25 de octubre de 2008

"La muerte anunciada de una mosca"

Esta maldita mosca la quisiera matar a cañonazos.

La vida de estos bichos asquerosos se cifra en torno a los quince días. ¡Mentira cochina! Esta que no me abandona y lleva aqui pegada a la pantalla de mi ordenador, haciendo piruetas ante la punta de mi naríz, cuando menos me viene visitando desde hace tres meses.

Leo. Me informo. Me documento sobre moscas. "Ninguna mosca es capaz de morder o masticar" ¡Otra falacia monumental! La mosquita muerta ésta se zampa los restos de mi bocata como una sibarita de la alta sociedad. Primero se limpia sus acolchadas y pegajosas manitas de alambre una y otra vez hasta que quedan relimpias. La tiparraca se pasea sobre su festín. Realiza inspección ocular de izquierda a derecha de la punta de pan con queso, que he dejado sobre el envoltorio de papel, luego regresa caminando boca abajo en sentido inverso como una contorsionista de circo. Me enseña sus dientes como diciendo "¡Ves! ¡Tengo dentadura que muerde, mejor que la tuya! Roe el pan y el queso como si fuera una rata y estoy hablando de una MOOOSca, Una simple y desgraciada mosca, que quisiera matar a cañonazos.

¡Áááájaaaaaaaaa, ya la maté de una palmada! Ha caído en picado sepultada entre la letra "r y "t" del teclado. La llevo en volandas, teniendo cuidado de que no se deslice entre las teclas y la pierda de vista, para arrojar sus cenizas trefiladas al viento, sacudiendo el teclado boca abajo en la ventana. ¡Yo también tengo mis dotes contorsionistas, mosca asquerosa!

¡Caramba! ¡Ya la estoy añorando! Me considero un cruel asesina.

No hay comentarios: