8 de noviembre de 2018

"Aires de Dylan" hasta en el carné de identidad....

Hoy me he despertado muy contenta, meditando sobre la situación tan surrealista que viví anoche, antes de dormir, en mi cama, leyendo "Aires de Dylan" de Enrique Vila-Matas, libro que por cierto me causa gran turbación y perturbación en mi ánimo. Estaba sumida y absorta en plena disertación del personaje Vilnius y sus andanzas tratando de recopilar datos y hazañas para su particular "Archivo del Fracaso", cuando sin perder un ápice de atención en la lectura con el hemisferio derecho, el izquierdo se puso a elaborar una receta mental de "Crema de Calabaza" que había leído por la tarde y que tenía hoy la intención de preparar para comer. Mientras pelaba la calabaza, las patatas y la cebolla, las palabras de "Aires de Dylan" salpicaban cual aderezo tal empanada mental. Para colmo, escuchaba a uno de mis hijos, verter cereales en un bol en la cocina, que para mi sorpresa esta mañana, he descubierto que no eran cereales sino cacahuetes. Sigo sin saber cuál de mis dos hijos se zampó tamaña montaña de cacahuetes casi a las doce de la noche, porque a ambos les encantan. Me quedé dormida con el libro en el regazo y la luz encendida. Pero, como decía, esta mañana me he despertado muy vital y feliz. Después de desayunar, me he puesto manos a la obra a preparar la crema de calabaza y mi alegría ha durado poco, porque he escuchado por la radio que alguien de Vox ha dado "la vox" a los Mossos sobre un descerebrado que tenía un arsenal en su casa y que pretendía matar en plan francotirador a nuestro Presidente Pedro Sánchez. El fulano estaba muy indignado por la exhumación de los restos del dictador. ¡Vamos, que le había tocado el Valle! Total que tuvo la peregrina idea de enviar por whatsapp mensajes, pidiendo colaboración y confabulación en propósito tan siniestro. Desde luego, que están las cabezas de psiquiatra. Luego a continuación han contado que en Los Ángeles un ex marine ha perpetrado una masacre en un bar donde se celebraba una fiesta universitaria. ¡En fin, que mi gozo en un pozo! Mañana tendré la precaución de no encender la radio cuando me disponga a cocinar. Lo única conclusión a la que puedo llegar es que las letras y canciones de Dylan están más vigentes que nunca y fue más que merecido la concesión del Premio Nobel de Literatura. Aprovecho para decir que Enrique Vila-Matas me parece aún más merecedor. Esperemos que el día de hoy transcurra sin mayores sobresaltos. Entra ahora una noticia curiosa: un holandés de 69 años pide que en su carné de identidad no conste su edad verdadera porque eso le impide ligar en Tinder. Exige que conste la edad que él siente en su espíritu: 29 o 30 años. ¡Toma ya, jajaja!

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