17 de junio de 2014

Mi primer artículo en Blasting.News

Si observamos con desapasionamiento, sentido práctico y cierta sangre fría las Monarquías y Repúblicas Europeas, podemos concluir que los países mejor posicionados ostentan Monarquías Parlamentarias de gran prestigio y solera: Reino Unido, Suecia, Noruega, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo..Nadie puede poner en tela de juicio que estamos ante Estados Social y Democráticos de Derecho muy avanzados, consolidados y excelentemente posicionados en el tablero internacional en sentido amplio y en el puzle de nuestra mal traída y llevada Europa en sentido estricto. Si no podemos citar y mencionar España en ese selecto elenco monárquico es porque treinta años no son nada de historia democrática. Dicen que nuestra Democracia es muy joven, pero a muchos nos parece que aún está en pañales y caer y levantarse, levantarse y caer es la dinámica lógica que acompaña a todo ser viviente cuando maquina sus primeros pasos. Si a nuestra España democrática le auguramos larga vida, ésta está en sus inicios y los errores cometidos los vivimos a diario como si una madrastra cruel abofetease al menor que aprende a andar cada vez que tropieza y cae. La Transición Española que fue un ejemplo mundial de ejercicio democrático debiéramos entenderlo como los preámbulos de un embarazo y en el momento presente asistimos realmente al parto de nuestra neonata democracia y será niño y será Rey y lo llamaremos Felipe VI. Mi modesta perspectiva al respecto es que preguntar a todos los miembros de la familia, cuando algún pariente espera el alumbramiento de un nuevo individuo, si se quiere o no que ese bebé nazca cuando el bebé ya está en camino y a punto de nacer, es pregunta absurda, descabellada y de pésimo mal gusto, por no decir que una interrupción del embarazo por causas deliberadamente provocadas en tal caso, sería constitutiva de un delito. Quiero con ello decir que la pregunta a nuestra familia democrática española, el Referéndum que nuestros republicanos invocan con tal vehemencia y contundencia, se tenía que haber formulado antes, mucho antes. Ahora supone nueva cortina de humo sobre los numerosos problemas que se ciernen sobre nuestra frágil democracia. Somos ya conocedores a estas alturas de los tremendos errores y desfalcos cometidos y perder nuestras valiosísimas y escasísimas energías en preguntar a la familia sobre si queremos o no que haya parto, mientras nos acucian el paro endémico, los desahucios incesantes y el hambre de nuestros niños y niñas que en algunas Comunidades Autónomas no tendrán sus comedores abiertos en verano en sus respectivas escuelas, es caer en la estulticia de Perogrullo. Pero es que la Izquierda de nuestro país no es que esté en pañales, no es que no haya nacido todavía, es que en realidad anda perdida y atrapada en el limbo, donde las ánimas republicanas y demócratas esperan y aguardan la redención del género humano por obra de algún milagro al que califican burdamente de Referéndum o Consulta Popular. La Izquierda de este país es caótica y decepcionante. Debiéramos preguntar a todo los miembros de la familia qué hacer con un miembro que aún no ha sido engendrado, que habita el limbo de las ánimas errantes. Debiéramos tal vez convocar un Referéndum para preguntar a la Ciudadanía Honesta qué hacer con una Izquierda que no espabila y que cuando tuvo el poder en sus manos fabrico tres millones de parados e incalculables cifra de familias honradas y honestas desahuciadas de sus casas. Por favor, Izquierda Española, Nace, Reprodúcete y no mueras todavía, no mueras antes de nacer. Por esto y por muchas cosas más es por lo que espero con ilusión y cierta esperanza que la Monarquía Parlamentaria de Felipe VI y Letizia traerán nuevos bríos, nuevas vías democráticas de progreso y luz al final de este largo túnel de oscuridad y olvido y tal vez, sólo tal vez, Referéndums oportunos, democráticamente maduros y en sazón cuando correspondan y toquen.

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