3 de marzo de 2011

"Fantasiestücke"

Los amores virtuales hieren tanto como los reales.

Se muere lentamente igualmente y se resucita poco a poco de igual manera.

Albergan cierta semejanza con los amores platónicos de antaño, pero se diferencian en algo esencial: las declaraciones amorosas se forjan a toque de tecla. Rectifico, ¡cuántos amores platónicos en pleno Romanticismo se fraguaron en torno a una audición de piano. Se amenizaba la velada con duetos de piano y vocales.

Robert Shumann escribió a Clara Wieck mientras componía su sonata para piano"Fantasie":

“Yo anhelo sobremanera el verte, estrecharte a mi corazón, que estoy muy triste– e incluso enfermo. Yo no sé lo que me indispone, y sin embargo sí sé que tu ausencia me indispone. Te puedo imaginar en todo lugar. En mi recámara caminas de un lado a otro junto a mí. Te tengo en mis brazos. Pero nada, nada de esto, es real... Estoy enfermo... Y no podré soportarlo por mucho tiempo.”

Poco tiempo después, Clara le respondía desde París:

"[La obra] me provoca escalofríos... Muchas imágenes se me presentan... La marcha me llega como victoria de guerreros después de una batalla, y el tema en La bemol Mayor me hace pensar en las doncellas de una aldea, todas vestidas de blanco, cada una con una guirnalda en sus manos para coronar a los guerreros, quienes se arrodillan ante ellas.”

En otoño de 2010 José Pablo teclea desde su ordenador un "email" a Sara:

"No creo que pueda soportar esta distancia. Tú en Bolonia cursando tus estudios y yo ingresado en esta clínica universitaria en Penilvania. No es el tumor que me han de extirpar lo que me preocupa. De hecho, porque dicen los médicos que está ahí, en alguna parte de mi cerebro, que la verdad yo me siento bien. Los dolores de cabeza remitieron con la medicación. Lo que no puedo soportar es esta distancia demoledora y tu ausencia física. La imposibilidad de verte, escuchar tu voz, tocarte, acariciarte...éso es lo que me matará si no salgo pronto de aquí y puedo tomar un avión para estar cuanto antes a tu lado..."

Sara, después de sus clases de Historia del Arte, le responde desde su portátil:

"Ains, mi amor, no me digas eso. No me lo digas. Te lo ruego. Sabes que no puedo viajar a Pensilvania para acompañarte en estos duros momentos. Sabes que mis padres me matarían si perdiese mi beca este año. Ellos se están sacrificando por mi para que yo pueda terminar mi carrera. Amor mío, no me lo digas, te lo ruego, que me haces sufrir. Casi no puedo concentrarme y prestar atención durante las clases. Te tengo en mi mente constantemente. Sueño que la operación es un éxito y que muy pronto puedes regresar a España y que yo me escapo un fin de semana para verte y tocarte y besarte y acariciarte y abrazarte tan fuerte que ya nada ni nadie nos pueda separar."

Carta remitida desde el Sanatorio de Endenich a Clara Schumann:

"Muy querida nuestra: lamentamos tener que comunicarle que su marido, el insigne compositor y pianista Robert Shumann, no mejora en su estado. Lamentamos en estos momentos tan delicados para Usted y su preciada familia, tener que ser portavoces de tan triste noticia: su marido, muy Señora Nuestra, ha sido víctima de un colapso neurocirculatorio y su pronóstico es grave. Le rogamos que a la mayor brevedad acuda a nuestro sanatorio, ya que presumimos un funesto desenlace...."

Clara Schumann, mientras suspende a toda prisa un concierto en Bonn, escribe en su diario:

"¡Ay, amado mío! ¡Ay, que no me dé Dios la facultad de estar en dos sitios a la vez. ¡Qué amargo dolor me atraviesa! ¿Por qué no suspendí este maldito concierto? ¡Ay, Dios me perdone!...Por favor, cochero, deprisa, deprisa, corra veloz se lo ruego. Ay, mi amado Robert, ay, no te me vayas todavía, por favor, te lo ruego..."


Telegrama recibido en la Universidad de Bolonia Facultad de Historia del Arte, dirigido a Sara Molina Valle:

"Regresa a España. Stop. Jose Pablo ha fallecido durante la intervención. Stop. Repatrían el cuerpo el jueves. Stop. Descanse en paz. Stop. No te localizamos por ninguna parte.

Sara se encuentra en lo alto de La Torre de los Asinelli. Contempla la Garisenda desde lo alto, sin ver. Su vista nublada no le permite apreciar ningún detalle. Quiere arrojarse desde lo alto. Ya no quiere vivir. No sin José Pablo. Pero alguien le ha tocado el hombro. Se gira. Es José Pablo muy sonriente que con el dedo índice le dice que "No. No lo hagas, Amor mío. Yo te esperaré siempre. Tú tienes que vivir. A mi me toca morir.Te amo y siempre te amaré." Sara se ha desmayado y un racimo de turistas se arremolina a su alrededor. Alguien pide un médico, una ambulancia.



4 comentarios:

Diciembre dijo...

Bueno, Gemma. Antiguamente, muchas de las relaciones amorosas se forjaban a base de intercambios de cartas manuscritas. A buen seguro que muchísimas de esas relaciones derivaron en matrimonio, sin ni tan siquiera haberse conocido, previamente, ambas partes. Si acaso por alguna fotografía. Por tanto yo también le encuentro mucha similitud con las relaciones virtuales que se generan a través de Internet.

Gracias a Dios desconozco personalmente si esos amores virtuales hieren tanto como los reales, pero, ¿quien no conoce algún caso de alguien cercano, o conocido, que haya vivido una experiencia así? Las nuevas tecnologías, sin duda, lo propician.

Tal vez la única diferencia que yo encuentro es el grado de romanticismo. Las cartas escritas a mano tenían un encanto especial por la impronta personal e instransferible del estilo de letra. Incluso por la posibilidad de poder incluir pequeñas 'reliquias' de la persona amada: mechones de cabello o cintas perfumadas... Pero esto solo son recuerdos de una vida anterior mía :P

Buen finde, corazón!

Gemmayla dijo...

Qué cierto, qué precioso y qué literarias tus palabras !!!

Es cierto que el email nunca podrá reemplazar aquel intercambio epistolar realizado con tanto esmero.

Pero, quién sabe, tal vez dentro de un tiempo otro método epistolar innovador reemplace al actual email y los jóvenes de ahora y los no tan jóvenes, todo el mundo en definitiva, añoremos el intercambio epistolar virtual, el chat y los foros como el colmo de la expresión romántica y amorosa. porque muchas de las relaciones estables amorosas se están forjando por este medio, también centenares, miles y millares de relaciones de "humo", se usar y tirar, tan efímeras como el paso veloz de un tren de Alta Velocidad por el puente de Madison, relaciones que muy poco poso dejan en el recuerdo. Este es el mundo que tenemos, nos guste o no. A mi personalmente lo efímero me espanta. No me termino de acostumbrar. Pertenezco al club de las personas románticas, que aún quedamos en el mundo, afortunadamente. Porque lo que veo, francamente, no me gusta y me asusta.

Muy feliz finde, preciosa

travis dijo...

Ah, no. Yo prefiero el email a las cartas "antiguas". Donde va a parar!
Aquellas cartas, por muchos perfumes que les añadieras, incluso macetas de flores; pasaban por tantas manos antes de arribar a su desinatario que eran un muestrario biológico-gastronómico o un trabajo de campo para un geólogo.
Imagínate,Gemmayla, el caballo de Miguel Strogoff todo lleno de parásitos; la bolsa de Miguel Strogoff, con las sobras de las gachas y el tocino (ruso, para mayor INRI). Imagínate simplemente a Miguel Strogoff, sudoroso de cabalgar por la estepa polvorienta, tal vez con los síntomas de una enterocolitis; esas manos llenas de bacterias y hongos de haber estrechado las de los mujics y lo que es peor, las suegras de los mujics.
¿A qué olerá la carta que le entregaste para que llegara cuando al fin llegue a la dacha de tu amado? Olerá a tigre de Strogoff!
Y luego, no me vayas a comparar los actuales archivos fotográficos en formato jpg con aquellas miniaturas de fotos dentro de su marquito, coloreadas a mano, en que todas las mozuelas eran clónicas de la dama de honor de la emperatriz, que era una golfa de mofletes rubicundos (la dama; la emperatriz era algo peor, una depravada coronada y del uso que hacía de su cetro mejor no hablo.

Y los archivos mp3 ad hoc, con el más reciente hit de los Radiohead anejos a un doc. word con las lyrics pa que tu amado se entere de qué va el "asunto", si de amor o de reproche sincopado.
Por no hablar a de los pps de tema varipinto: ecológicos, reflexiones morales, salvemos el planeta, chistes de paletos, gatitos ( a mi me inundan con pps de gatitos, sabiendo que los odio, a los gatitos; y a los pps, también).
¿Quién te asegura que la letra de las misivas de antaño no fueron escritas por un amanuense, tal vez el efebo de tu presunto amado?
Sin embargo recibes un email mío y tienes la total certeza de que yo soy su autor: el desaliño y la abundancia de errores mecanográficos causados por mi disteclexia, no engañan a nadie. Es mío, no de mi compañero de oficina, ese que siempre está husmeando en mi correo yahoo y a quien sorprendí escaneando aquella foto tuya de Cuenca, donde estabas tan guapa y evanescente. Bueno, mi work-mate no dijo guapa, usó un término más prosaico.
Bien, Gemma, estaba de coña. Nada más romántico hubo en mi vida que aquellos mañanas londinenses en que bajaba las escaleras todo ansioso, para recoger la carta de mi neniña buena. Y de paso, la botella de leche, que era de cristal y la traían en un renqueante cochecito eléctrico la mar de ridículo, muy british.
Luego, si habia suerte y venía alguna foto de mi churrusquiña, aquello era ya una fiesta. La ponía en la pared de mi cuarto, sujeta con 4 pins. Y, claro, todas las chicas que me visitaban coincidían en que yo tenía una hermana preciosa, que se parecia un motón a mí y se admiraban de mis sentimientos fraternales.
En fin, lo ideal sería mandar un email con una foto de la propia letra manuscrita. Es una idea que te regalo. Úsala con moderación. Puede resultar devastadora. Doy fe.

Gemmayla dijo...

Qué cierto, Travis !!! Aquel sabor de antaño !!! Qué digo sabor !!! Todos los sentidos se implicaban y no sólo este puñetero teclado, que ahora mi hijo reclama porque tengo mi portátil en el taller de repación. Te respondo con más calma.

Qué alegría grande verte por aquí !!!

Smuaksssssssssssssss