14 de octubre de 2008

"Sucedió en el tren Xi ´an-Beijing"

Comparten el mismo vagón del tren, que realiza el trayecto de Xi`an a Beijing, el profesor de la escuela municipal de la aldea Sima, Xiao Wang y el agente de una inmobiliaria de Xining en Beijing, Xiao Zhang. El profesor se encuentra inmerso en la lectura de "El Río Largo" del escritor Shen Congwen con sus pequeñas gafas redondas apuntalando los orificios de su nariz. El agente hojea varios catálogos de ofertas inmobiliarias mientra realiza operaciones numéricas con una calculadora. No se han saludado al entrar. Ambos se hayan inmersos en sus cavilaciones y preocupaciones. El profesor levanta un momento la vista distraída y observa el semblante concienzudo de Xiao Zhang, que se revuelve incómodo en su asiento porque no le parecen cuadrar las cuentas. Xiao Wang baja la vista para proseguir la lectura del libro, pero algo ha llamado poderosamente su atención ahora aturdida. ¡Qué estupor! ¡El tipo que tiene sentado enfrente es idéntico a él, los mismos rasgos, las mismas facciones en el rostro. Sus manos son tan parecidas a las suyas que el profesor suelta el libro para poderlas cotejar mejor. Las gira como un par de marionetas perezosas danzando ante sus ojos. El agente repara entonces en los movimientos extraños del hombre que tiene sentado delante de él y se percata enseguida del asombroso parecido físico. Decide tomar la iniciativa de conversar con él y como es hombre de negocios muy capaz y osado en el trato humano, le espeta una pregunta sin tapujos, directa al grano, que es ésta:" ¡Buen hombre! ¿ A qué puede deberse que sea usted idéntico a mi o yo a usted?" "¡No salgo de mi asombro, caballero! ¡Eso mismo me vengo preguntando desde que he reparado en el gemelar parecido físico entre usted y yo!". Alegan entonces una y mil razones que pueda explicar cosa tan extraña. Concluyen que tal vez son hermanos abandonados en la infancia en algún hospicio. Llegan al convencimiento de que ambos fueron niños expósitos y que sus respectivos padres por alguna razón convincente les ocultaron su procedencia. Sonríen ufanos, Ríen y sonríen una y otra vez. Son hermanos gemelos sin duda alguna. Ambos coinciden en la edad. Tienen treinta y tres años. Sus vidas han sido bastante satisfactorias, pero ambos atraviesan ahora un momento crítico, de sinsabor existencial. El profesor siente que malogra sus días en aquella aldea remota. El agente inmobiliario está más que harto de mediar y participar en la compra-venta de casas. Son solteros los dos. Les gustaría algún día casarse y formar una familia, pero por el momento no se ha presentado la ocasión. Conversan por espacio de unas tres horas. Intercambian anécdotas. Describen pormenorizadamente detalles de sus vidas. Xiao Zhang exclama sin haberlo recapacitado mucho: "¡Podríamos intercambiar nuestras vidas. Sería una experiencia interesante!" Xiao Wang niega con la cabeza, le parece una idea descabellada al principio. Entonces inician otra dilatada y acalorada discusión de tres horas en el transcurso de la cual Xiao Zhang convence a su supuesto hermano gemelo Xiao Wang de que si intercambian sus identidades tal vez la vida pueda volverles a sonreír. "Me gustan los niños", asegura Zhang. "Sueño con vivir en una gran ciudad como Beijing", le responde Wang. Deciden mudar de ropa. Gastan la misma talla de calzado y de vestir. ¡Es increíble! Intercambian sus equipajes, sus carteras, documentación, teléfonos móviles. Deciden que cada cinco años, cuando corresponda la renovación del permiso de identidad oficial quedarán para arreglar esos onerosos trámites burocráticos. Se darán novedades cada cierto tiempo mediante correo electrónico y mantendrán en riguroso secreto el intercambio de identidades. Sellan un pacto de sangre. Sonríen. Se abrazan. Se despiden el profesor Xiao Wang y el agente Xiao Zhang."Mucha suerte profesor" "Mucha suerte, hermano"

11 comentarios:

Raquel dijo...

Me ha gustado el relato, Gemmayla. Interesante, me gustaría saber cómo sigue.
Tengo una hermana gemela y estos temas de las "identidades" me llama la atención; parece divertido parecerse a otra persona pero en realidad no lo es tanto.

Saludos.

frikosal dijo...

Yo creo que al cabo de seis meses volvieron a estar igual de asqueados, no hubiera sido mejor cambiarse solamente por unos días ?

Gemmayla dijo...

Hola Raquel:

Quise darle otro final, un final muy dramático, pero les tomé cariño y me contuve.
Raquel, curiosamente tengo muchas amigas que son hermanas gemelas de otras que no trato ni conozco. Por lo que observo y me cuentan, son muy diferentes. Se da la circunstancia que mis amigas son personas muy simpáticas, sensibles y hogareñas. Les encantan los niños y han tenido varios hijos. Sus hermanas sin embargo son más bien frías, distantes y rehuyen el hogar. Han sido ambiciosas profesionalmente y no han querido tener hijos aunque estén casadas. Esta forma bipolar de comportarse tan diametralmente opuesta, da mucho que pensar. Además nunca las veo hacer cosas juntas -las que son hermanas me refiero -como si se rehuyeran. Me llama mucho la atención. Y te aseguro, Raquel, que son varias las amigas que tengo, gemelas de otras. Seguramente sea casualidad. También le sorprende a la gente que tenga tantas amigas hermanas gemelas de otras. Me suelen decir muchos, "¡Vaya, yo no conozco ninguna!" A mi también me sorprende.
En cualquier caso, Raquel, un beso para ti y otro para tu hermana, que cada quien es libre de ser como le de la gana. Pero, seguro, seguro, que tú eres la simpática y sensible. Algo me lo dice. ¿A qué sí?
Muy féliz día, preciosa!!!

Gemmayla dijo...

Hola, Frikosal:

Muy bienvenido a mi blog, agrimensor !!!

Como le comento a Raquel, quise darle un final dramático al relato. Tal vez se lo de. Meditaré lo que dices. Seguramente tengas razón porque todos acabamos diciendo como Pablo Nerura "me canso de ser hombre"
Pero es que , Frikosal, son chinos estos dos hombres, juasjuas !!! Y los chinos demuestran tener más paciencia que un santo Confucio.
En cualquier caso, yo me quedaba con el puesto de profesor de aldea, porque me encantan los niños y su educación. Y en Beijing el aire es irrespirable. No sé cómo pudieron engordar el medallero de oro los atletas con tanta contaminación.
Muy féliz día, Frikosal !!!

Anónimo dijo...

Hola Gemmayla!

Tu bonito relato me ha hecho recordar 'El principe y el mendigo', de Twain. Podría ser muy enriquecedor (ya lo créo) intercambiarse durante alguna temporada la forma de vida (que no la personalidad), con alguien, créo nos ayudaría, entre otras cuestiones, a comprendernos mejor a nosotros mismos, a sociabilizarnos mejor.

Siendo realistas, es más factible e igualmente enriquecedor, practicar la empatía (me encanta el significado de ésta palabra), yo siempre la llevo "puesta". Para mi es una forma de intercambio emocional y social, muy importante, un sano ejercicio que nos permite tener en consideración la circunstancia personal y vital de quién tenemos en frente, antes de prejuzgarlo, a "primera vista".

No estoy de acuerdo con aquello de que la primera impresión es la que cuenta. He conocido gente que a primeras me ha parecido estupenda y luego ha resultado ser falsa, y viceversa...

No se si lo que he contado venía a cuento, pero muchas gracias Gemmayla por hacerme reflexionar sobre ésto tan humano, a éstas 'horillas' y 'orillas' de la mañana.

Besos bonita!

Gemmayla dijo...

Hola, Diciembre, preciosa !!!

Qué interesante lo que nos cuentas !!!
Estoy cien por cien de acuerdo contigo. De intercambiarme con alguien, me gustaría poderlo hacer con alguna mujer comprometida políticamente con la causa social, la lucha contra la pobreza en el mundo. Pero no una mujer repanchingada cómodamente en la poltrona de ningún foro internacional y luego zampando con cubiertos de oro menús de 200 dólares, no, eso no !!! Una mujer negra o indígena sudamericana con las mangas arremangadas ayudando a su pueblo en lo que surja y fuese menester. Me gustaría mucho poderme intercambiar con alguna mujer de esa índole.
En cuanto a la empatía, Diciembre, si todo el mundo lo tuviese tan claro como tú y se aplicase al empeño de cultivarla, éste sería otro mundo sin lugar a dudas. Sería el mundo que soñamos las gentes de paz. Lo que sucede con la empatía es que hay personas que no parecen merecerla. Es muy dífícil entender y ponerse en el pellejo del que delinque, del despiadado sin escrúpulos. Francamente difícil. Pero el cultivo de la empatía en todos los lugares creo que es el ejercicio legítimo a reivindicar y creo que es lo que nos puede salvar de la hecatombe.
Respecto a las impresiones que nos producen las personas de nuestro entorno, me muestro bastante benévola con todo el mundo porque creo que en general todos y todas estamos bastante neuróticos y neuróticas por la vida que se nos impone día día. Ante las caras de asco y la crispación reinante, siempro digo aquello que dice una amiga mía "es falta de cariño". Eso es lo que nos pasa. Que necesitamos nuestra dosis diaria de cariño. Cuando falta, la persona se agria.

Muy féliz día, Diciembre, maja, majísima !!!

Raquel dijo...

Qué curioso, gemmayla. A mi también me pasa eso, siendo gemela, estoy rodeada de hermanos gemelos o mellizos. Cuando iba al colegio en mi clase había tres pares de gemelos, incluyendo a mi hermana y a mi; mis hermanos menores son mellizos y la familia de mi padre está llena de gemelos y hasta trillizos.
Mi hermana y yo nos parecemos mucho, tanto fisicamente como emocionalmente; tenemos los mismos gustos, la misma sensibilidad y hasta hemos estudiado lo mismo.

Feliz fin de semana.

Anónimo dijo...

Para mí el cuento no está inconcluso. Me gusta como queda. Con un final rasgado.
¿A alguien le ha pasado también que, al irse haciendo mayor, se sorprende de los muchos gestos - especialmente con las manos- exactamente iguales a los de su padre (o madre)?
Me sucede cada vez más a menudo. Al fin me he dado cuenta de lo mucho que debió de haber sufrido mi padre. Y le perdono todas las que me hizo pasar.
Cada vez que me hallo ante un peligro que acecha para devorarme, como hoy mismo, voy a visitar su tumba.
Él no dice nada. Ni falta que hace. Me basta con ver mi rostro reflejado en el cristal del nicho.
Creo que hoy he sido muy desconsiderado y egoísta con él.
Seguro que no descansará en paz, presisamente.
Gemma, como siempre tan optimista respecto a la condición humana y su futuro: "hecatombes".
Pero estoy convencido de que no tienes cara de asco y crispación. Sabes que cuentas con mi cariño.
Admirable la actitud vital de septiembre ¿Te cambias por mí una semanita? Andaaaaa, porfa.
En serio, septiembre, me han calado tus palabras. Las voy a convertir en mi lema: "Travis, lleva siempre puesta la empatía", o sea, "I´m gonna be wearing a whole lot of empathy come rain or shine"
Gemma, me ha gustado mucho esta historia. Además, una de mis mejores amigas tiene una hermana gemela, y mi amada también la hubiese tenido si no se llega a morir en el parto (la otra, claro). A veces me consuelo pensando que mi amada es la stillborn o non nata.
Es curiosa la hecatombe que sufren o experimentan las palabras, esos cantos rodados:
Del latín "res nata"= "lo natural, nacido, existente", procede vuestro catalanísimo "res". Mientras que "non nata" originó "anonadado", que es mi estado natural. (No sé si ha quedado claro. En fin, non tinc res a dir).
Mira con quien tengo mucha empatía:
she_says:Shhhhh

Gemmayla dijo...

Hola Travis:

Ante todo, he querido felicitarte el cumple pero no se que sucede, me rechaza el envío. Asi que aprovecho este lugar y momento para cantarte un Happy Birthday por todo lo alto - que no vocinglero - deseándote un año más lo mejor de lo mejor.

Me parece que no eres el único que a Diciembre la llamas Septiembre. Creo que lo he leído en algún otro lugar. Eso es que te traicionan las estaciones y prefieres el otoño al invierno, juasjuas. A mi gustan las cuatro. Todas tienen su áquel y su ángel, como las de Vivaldi.

¿Qué te diré de los padres que tú no sepas ya? Yo al mío tb le perdono. Esa generación vivió un horror de infancia. Una juventud muy dura. Lo extraño es que muchos hayan llegado con bien a la Tercer Edad. ¡Es admirable!

Este sábado vi en la Noche Temática de la 2 un reportaje titulado "Extraordinarias mentes", ¿Qué tienes debajo del sombrero?" en el que se narra la vida de la escultora norteamericana Judith Scott de 62 años que nació sordomuda y con Síndrome de Down. Su hermana gemela, Joyce Scott nació sin ningún defecto físico y ha llegado a ser escritora de prestigio. Rescató a su hermana Judith proscrita y encerrada por sus padres en una residencia psiquiátrica desde los seis años que fue arrancada del seno familiar. Al regresar a la casa de su hermana gemela y gracias a la dedicación y amor que le prodigaron, Judith pudo resarcirse de todos esos años arrebatados, en especial cuando ingresó en el Creative Growth Art Center, una institución artística donde personas discapacitadas han producido cerca de 450.000 piezas . Las obras de estas personas son dignas de admiración y a cualquiera le pueden dejar "anonadado". Allí Judith Scott se convirtió en una escultora de prestigio cuyas obras se cotizan y alcanzan entre los 15.000 y 20.000 dólares en plena crisis. Judith murió un día plácidamente mientras dormía, curiosamente acompañada de su hermana gemela Joyce. Judith padecía cierta cleptomanía. O tal vez no haya que considerarla tal. Todo lo que hurtaba, lo escondía en las entrañas de sus esculturas. Podía dejarte sin zapatos , si te descuidabas.
¡Increíble el talento de esta mujer!

Si tal vez hubiésemos imaginado un relato sobre hermanas gemelas y hubiésemeos inventado en nuestra imaginación la vida de Judith y Joyce Scott, nadíe nos habría creído. Pero esta historia es verídica y una vez más la realidad supera a la ficción con creces.

Muy féliz cumple, Travis!!! Be happy, please !!!

Anónimo dijo...

Hola Gemmayla!

Por supuesto es difícil ser empático con determinadas personas, yo no podría serlo con terroristas, pederastas, etc., me refiero más bién a una empatía genérica, con la gente que nos rodea, con la que tenemos que convivir a diario, por motivos diversos.

También es sano positivizar lo negativo de nuestras vidas. La inevitable hipocresía social con la que estamos condenados a convivir, a mi personalmente me ayuda a superarme cómo ser humano, pues en ella veo el reflejo de lo que no debo permitirme ser nunca, el que no me dejará traicionar mis principios ni tampoco hacer daño, por lo menos intencionadamente, a nadie…, en definitiva, creo, me hace ser mejor persona y me permite estar en paz conmigo misma y con los demás, digamos que procuro “reciclar”, las malas vibraciones, repercute positivamente en los que a mi me rodéan, es mi granito de arena. Por supuesto que no siempre resulta fácil…

Me gusta mucho eso que dices, Gemmayla, de mostrarte benévola y cariñosa con los demás, es buena medicina contra la vida neurótica que llevamos…, desde luego es otro sano ejercicio para no terminar, cómo dices, con el carácter “agriado”…

Besos guapa!

Anónimo dijo...

Hola Travis, un placer saludarte en éste lugar tan acogedor que es la casa de nuestra admirada Gemmayla.

Me hizo gracia que cambiaras mi nombre blogosferil, curiosamente mi otro nombre de pila también tienden a cambiármelo…; óye, que por mi perfecto, me cambiaba por ti una semanita, cómo dije, no tengo duda alguna de que sería realmente enriquecedor para mí, pero presiento que mi vida es bastante más aburrida que la tuya, aunque sí que hay alguna cosa que estoy segura te sorprendería, pero no tengo claro si para bién ó para mal. Ah, y que me alegro de que también hayas decidido llevarte puesta la empatía, ojalá se convierta en prenda de fondo de armario para todo el mundo.

Por cierto, y no lo digo por cortesía, me han gustado mucho esas palabras tuyas tan humanas, hablando sobre tu padre..., te aseguro que puedo entenderte, muchos tenemos “agujillas” clavadas en el alma, por motivos familiares..., es muy sabio éso que dices de haber perdonado...

Un abrazo!

PD.: permíteme que te felicite yo también por tu cumpleaños, ¡¡mucha salud y felicidad para ti!! Zorionak!!, que decimos por aquí.