8 de octubre de 2018

Un lunes de octubre: hoy...

Sigue mi pasión por los libros de Enrique Vila-Matas, tanto como el vicio de considerarme " la mujer que fue viernes", como aquel "hombre que fue jueves" de Chesterton. Siempre me apasionaron los viernes, desde niña. Llegaba el viernes a las aulas, a ese antro con hedor a tiza y rancio, y yo brincaba de alegría. La Enseñanza en España siempre me pareció trasnochada y acabada. Finlandia, dicen los expertos y duchos en el asunto, es el modelo a seguir. Pero el caso es que yo nací un lunes y también me gustan los lunes. Si me gustan los lunes y los viernes es porque a mi me gustan el cachondeo y el trabajo por igual. Vamos, que lo cortés no quita lo valiente. Y lo mismo que ahora estoy en plan bartleby, puede suceder que un lunes cualquiera dentro de poco o de mucho, me arranque a escribir un novelón, un ensayo o una antología de relatos cortos, largos o de medio tiro. En fin, que no estoy delirando. A lo que voy es que sigo enganchada a la excelente literatura de altísima calidad de Vila-Matas. Voy adquiriendo ediciones de bolsillo, pero un día compraré sus obras encuadernadas en oropel y diamante como hacen los horteras. El caso es que a mi hijo mayor le ha picado la curiosidad y me ha robado "París no se acaba nunca", pese a que él es adicto en este año 2018 a un autor de Ciencia Ficción. Me ha dicho su nombre, pero no lo recuerdo, porque no lo quiero recordar, ya que a mí nunca me ha gustado la literatura de Ciencia Ficción. De hecho, pongo en duda que se trate de literatura. Yo es que soy muy borde. Así que no te me ofendas si a ti te gusta. Hoy es lunes que es lo importante y ya he dicho que adoro los lunes y los viernes, y hoy es un lunes fantástico, porque he recibido dos ejemplares de otras dos novelas o ensayos de Vila-Matas. En otro orden de cosas, este lunes he amanecido un tanto consternada porque los y las de Vox han utilizado en su mitín de Vistalegre ayer, una canción de Coque Malla que la mitad de su público erróneamente piensa que él había dedicado a la cocaína, pero que en realidad está dedicada a una pareja de amigos homosexuales. La canción se titula " No puedo vivir sin ti. No hay manera". ¡Vivir para ver! Este país nuestro es de traca. El cachondeo de los viernes, servido ya los lunes jajaja.

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