12 de noviembre de 2007

"El cartero siempre llama dos veces"

Gracias a los cortes publicitarios, Jorge visionaba a la vez "El cartero siempre llama dos veces" en la 2 la versión del 46 de Tay Garnett y en A3, la del 81 de Bob Rafelson. Una oportunidad como ésta no se presentaba todos los días. Las comparaciones entre Jessica Lange y Lana Turner eran inevitables y cuando menos, estimulantes. "The postman always ring twice, always ring twice". Jorge se imaginaba en el papel de Jack Nicholson-John Gardield seduciendo a las dos divas en el sórdido restaurante de carretera.

Pero la parrilla publicitaria en ambas cadenas le exasperaba. ¡Veinte minutos de anuncios separaban a Jessica Lange de Lana Turner y él sufriendo como un condenado por la embelesada pasión que le embargaba como a Frank Chambers. La diferencia entre Frank y él era palmaria: Frank seducía a una sola mujer sin abruptos cortes publicitario, pero con la presencia intimidatoria del marido cornudo; él, Jorge, seducía a las dos hembras del celuloide, sin injerencias masculinas ajenas ni enojosas rivalidades e infidelidades, pero con tantos cortes publicitarios que la libido se le escapaba y se le subía por las paredes como una gata enloquecida. El argumento de la versión más antigua se solapaba al de la más reciente y Jorge apagaba su ardor y enardecimiento imaginando un supuesto anuncio de Correos de España, un anuncio navideño, "The postman always rings twice, twice, twice". "Un cartero trae buenas noticias. Eso es. Un cartero entrega postales navideñas en un domicilio. Llama al timbre y le abre la puerta una Jessica Lange sonriente. El cartero se dirige a otro chalecito adosado y en esta ocasión le recibe una Lana Turner fría y distante. The postman always rings twice..." Jorge exclama sonriente y ufano, "¡Como publicista no tendría precio. Lástima que sea Técnico de Informática. Lástima que mi vida sentimental sea un desastre. Lástima que no crea en la Navidad. Lástima que el género epistolar murió engullido por los SMS...!"

Jorge desiste de ver el final de las dos películas. Tanto anuncio desmotiva. Abre las puertas del salón que dan a la terraza, de par en par. Ha fumado demasiado. El último pitillo de esta noche de domingo aburrido y fútil lo fumará en la terraza. Intentará olvidar a Jessica y a la Turner. Intentará olvidar que su buzón sólo lo invaden cartas bancarias. Intentará obviar que nadie le manda "emails" a su cuenta de correo ni SMS a su móvil. No pensará en la dichosa Navidad que se avecina.

Suena el timbre de la puerta. "¿Quién será a estas horas de la noche?" Jorge intenta ver por la mirilla pero la luz de la escalera está apagada y sólo vislumbra una silueta confusa. Abre la puerta y no da crédito. Jack Nicolson y John Gardield le propinan una tunda de puñetazos, golpes y patadas que cuando despierta es lunes y se encuentra ante el ordenador ":Hansol" que tenía pendiente de reparar en el taller.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste cuento de Navidad.
Sólo recuerdo la versión de Nicholson- Jessica. Un serio aviso a navegantes:Cuidado con dormirse en la inopia teniendo una esposa demasiado bella (y sensual.Puede aparecer un extraño, tirársela en la mesa de tu cocina, y luego tirarte a ti por un barranco,jeje.
Muy original el cuento, Gemma.
El final...(Otra posibilidad)... Aprovechando que Jorge se va quedando dormido poco a poco, los protagonistas de ambos films podían saltar de una a otra pantalla, produciéndose toda clase de combinaciones (jaja, qué pervertido soy) y acabando en un ménage à quatre todos en la misma pantalla. Mientras, en la otra, aparece un email para el pobre de Jorge.
Como excepción, esta vez apostaría por un final feliz. Esto,... puede ser? Son ordenadores o televisores?
Es que pronto serán navidades, Gemma, y te las deseo muy merry.
(Ah, la Turner será una femme fatale, pero la J. Lange metida en harina...)

Gemmayla dijo...

Amigo Travis:

Desde luego el final que propones es más divertido que el mío. Especialmente para Jack Nicholson, con lo juerguista y mujeriego que es...juasjuas. Se te olvidó que en cualquier momento pudiera aparecer Anjelica Huston, furibunda y muerta de celos, que por aquel entonces, tengo entendido que era la cónyuge del susodicho.

En fin, que el final ambiguo y extraño que propongo invita al lector a pensar que todo pudo ser producto de un sueño, o el tipo se fumó en la terraza toda La María" que tenía plantada en los tiestos y sufrió alucinaciones o realmente se presentaron aquellos dos varones del celuloide en carne y hueso a la puerta de su casa y le propinaron tal paliza que al día siguiente el protagonista no recordaba casi nada de lo acaecido el domingo por la noche.
¿La Navidad?..No quiero detestarla por mi peque que la vive con tanta ilusión. Sacaremos el niño que todos llevamos dentro.

Muy feliz día, Travis !!!

Gemmayla