22 de octubre de 2008

OKupantes Okupas Okupados...o.k. ??

La cosa comienza así tal y como la cuentan los lugareños.

Primero se mudan, porque les vence el contrato de alquiler, los vecinos dominicanos. "Doña, nos vamos a un piso más chico y más económico al sur de la ciudad" "¡Que lástima!. Mucha suerte entonces"

Como al mes siguiente, el matrimonio de ancianos del Segundo A son trasladados por prescripción facultativa y por no poderlos atender sus hijos e hijas a la Residencia Geriátrica La Soledad Vive Aquí Arriba. Una preciosa y acogedora residencia municipal ubicada en las postrimerías de la ciudad y de la vida. ¡Vamos, donde Cristo Perdió el Moño y No hay Un Dios que vaya hasta allí! "¡Muy mala combinación de metro y autobuses!" - se lamentan las hijas. "No tengo tiempo. Demasiado trabajo." - bufan los hijos.

Al día siguiente de ingresar los ancianos en la residencia, Margarita Subirach recibe una orden de embargo de bienes y casa. Debe unos treinta recibos de la Super Hipoteca Basura que no paga porque la crisis la deja en el paro de por vida y para siempre. Tiene 52 años. A estas alturas no la contratan en ninguna empresa. El día del desahucio los oficiales del juzgado se llevan hasta sus pestañas postizas. Margarita Subirach se acomoda en el rellano y decide quedarse a vivir ahí con su perrita pequinesa Malú.

Tres días después del desahucio, se muda también al rellano aportando una manta, un edredón nórdico, un termo, dos tacitas de las de té y otras dos de las de café con un kilo de azúcar y otro de mate de la marca Rosacruz - que es la mejor marca de mate que existe en el mundo mundial, no-lo-dudes-che -, el joven ingeniero Ewaldo Eduardo. No se salva de la criba el ordenador portátil. "Se lo llevan, vieja. Dicen que cuando pague la deuda que mantengo con la Empresa Municipal de Alquileres Por Las Nubes, que No Son de Algodón sino de Acero Inoxidable, me lo devuelven con todo lo demás. "Se llevan hasta mis apuntes de la facultad, vieja"

Por espacio de cuatro noches y cinco días con sus tardes permanecen en el rellano haciendo vida-casi-normal-dentro-de-la-anormalidad-de-la-situación. Entonces a Ewaldo Eduardo se le ilumina la razón, la ventana de la imaginación, como si alguien enciende ahi mismo un candil- de-date-cuenta-despierta. "Vieja, se me acaba de ocurrir que podemos tirar la puerta abajo de los dominicanos y hacernos okupas hasta nuevos deshaucios" "Buena idea". Manos a la obra. Ya está la cerradura forzada. No cuesta mucho porque el material de la puerta es como de papel.

"Oh, oh" - exclama Margarita - "No doy crédito a lo que veo".

Dentro de la casa de los dominicanos, Margarita se encuentra una exacta réplica de la suya con todas sus pertenencias y minucias. No le falta detalle.

En un rincón del salón una puerta mágica se abre y Ewaldo Eduardo contempla extasiado otra réplica exacta de su estudio, ése que desmantelan los Servicios de Recogida de Enseres y Bienes Deshauciados por el Juzgado Núm Uno de lo Civil de los Procesos Especiales y Sumarios y Lanzamientos de los Ocupantes que No Desalojan en Breve Plazo la cosa Arrendada o Hipotecada De Por Vida sea Finca Rústica o Urbana.

Abren Margarita y el Ingeniero otra puertecita como escondida en un recodo de la casa y están alojados los dominicanos al completo. Bien, falta la abuela, que baja por pan y leche, pero pronto regresa.

Y colorín colorado este cuento encantado se termina. La casa sigue ahí, "enchantée de faire votre connaissance", OKupantes Okupas OKupados.

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