28 de agosto de 2007

"A Don Francisco Umbral, con cariño, admiración y respeto"



En aquella casa las ventanas y puertas habían sido sustituídas por espejos, a mediados de siglo, por un capricho, un antojo pueril de aquel niño de cuarenta y seis años que de vez en cuando sufría pataletas dialécticas porque aspiraba a ser un novelista de última fila, pero un sobresaliente columnista. Escribir las peores novelas y los mejores artículos de prensa de todos los tiempos cual un Mariano José de Larra romántico, empecinado y elegante, era un propósito noble entonces. Lo es ahora y lo será siempre.

Para valorar la calidad de los espejos de su casa, se compraba bufandas de cachemira en las mejores tiendas de Madrid, gafas de pasta gruesa en las peores ópticas del barrio y ensayaba durante horas con impostada voz grave y profunda, ante el espejo que proyectaba en acero bruñido la imagen más alargada y estirada de su estampa dotada de gracia, nobleza, porte regio, altivez plebeya...los esperpentos de Valle Inclán con la esperanza de ver a Pío Baroja sentado en el salón de su casa a la hora del té, del café, la tertulia, el vino tinto y las rosquillas tontas que están tan ricas como las listas, sólo que un poco más insípidas, sólo que un poco más bastardas. "Las rosquillas son como la crónica del lenguaje alucinado. Hay que ser más loco que El Quijote y más cuerdo que Cervantes para narrar en clave de crónica lo que ya no debe decirse en clave de novela. La novela tiene sus días contados. Lo he visto en mis espejos. Esos espejos que mi esposa María España mantiene más relucientes que el oro de las Américas. Los novelistas son una raza a extinguir. Lo sé desde hace tiempo. Pregúntale a mis espejos...Espejito, espejito mágico, ¿quién fue más grande, Larra o yo?..."

"El ciberespacio será el único espacio posible. Asistiremos a la quema en la hoguera de bibliotecas y libros. Lo que se ha dicho en trescientas páginas, puede resumirse en treinta líneas. Lo bueno si es breve, dos veces bueno. Los espejos me hablan y me habitan. O tal vez debiera decir que habito en los espejos del narcisismo de mi excesiva complacencia y el deleite de las vanguardias. Soy varguandista como todos los genios, los grandes de este miserable país que no aprecia el valor de una fina bufanda. Este país que se crispa y se enerva con un simple vino de tetrabrik.¡Patético! Debiera tatuar en alguna parte de la geografía de mi cuerpo que España es un país patético y miserable para que no se me olvide. ¡Y es que en mi casa no hay ventanas ni puertas que me permitan ver lo que se cuece ahí fuera. Sólo me permiten ver la ficción de esta pobre realidad los espejos que deslumbran el eco de mi ego. Y hace tiempo que ya no puedo salir como antes a fiestas y jolgorios...Los espejos...También están la televisión, la radio, la prensa escrita e internet para salir de casa sin moverse del camastro que vaticina la muerte...Si he de morir, que me incineren con mis espejos para poder contemplar la realidad allá en la eternidad de las pasiones inútiles. Nada más inútil que morir. La utilidad del espejo sólo un genio como yo puede apreciarla."

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gemma, Gemma !
El comienzo de tu escrito sobre Umbral es digno de ser publicado en cualquier periódico de gran tirada.
Eres una columnista nata (y con fresas).
Las citas del ilustre cliente del Café Gijón ilustran su clarividencia respecto del país en que vivió y sufrió. Pero ...
¡Qué pena que tu semblanza del cuasi-vallisoletano sea tan breve y las citas ocupen renglones que con toda dignidad literaria hubieses glosado tú misma, por méritos propios!
Seguiré siendo ese espejo tuyo implacable. ;-)
Enhorabuena, Gemma, la estilita.
Travis

Anónimo dijo...

Hola, amigo Travis:

¡Ya quisiera yo que las glosas fueses suyas y no mías! Me permito la osadía de poner en su boca frases que seguramente él no habría dicho jamás.
Ayer pude ver una entrevista que le hicieron y caí con desesperación y pesar en la cuenta de que hemos perdido no sólo un insigne escritor sino el Quevedo de dos siglos, el XX y el XXI..Como dijo Lorca, "Tardará mucho en nacer, si es que nace, un madrileño tan claro y rico de aventura. Yo canto su elegancia con palbras que gimen..."
Mis escritos, amigo Travis, son breves y escuetos a propósito, porque ya lo dijo Baltasar Gracián, "Lo bueno si es breve, dos veces bueno"...y añado yo, si es malo por lo menos que sea breve y no canse.

Un abrazo, amigo Travis y no te canses nunca de leerme y de nuestra amistad.

Gemmayla

Anónimo dijo...

O sea, lo entrecomillado es tuyo...
¡Glup!
Cuando me muera, quiero que escribas mi obituario. Pero no te dés demasiadas prisas.
Te dejé un comentario en tu relato neohomérico.
Travis

Gemmayla dijo...

Amigo Travis:

Lo de redactar obituarios me ha recordado al personaje Pereira, perfilado por Antonio Tabucchi en su novela magistral "Sostiene Pereira". El pobre tipo, un periodista enfermo con un delicado y frágil corazón, sólo se atrevía a redactar necrológicas de escritores ilustres a punto de morir en la Lisboa del dictador Salazar. No tenía las sufientes agallas y arrestos para expresar en su columna lo que realmente pensaba y sentía sobre la libertad de expresión y los valores democráticos. Hasta que un día conoce a un joven Monteiro Rossi que le cambia la vida...Nace el periodista comprometido con los altos ideales de libertad..

Amigo Travis, tú que ahora eres persona afortunada que puedes visionar tanto cine, te recomiendo encarecidamente que veas "Sostiene Peira", una película dirigida por Roberto Faenza donde un portentoso Marcello Mastroianni interpreta al periodista Pereira..Mastroianni genial, soberbio !!!..No pierdas la ocasión de ver a Joaquim de Almeida y a Daniel Auteil, dos actores bárbaros, que en esta película trasmiten agallas y coraje de una manera sibilina y sutil.. A veces no nos queda más remedio que disimular la valentía, disfrazarla de hipócrita condescendencia...Amigo, Travis, no te pierdas esta sensacional película y luego lees la novela de Tabucchi, por ese orden, primero la peli, después la novela y no ál revés como debiera ser..¿Por qué? No sé darte una razón coherente y racional...Simplemente, porque sí.

Un abrazo

Gemmayla

Anónimo dijo...

Amiga Gemma:
¡Qué mundo este en que los amigos se conocen tan poco! [Mejor así, conocerse demasiado acaba con la amistad más sólida :-) ].
Vi la película "Sostiene Pereira" el año de su estreno. El canto del cisne de Mastronianni. (¿Le gustará lo de "cisne"?). Una interpretación a la altura de su talento de siempre, fontana más o menos. Un film de los que se revisitan con gusto.
Navegando por esos blogs de Dios me encontré con una máxima que me gustó, quizás ya la conozcas: "Un persona no es bella por su interior, si no por el interior de la persona que la ame”. La vi en un comentario al blog del taxista-Ni libre ni ocupado-, el mejor del año 2.006.
Leyéndo los comentarios al mismo comprobé algo sabido hasta la saciedad: las mujeres sois mucho más inteligentes que nosotros y domináis la escritura, no digamos ya el habla, con mayor soltura,chispa y brillantez.
Pero..gracias.. hoy , o mañana, volveré a ver Pereira dirigirse al final de la película hacia una guerra que nos es muy familiar.
Te sigo leyendo. Es una amenaza.
Travis

Gemmayla dijo...

Travissssssssss,

...entonces ahora es el momento para que leas la novela de Tabucchi.

Te gustará tanto como la peli !!!

"Adiós, bella"....

Estoy terminando el curso de italiano niveles A1 y A2. Si hace años le hubiesen dicho a mi yo del pasado a qué me dedicaría al aterrizar en ...