lo es.

Creo que esta semana hemos matado bastantes virtualmente y creo también que hay unos cuantos reales entre los que escriben relatos, así que espero que nos perdonen nuestra manifiesta osadía y sigan leyendonos sin acritud :)))

Anónimo dijo...

¡Diantres, amiga Gemmayla, qué sorpresas nos depara el destino!

Te recomiendo, para empezar, "Cuentos imprescindibles", una edición de R.Ford prologada por él mismo, además está bastante bien traducida y contiene "El pabellón número seis", "Relato de un desconocido" y bueno, los más conocidos de Chejov. Por ocho euracos te haces con él en la fnac, edición de bolsillo.

¡Saludos!

*Es usted una abstencionista, que conste en acta.

Anónimo dijo...

Gemma: Te recomiendo la edición de Planeta Clásicos; pero en su volumen nº 6, el que yo tengo, sólo vienen sus primeros cuentos, cuando empezaba, y su obra teatral.
Si que leí "El pabellón nº 6".Leí todo lo de Chejov, incluso en otros idiomas.Además de "La dama del perrito", se me viene a la memoria ahora el cuento sobre un niño que le escribe una carta a su abuelo.
Anton Paulovich Ch. fue médico, pero no les cobraba nada a sus pacientes.Decía que la medicina era su esposa y la literatura, su amante.Hizo un estudio sobre los presos de la isla de Sajalin.Vaya, ya me enrollo.
No esperes a los Reyes Magos! Regálatelo antes.
Te aconsejo que empieces por los relatos más breves, en los que es un maestro, y luego pases a los largos,como La estepa o El pabellón nº 6".
Saludos a los nuevos visitantes.Disculpen que me calce con pantuflas a cuadros.

Gemmayla dijo...

Hola Durell:

Internet es una herramienta útil y casi imprescindible en todos los puestos de trabajo, tanto de la empresa pública como la privada. Los empresarios que nieguan esta herramienta demuestran no estar con los tiempos y a la altura de las circunstancias. En mi departamento todos utilizamos esta herramienta y nadie oculta que sirve, cuando el trabajo no lo impide, como válvula de escape, siempre y cuando no se incurra en ningún délito tecnológico o se haga dejación de las funciones obligadas.

Espero, Durell, que tus jefes se den garbeos por la red tanto como los míos y den la oportunidad de que sus empleados hagan lo propio. Resulta fascinante y a la vez algo perturbador saber que millones de empleados privados y públicos del mundo estamos a la vez en el mundo real y virtual.

Aprovecho la oportunidad para preguntarte cómo has sabido de la existencia de mi blog, si eres tan amble de decírmelo.

Un saludo y muchas gracias por tu comentario,

Gemmayla

Gemmayla dijo...

Hola Titirimundi:

Tomo nota de tu consejo, pero las ediciones de bolsillo no me gustan nada. Gastan una letra muy pequeña. Me desagradan. Prefiero esperar a tener dinero y comprar una buena edición.

Creo que no has elegido el mejor cauce para comunicarte conmigo para tildarme de "abstencionista".
Precisamente ese adjetivo aplicado a la persona que más ha participado en votaciones de Tinteros Virtuales, Sherezades y Papiros, no es el más conveniente y apropiado.

El que sí me viene como anillo al dedo es el de "decepcionada y defraudada". Ya te he explicado mis motivos en un mensaje privado que te he enviado y también he manifestado mi malestar públicamente en un post del foro de escritores de Terra. Estoy barajando la intención de si merece la pena decirlo en un post abierto y para general conocimiento en el Rincón de Sherezade.
Pero visto la poca clase que se gastan algunas personas me quedan muy pocas ganas, la verdad sea dicha.

Gemmayla dijo...

Amigo, Travis:

Esperaré a los Reyes Magos.

Tengo lectura pendiente catalana -juasjuas - para rato largo.

Además sigo creyendo en los Reyes Magos, en los reales y en los virtuales.

Muy feliz día. Travis !!!

Anónimo dijo...

Hola Gemmayla,

Siento mucho que te hayas tomado a mal mi mensaje. Digamos que mi humor es demasiado crudo y directo y eso hace que en ocasiones pueda ser interpretado con una segunda intención. Al "tildarte" de abstencionista no pretendía insultarte en modo alguno, simplemente era una broma, que la abstención es una opción tan respetable como cualquier otra. De todos modos te ruego me disculpes y revises tus mensajes personales en Sherezade.

Aunque no me lo has preguntado te diré que he llegado a tu blog leyendo un mensaje tuyo en Terra, donde defendías los blogs como sistema de comunicación. Me limité a buscar en google "gemmayla blog" y así llegué hasta aquí.

Me remito al mensaje privado para todo lo demás y estoy a tu completa disposición.

Un saludo.

Durrell dijo...

Hola Gemmayla,

Pues no recuerdo bien si lo vi en el tintero alguna vez escrito o tal vez esté en tu perfil de Sherezade -no lo recuerdo bien- y lo añadí a la carpeta de favoritos.

Lo sigo desde casi el principio aunque no he dejado comentarios hasta hace poco. Hay alguno que creo que no has visto en otro relato tuyo, está más abajo.

Me gusta el blog, es muy interesante y me ha gustado ver como eres en las fotos.

Si alguna vez quieres entrar en el mío solo has de clickar en mi nombre, serás bienvenida.

Besos.

Anónimo dijo...

Durell y Titirimundi:

Siento muchísimo tanto mal entendido.

En fin, espero que haya ocasión para quedar y brindar por la larga vida y salud de todas las iniciativas literarias, ya sean foros, revistas, chats o blogs.

Es fascinante este mundo virtual. Sin él, no habríamos tenido la oportunidad de habernos conocido. Curiosamente con las personas que choco al principio son con las que luego con el tiempo trabo amistad. Si no me créeis, preguntadle a mi amigo Travis.

Un abrazo a los dos. Nos seguimos leyendo.
Gemmayla

Anónimo dijo...

En un lugar de ese mundo virtual leí:
"Querer que sus hijos sean funcionarios!! Mejor, muertos! Qué cadena de por vida!" Algo así...
Habrá de todo, como en todos los sectores, pero la inmensa mayoría de los que conozco trabajan más allá de lo que se les exige, siempre animosos y con curiosidad intelectual y vital, incluso hay quien se pasa y hace de su profesión su vida (una evasión saludable para el prójimo y ellos mismos, a falta de otras motivaciones).
La palabra "funcionario" arrastrará siempre un estigma.Ellos lo saben, pero siguen funcionando.
Besos, amiga Gemma.Vine hoy esperando algo nuevo...¡Qué impaciente soy! Merezco una reprimenda de las tuyas.

Anónimo dijo...

Amigo Travis:

Creo que hoy en día ser funcionario ya no es lo que era.

La gente lo entiende como "chollo" porque sólo ven la estabilidad laboral que procura un sueldo fijo para toda la vida, pero en ciertos puestos se paga un alto precio personal.

Creo que tienes razón. Es una especie de "estigma". Especialmente en estos tiempos que corren. Parece que el funcionario no tiene derecho a quejarse por tener un trabajo fijo y mejor remunerado que en en la empresa privada en muchas ocasiones. ¡Dinero, dinero, dinero!¡ Envidia, envidia, envidia! ¡Deporte nacional!

Feliz puente de La Pilarica !!!

Gemmayla

POR FAVOR, FIRMA Y DIFUNDE... SUMA TU NOMBRE....RUEGO ENCARECIDO A BIDEN, 🙏🙏🙏...

https://secure.avaaz.org/campaign/es/rafah_ceasefire_now_loc/?copy  SUMA TU NOMBRE  "Después de confinar a 1,4 millones de palestinos e...