13 de septiembre de 2008

"Els Castellers"

Siempre, desde muy jovencita, me he considerado ciudadana del mundo, sin demasiado apego al terruño natal, a los países que luego me vieron crecer, a la "patria", MADRID, que finalmente me adoptó con toda su capacidad generosa de acogida. Pero si algo recuerdo de mi tierra natal, Catalunya, con especial fascinación infantil, admiración y sagrado respeto es la facilidad con la que un buen puñado de santos varones elevaban una torre humana ante la mirada atenta y expectante de un público arrobado y silencioso en "La plaça del Ajuntament". Porque siempre elegían "els castellers" las plazas de los ayuntamientos de todas las poblaciones a las que acudían y siguen acudiendo, como punto de encuentro, de "kedada" - que diríamos ahora en estos tiempos que corren de reivindicación de la "Ka" de Kilo como fonema usurpador de "Ques, Quis y Quos", de "Cas y Cus" -
El origen de "Els Castellers" se remonta a la "Moixiganga" valenciana, una fiesta de bailes y castillos humanos. Los catalanes, amigos como somos de la economía, el "seny", la mesura y la cosa práctica, suprimimos los bailes y nos quedamos con los castillos. Como catalana oriunda de Barcelona, de madre catalanísima y padre andaluz, habría hecho lo mismo, porque mi padre, un andaluz de Jaén, más germánico que moro, me inculcó una espartana educación enemiga de saraos y florituras.
De pequeña sólo me fijaba en el "anxaneta", el niño que trepaba por la torre, posaba sus dos pies en la cima de los quintos y levantaba un brazo en señal de victoria. Durante mucho tiempo fue esta ofrenda al cielo y a los dioses un empeño masculino, que no diré machista para no parecer borde. Con el tiempo se permitió que los "Anxanetas" fuesen niñas.
A lo largo de mi vida, jalonada como la de todo el mundo, de pequeños éxitos y estrepitosos fracasos, he meditado y contemplado en la bola mágica mía particular e intransferible -ésa que todos llevamos dentro y que los lamas llaman el "Tercer Ojo" - en vez de "mantras" y "figuras geométricas de loto", "Castellers" intentando levantar torres humanas que se desmoronan pronto unas, que aguantan un poquito más otras, que permanecen intactas como una figura dorada de bronce congelada en el espacio de la decoración mental.
De adolescente hubiese querido participar formando parte de la columna de los quintos o sextos de la torre, ahora me pregunto si siquiera me dejarían integrar la "pinya" que es la base firme que en realidad sustenta aquella mole humana.
Me flaquean las piernas muchas veces por causa de la crisis. La economía, esa espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas mientras celebramos el opíparo festín de la democracia, la afilada espada que cuelga atada por un único pelo de crin de caballo directamente sobre la cabeza del "anxaneta" y los "dosos" amenazando la integridad entera de la torre.
Ya no sé siquiera si quiero integrar la "pinya". A veces me gustaría que la economía, esa Reina de Corazones, que todo lo manipula y preside, se olvidara de mi existencia y de la de todos. En una palabra, que esa cruel dama nos dejase vivir en paz. ¡Ojo, esto os lo dice una catalana! Es un topicazo absurdo defender que los y las catalanes sólo pensamos en el maldito dinero. Por si alguien lo duda, somos, en general, salvo excepciones flagrantes, unas bellísimas y estupendas personas, capaces de hacer "pinya" y levantar "torres humanas" que llegan a lo sumo al balcón principal de los Ayuntamientos. Creo que los catalanes no habríamos creado ciudades como las de New York, por ejemplo, porque nuestra perspectiva es humana y respetuosa con las limitaciones de lo humano. Como los griegos, los catalanes nunca habríamos tendido puentes para cruzar las orillas de los ríos. Pensaríamos como ellos, que eso era una aberración sobrehumana insensata y desmesurada.

Viscan Els Castellers y de paso, Visca el Barça, manque pierda !!! Viva la madre que me parió, la mejor bailaora de Sardanas del mundo !!!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Gemmayla

En esto de los tópicos también puede existir una cierta connotación de admiración encubierta (evidentemente, no en todos los casos) e incluso me atrevería a decir, de cierta envidia. Por lo menos en vuestro caso, a mi me lo parece, sois buenos gestores económicos, eso es innegable, y por supuesto que sois bellísimas personas, por lo menos ésta abanderada y embajadora de buena voluntad a la que estoy escribiendo, así me lo parece.
De cualquier modo me gusta ser sincera y reconozco, mea culpa, que yo también he bromeado alguna vez al respecto, con respeto. Espero lo entiendas cómo compatible, yo así lo creo; cuando se hacen chistes sobre tópicos vascos, siempre que no se utilicen de manera ofensiva, soy la primera en reirme con ellos. Claro que de todo hay en la viña del señor, pero bueno, en ésos casos se aplica aquello de : “a palabras necias, oídos sordos” , pues no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, ¿no te parece?.
Y si, afortunadamente, en mi pueblo también existe una gran mayoría de gente estupenda.

En cuanto a tu metáfora sobre Els Castellers, aixo mateix, razón no te falta, pero me temo que estamos condenados a entendernos.

Por cierto que Els Castellers, como expresión cultural, me parece una tradición bonita y espectacular, me impresiona, y eso que tan sólo la he vivido a través de la televisión. Pero reconozco me pone pelín nerviosa el ver a las criaturas trepar a tanta altura, no lo puedo evitar.

Visca Catalunya!!, y todas las culturas que nuestro País engloba, claro que sí.

Besitos guapa!

Gemmayla dijo...

Hola, Diciembre:

¿Qué tal se presenta la semana, reina?

Por supuesto que vivan todas las culturas y pueblos de nuestra preciosa España.

Los tópicos están ahí como un sambenito absurdo. En realidad y en general a todo el mundo le suelen preocupar las mismas cosas en todos los lugares y hoy por hoy la economía pretende presidirlo y arruinarlo todo en forma de crisis, de manera que otros valores que debiéramos ya desde hace tiempo cultivar y reivindicar, no se imponen de ninguna de las maneras.
Eso es lo que me sugiere la figura humana que levantan en forma de torre, Els Castellers. También su modesta y sensata altura respetando la dimensión humana es lo que me cautiva de esta tradición ancestral. Esos valores sensatos y mesurados son los que reivindico en los tiempos nefastos que se nos avecinan.

Muy féliz semana, Diciembre !!!

Anónimo dijo...

entré de casualidad, pero me gusta lo que estoy leyendo, soy catalana y pienso que muchas veces deberiamos reflexionar sobre el significado de nuestra sardana, de nuestros castellers, de nuestra tolerancia y union, juntamos fuerza y manos y hacemos que brote el resultado armonioso, verdad? lo que has escrito es bello y mucho más profundo de lo que parece.

Anónimo dijo...

Nena: ¡qué miedo!
Hay que tener un buen par de narices para trepar por la torre humana.

Besos orgiásticos

Gemmayla dijo...

Bon día, Ebano, molt benvinguda !!!

Creo que si que todas las culturas deben reflexionar sobre sus tradiciones, su origen, el sentido de ellas que parece perderse con el tiempo. El punto de encuentro y desencuentro de las culturas.
Muchas gracias, Ebano, por pasar por aqui. Esta es tu casa siempre que quieras.

Ella, preciosa, lo que más me indignaba en mi infancia de ésta y otras tradiciones era que por aquel entonces estaban vedadas a las mujeres y niñas. Fiesta sólo de varones. Las mujeres, meras espectadoras, como siempre al margen. Pero afortunadamente hoy en día la presencia femenina se impone en todas partes.